‘Ya nada es como antes’: una emancipación de los márgenes en el Hessel Museum of Art

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El artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara durante una performance en el año 2015.
El artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara durante una performance en el año 2015.

El curador cubano Abel González Fernández presenta en el Hessel Museum of Art la exposición colectiva Ya nada es como antes. La muestra sucede como parte de un proyecto mayor llamado Rising and Sinking Again y se puede ver todavía hasta este 28 de mayo en el espacio galerístico ubicado en el Centro de Estudios Curatoriales de Bard College (CCS Bard), en Nueva York.

Ya nada es como antes es un fragmento de Rising and Sinking Again, un proyecto curatorial que presenta dieciséis exposiciones de posgrado realizadas por los candidatos a másteres del curso de 2023 en el CCS Bard. “Distintos en tema y enfoque”, se informa en el sitio web del colegio universitario, “estos proyectos son la culminación de un año y medio de investigación en colaboración con artistas, escritores, académicos y más”.

En conversación con Rialta Noticias, Abel González explica que dos de los autores que apoyaron su tesis curatorial fueron Walter Mignolo y Joaquin Esteban Muñoz. Ellos “fueron claves para establecer una aproximación a la cultura latinoamericana desde la categoría racial de lo «brown»”. Esta noción, acuñada por Muñoz, es “la característica principal de lo que hoy llamamos en Estados Unidos «latinx», lo contrario, digamos, al modernismo clásico latinoamericano impulsado por los amigos de Rockefeller en la época del panamericanismo de los cincuenta”.

Vista de ‘Ya nada es como antes’. Foto: cortesía del curador.
Vista de ‘Ya nada es como antes’. Foto: cortesía del curador.

Los artistas Kevin Ávila, Bad Bunny, Liz Cohen, David Cordero, Luis Gispert, Luis Manuel Otero Alcántara y Joiri Minaya fueron convocados por Abel González para crear un paisaje que resignifica los entornos periféricos y reacondiciona la noción de marginalidad. La nota curatorial de Ya nada es como antes explica que el reguetón, como potencia creativa, transversaliza la conjunción de obras. Los temas que los artistas de reguetón hacen suyos, destaca, “incluyen el levantamiento en 2019 contra el exgobernador puertorriqueño Ricardo Roselló y la violencia de género”.

También han trabajado, prosigue, “para abrir el género [musical] a mujeres y voces transgénero, como Tokischa y Villano Antillano. El reguetón realizado por Bad Bunny ilustra un cambio cultural en las Américas que abraza la descolonización, cuestiona el machismo tradicional y explora la violencia detrás de los estereotipos latinos. Esta exploración cultural ha resultado en una nueva identidad, tanto estética como cultural, para una generación joven en América Latina y sus diásporas”.

Dentro de la muestra, se pude ver el video El apagón – Aquí vive gente de Benito Antonio Martínez Ocasio (Bad Bunny). González Fernández se pregunta: “¿Por qué llevar a Bad Bunny a una exposición de arte contemporáneo?” Y se responde: “Sus canciones narran la energía sexual de nuestro tiempo” y “defiende con decisión la lengua española a través de la negativa a traducir al inglés [sus canciones]”. Asimismo, “disiente contra la supremacía de la lengua hablada para comunicarse a través del lenguaje del cuerpo. Este lenguaje del cuerpo es compartido y aprendido entre los negros y las comunidades musicales del Caribe y Estados Unidos, donde el hiphop y el reguetón han evolucionado como hermanos”.

Vista de ‘Ya nada es como antes’. Foto: cortesía del curador.
Vista de ‘Ya nada es como antes’. Foto: cortesía del curador.

Las obras expuestas en el CCS Bard fueron producidas durante las últimas dos décadas y muestran rastros de un movimiento cultural que ha “iluminando el intercambio entre la práctica artística y la cultura pop en un contexto poscolonial. Los artistas trabajan dentro de la fricción entre la cultura latinoamericana y los intereses coloniales estadounidenses, establecida por más de un siglo de intercambio político. Sus obras se basan en una variedad de referencias culturales, incluido el desplazamiento de las comunidades cubanoamericanas, la agitación política en el Caribe, la cultura chicana lowrider y la presencia militar estadounidense en América Latina”.

Asimismo, explora “símbolos hipermercantilizados como los automóviles, el cuerpo sexualizado, el paisaje tropical y las joyas”. Ya nada es como antes, indica la nota antes citada, “investiga la capacidad de los objetos para [establecer] significados contradictorios en torno a la identidad y el estatus social. La exposición articula las aspiraciones que subyacen en estas comunidades que han fracasado, evolucionado o se han transformado en nuestro momento actual”.

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Cabe destacar, dentro del cuerpo curatorial propuesto por Abel González, el registro de una performance del artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara: Welcome to yumas (2015). Con Welcome to yumas Otero Alcántara trastocó las sedes de la 12 Bienal de La Habana. El gesto consistió en travestirse con los complementos de una bailarina del Cabaret Tropicana durante un mes. La acción fue más visible los días de las inauguraciones con el objetivo de interactuar con la mayor cantidad de público. La entrega de una tarjeta donde aparecían los datos personales del artista junto al título de Miss Bienal de La Habana hacía referencia a la espectacularización de la exhibición habanera y hacía pasar a un artista marginalizado por figura central del evento oficial.

Unos años después, tras otras muchas performances, activismo, otros períodos cortos de encarcelamiento y varias huelgas de hambre, el 24 de junio de 2022, la Fiscalía General de la República de Cuba publicó en su sitio web que Luis Manuel Otero Alcántara, como parte del Causa No. 12/2022, cumpliría esta sentencia por, entre otros motivos, su “ánimo expreso, sostenido en el tiempo, de ofender a la bandera nacional, mediante la publicación de fotos en redes sociales donde se le utiliza en actos denigrantes, acompañados de expresiones notoriamente ofensivas e irrespetuosas, menospreciando los sentimientos de nacionalidad y orgullo que le profesa el pueblo cubano a nuestra enseña patria”. La justicia cubana consideró así a Otero Alcántara como “autor de los delitos de ultraje a los símbolos de la patria, desacato y desórdenes públicos”. Hoy se encuentra en prisión.

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1 comentario

  1. Todo un discurso muy progre con el cual justificar la enajenación cultural, la destrucción de los conceptos de arte, cultura y educación sobre la base de una agenda seudo “woke” (en realidad impositora). Decir que el regueton y sus hacedores son artistas impulsores de una vía para una vida más libre, abierta e histórica inclusiva, es tratar de justificar lo delincuencial que ella aborda como estatus lógico y natural de vida. Que pobre referencias culturales las de Dios llamados curadores de arte. Gracias a ellos las galerías son muestrarios de cacharros sin sentidos, de conceptualizaciones incoherentes que pretenden vender como arte. En estos días visité una colección privada de aquí, en Miami y una galería de un instituto de arte, y a lo mostrado en ambas que le quedaba demasiado grande el concepto de Arte.

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