El número ocho de la revista ‘Q de Cuir’, desnaturalizando saberes hegemónicos

Para acompañar la celebración del Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, que tiene lugar cada 31 de marzo desde que se designara la fecha en 2009, compartimos esta reseña sobre el último número publicado por la revista digital cubana ‘Q de Cuir’.

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Detalle de cubierta del número ocho de la revista ‘Q de cuir’

Las micropolíticas cuir /queer en Cuba, que ponen en cuestión los modos dominantes de representación sexual (y no sólo), cada vez se posicionan con mayor fuerza dentro de un sistema que sigue dominado por un esqueleto cognitivo tecnopatriarcal. En medio de ese paisaje, la revista digital Q de Cuir es un agenciamiento colectivo contrahegemónico que propone una nueva cartografía, más abierta y menos jerárquica.

El pasado 11 de marzo comenzó a circular el número ocho de la revista Q de Cuir, correspondiente a los meses septiembre-octubre de 2020. Esta última entrega transita entre la celebración de fechas como el Día Internacional de Acción por la Despatologización de las Personas Trans, el Día de la Visibilidad Intersexual y la Salida del Clóset, y las reflexiones críticas en torno a los discursos fundamentalistas religiosos, el matrimonio igualitario en Cuba y la variación genital, entre otros espacios habituales de la publicación.

Para quienes leemos o intentamos leer con y desde la(s) teoría(s) cuir / queer, encontramos en Q de Cuir un desplazamiento en el modo de mirar la realidad que permite reconstruir las genealogías alternativas en torno a las disidencias sexuales (o contrasexuales, para utilizar la noción de Paul B. Preciado), el activismo cuir y las contranarrativas LGBTIQ+.

La teoría queer, fórmula epistemológica creada por la teórica feminista Teresa de Lauretis a principios de los noventa, se derivó de la apropiación del insulto queer al uso por entonces en Estados Unidos. Esta apropiación construyó una reflexión crítica en torno a los regímenes de normalización del cuerpo. El proceso de resignificación de ese término, insultante y peyorativo, derivó en un desplazamiento epistémico de lo queer a lo cuir. Como una necesidad decolonial latinoamericana, lo cuir empezó a modelarse, en los años iniciáticos de este siglo, como una noción fluida, necesariamente cambiante, que cobra efecto, es efecto, en su condición nómada.

En la publicación cubana, creada “para el empoderamiento de las personas LGBTIQ+”, se entiende lo cuir / queer como “un concepto en movimiento”, como “un posicionamiento político frente a la construcción histórica y social del género, que a través de la reproducción de roles y expresiones binarias ha desconocido, violentado y marginado a las personas que no se ajustan a su estrecha definición”.

Esta posición, a su vez, “enfrenta abiertamente todas las opresiones” y “reconoce su profunda interconexión, por lo que asumimos como propias y/o apoyamos, entre otras, agendas feministas, medioambientalistas, contra los fundamentalismos religiosos, antirracistas, anticapitalistas y antimperialistas”.

Para celebrar el Día Internacional de Acción por la Despatologización de las Personas Trans, la revista dedicó su portada a los integrantes de Alma Azul-Transgéneros Masculinos en Cuba. De ahí que se puedan encontrar trabajos críticos, de Mel Herrera y Ángela Laksmi, que cuestionan el tratamiento que se le dio en la televisión cubana a las transidentidades en un capítulo de la serie De amores y esperanzas.

Mel Herrera se pregunta: “Cuando hablamos de identidades trans ¿se notará que hablamos en plural, que no queremos que nos homegenicen, que maten nuestra diversidad dentro de la diversidad y que nos conviertan en un estereotipo? No todas las personas construimos nuestra identidad de la misma forma; no todas queremos medicarnos, operarnos, cumplir con roles y estereotipos”. Y continúa: “Es el maldito c(s)istema. La cisnormatividad, que lo sabe todo, lo explica todo, incluso los cuerpos y las identidades a los que ni por imaginación pudiera llegar a comprender”.

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La periodista Susana Martín, quien, además, es directora de la revista junto a la psicóloga Ángela Laksmi, se encarga, desde las primeras páginas del número, de valorar las reacciones fundamentalistas que se produjeron después de la transmisión de la entrevista que, desde el canal Russia Today, se le realizó a la pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, Rev. Elaine Saralegui.

La Iglesia de la Comunidad Metropolitana, con sede en Matanzas, está conformada, en su mayoría, por personas de la comunidad LGBTIQ+. Considerada como “la primera iglesia cubana con un ministerio radicalmente inclusivo”, acoge a personas con sexualidades disidentes “con derecho y acceso a la divinidad”, como afirmó Elaine Saralegui en la entrevista con RT. La entrevista provocó que la Liga Evangélica de Cuba, la Iglesia Metodista, las Asambleas de Dios y la Convención Bautista de Cuba Oriental, todas pertenecientes a la Alianza Evangélica de Cuba, se pronunciaran contra la Reverenda y su ministerio. Hecho que trajo consigo renovadas discusiones sobre la posibilidad de estas iglesias de acceder a los medios de comunicación masivos en un Estado laico como el cubano.

Otra entrevista, en este caso al jurista Raudiel Peña Barrios, se encarga de explicar, desde un punto de vista jurídico-constitucional, el marco legal vigente en el país en torno al acceso de las iglesias a los medios estatales en Cuba. Peña Barrios sostiene que “no existe una obligación jurídica que implique que el Estado [cubano] debe asegurar el acceso” de las iglesias a los medios de comunicación. “Esto no quiere decir que no exista cierto grado de discrecionalidad política en este tema”, agrega.

Las colaboradoras Suyen López Betancourt y Lisney Romero Céspedes comparten, a manera de crónicas, historias autorreferenciales que denuncian marcas lesbofóbicas en la sociedad cubana. Asimismo, se pueden leer varios testimonios relacionados con el Día Internacional de la Salida del Clóset, que se celebra cada 11 de octubre.

“¿Nos unimos o nos casamos? Iguales en derechos y opciