El Gobierno cubano cerró con violencia otra vía para el diálogo cívico en las primeras horas del estallido social

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Momento en que reprimen a artistas cubanos que se reunían frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión para solicitar quince minutos en cadena nacional
Momento en que reprimen a artistas cubanos que se reunían frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión para solicitar quince minutos en cadena nacional (foto tomada del Facebook de Yunior García, uno de los manifestantes).

Todavía en las primeras horas del estallido social iniciado en Cuba el domingo 11 de julio, el Gobierno de la isla tuvo oportunidad de abrir una ruta de diálogo cívico y la negó de plano al reprimir, detener y encarcelar durante más de 24 horas a varios artistas e intelectuales que solicitaban apenas “15 minutos ante las cámaras de la televisión cubana para ejercer el derecho a réplica, hacer un llamado a resolver nuestros conflictos por vías democráticas, condenar la represión y encontrar una solución sin sangre a la crisis total que vivimos los cubanos”.

Así lo denunció en su perfil de Facebook el dramaturgo, actor y director escénico Yunior García, pocas horas después de ser liberado en la tarde del 12 de julio: “No nos importó que nos llamaran «ingenuos», otra vez, desde cualquier extremo. Para nosotros, quedarnos en casa de brazos cruzados, mirando desde un sofá el fratricidio, no era una opción. Sabemos, como pocos (porque lo hemos vivido antes), que la rabia es sorda, pero teníamos que intentarlo”.

Mientras la actual ola de protestas –sin precedentes en la historia contemporánea de Cuba– continuaba con energía inusitada en varios puntos de la capital y en diferentes localidades del interior del país, fueron puestos en libertad, junto a García, los actores Reinier Díaz Vega y Daniel Triana, y los cineastas Raúl Prado, Gretel Medina, Juan Carlos Calahorra; quienes permanecían bajo custodia en el centro de detención habanero conocido como el Vivac.

Un colega de los detenidos dijo el lunes a Rialta Noticias que el director de cine Fernando Pérez, una de las figuras más importantes del séptimo arte en la isla, habría acudido ante las autoridades para interesarse por la situación de estos artistas. Gracias a su gestión, se supo entonces que los oficiales de esa sede policial no tenían órdenes de procesarlos por cargo alguno, pero que –hasta el momento de las averiguaciones– tampoco habían recibido órdenes de soltarlos.

Tras su liberación, Daniel Triana dio breve noticia en Facebook: “Estoy en la casa. En el Vivac siguen detenidos muchachos muy jóvenes que no son tan visibles”. Y exigió: “Libertad para ellos. Libertad para todas y todos. Transición democrática ya”.

“Nos soltaron bajo una medida cautelar y se lleva contra nosotros un proceso de investigación. Los del «Vivac» que estuvimos en el ICRT, salimos todos, pero todavía hay hermanos presos o desaparecidos, entre ellos, Manuel Alejandro Rodríguez Yong. Nadie puede silenciar nuestro derecho a ser honestos, a exigir que los liberen a todos y a expresar lo que sentimos”, escribió Yunior García, quien dos días después ha renunciado públicamente, como otros, a su membresía en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

El martes 13, varios activistas informaron en redes sociales sobre la excarcelación del cineasta Manuel Alejandro Rodríguez Yong, quien, en efecto, horas después testimonió: “He corrido con suerte, a diferencia de otr@s no fui agredido físicamente en ningún momento. Quizás luego tenga ganas de contar con detalles lo sucedido. Ahora mismo no tengo ni ánimos ni fuerzas para escribir mucho. Gracias también a quienes desde que se enteraron de mi liberación no han dejado de enviar mensajes y llamar desde muchos puntos del país y otras partes del mundo. Gracias a ustedes también”.

También la curadora de arte Solveig Font fue apresada en los alrededores del ICRT y permaneció detenida sin acusación judicial ni justificación legal alguna, mientras el régimen isleño gestionaba la insurgencia popular a la sombra de un apagón de Internet generalizado.

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Font, colaboradora de Rialta, y sus compañeros fueron arrestados pocos minutos después de una alocución en la que el presidente Miguel Díaz-Canel llamaba al “combate” a “los revolucionarios”. Justo cuando en varios puntos de La Habana –desde Malecón hasta Regla o Diez de Octubre– comenzaba a elevarse vertiginosamente la marea de la protesta ciudadana que comenzó en pueblos como San Antonio de los Baños (Artemisa) o Palma Soriano (Santiago de Cuba), y ya se encarnizaba la represión por parte de agentes policiales, militares de distintas ramas, incluidas fuerzas antimotines y brigadas especiales, y civiles acarreados en ómnibus por el Gobierno.

Díaz-Canel optó por descalificar a los manifestantes –en más de cincuenta localidades de la isla, según algunos reportes– empleando los expedientes habituales: en la voz del gobernante todo se reducía a acciones azuzadas desde el exterior, alimentadas dentro y fuera del país por contrarrevolucionarios, provocadores mercenarios, anexionistas… y en las que tomaban parte, ciertamente, algunos “confundidos”. “La orden de combate está dada: a la calle los revolucionarios”, proclamó finalmente.

Pero los mencionados artistas no sólo fueron aprehendidos violentamente en la concurrida La Rampa habanera, sino que antes debieron sufrir un acto de repudio al que rápidamente fueron convocados trabajadores del propio ICRT y de organismos aledaños.

Las primeras secuencias de este breve video sobre la jornada del 11J en La Habana, grabado y editado con premura por el cineasta Fernando Fraguela, muestran a la distancia cómo los represores se abalanzaron sobre algunos de los artistas.

Un post de Facebook compartido el domingo en la tarde por Mytil Font Martínez, hermana de Solveig Font, dio temprana cuenta del reclamo de los creadores ante el edificio de radio y teledifusión, y también del inevitable desenlace: “Estábamos pidiendo 10 minutos de réplica en la TV. Yunior García Aguilera Danielito Tri Tri Solveig Font y otra veintena. Llegó la policia y la seguridad del Estado”.

El testimonio verbal de Fernando Fraguela revela que tal réplica televisada en ningún momento fue siquiera una posibilidad: “Llegamos al ICRT a eso de las tres de la tarde. En ese momento ya había un acto de repudio de los trabajadores del ICRT, con banderas, la policía cercándolos ahí… En medio estaban los amigos de nosotros, quizá una veintena, no llegaban a treinta artistas… Había algunos que estábamos afuera porque habíamos acabado de llegar”.

Desde la distancia las personas filmaban, dice Fraguela: “No sólo había trabajadores del ICRT, sino también de instituciones cercanas […] Eso se fue calentando […] Vimos con violencia fula, muy fula, que se llevaron a un muchacho que yo no logro saber quién es. Me parece que es un artista plástico […] A Danielito [Díaz] lo subieron, como no pesa nada, lo subieron así, lo tiraron pa’ arriba del camión ese como si nada. Y él arriba del camión siguió gritando «Libertad» y enseñando la señal, y el policía que subió con él le metió un estrellón. A este muchacho se lo llevaron en un Lada particular–al que dije anteriormente que era un artista– con la puerta abierta: muy violento, lo agarraron por el cuello; a él todo el tiempo lo tenían agarrado por el cuello, y así lo metieron en el carro, dándole patadas a las puertas del carro, y se lo llevaron a velocidad de Rápido y furioso”.

“Cuando esto se pone un poco más violento”, prosigue Fraguela, “los que estábamos un poco más cerca nos alejamos. En la esquina del Habana Libre se quedó Mijaíl [Rodríguez], Font… A Juan Carlos nunca lo vimos; Juan Carlos se quedó metido en el medio ahí; nunca supimos qué pasó con él. Pero esta gente empieza… sabes, como son cinco o seis, y son caras visibles, los mismos trabajadores y la policía dicen: «Míralos ahí, míralos ahí…» Sabes, estaban solos, y fueron para allí. Eso lo vimos. Nosotros estábamos del lado de la policía. Pasamos desapercibidos, por suerte, y nos echamos el pase ese. Esas gentes empezaron a correr. Mijaíl empezó a correr por todo 23, o por K, ni me acuerdo… Font empezó a correr por 23. Pero no mucho, ¿no?, porque igual era difícil escaparse. Y sí vimos cómo a Font sí la cogieron y creo que la metieron en la patrulla”.

Mijaíl Rodríguez, guionista y organizador de la Muestra Joven de Cine, y Tamara Venereo, actriz, también estuvieron entre los artistas detenidos el domingo, pero fueron dejados en libertad horas más tarde.

El corte general de Internet decretado por el gobierno dejó a muchas personas incomunicadas, no sólo con el exterior, lo que ha provocado desde entonces dificultades para actualizar la situación de cada uno de los implicados en las protestas. En algunos casos, amigos y colegas han empleado en redes sociales la palabra “desaparecido” para referirse a quienes fueron vistos por última vez en las calles de La Habana o cualquier otra localidad.

Tras un periodo de incomunicación, Rodríguez logró escribir en su perfil de Facebook: “Consigo por fin conectarme después de más de 24 horas y veo tantas muestras de preocupación, apoyo y solidaridad de amigos y colegas!!”

Tras agradecer, el guionista señaló: “Yo corrí con suerte y estoy en casa, pero hay otros todavía presos”. Y exigió: “Para los que no conozco y para los que vi golpear y apresar delante de mí, LIBERTAD!! Por Gretel Medina, Solveig Font, Juan Carlos Calahorra, Raúl Prado, Yunior García, Daniel Triana, Reinier Díaz y tantos otros que no sé”. “MANIFESTARSE ES UN DERECHO!!!”, exclamó Rodríguez.

Desde el lunes, activistas y observadores comenzaron a divulgar en Internet un listado (siempre en progreso) que en prinicpio contaba más de medio centenar de personas encarceladas durante las primeras horas del estallido social. Algunos de ellos, efectivamente, ya han reportado su liberación tras visitar por la fuerza estaciones policiales y prisiones del régimen. Algunos permanecen encarcelados e incomunicados.

En esa relación inicial destacaban los nombres de otros artistas como el performer Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro (MSI) y uno de los rostros más conocidos de la nueva oposición isleña, y el poeta Amaury Pacheco, coordinador y productor general de Omni Zona Franca.

Igualmente, se reportaron tempranamente las deteciones de los periodistas independientes Henry Constantín (La Hora de Cuba), Maykel González Vivero (Tremenda Nota) y Héctor Luis Valdés Cocho, así como del opositor político de larga data Manuel Cuesta Morúa (Partido Arco Progresista) y el militante comunista y declarado trotkista Frank García Hernández.

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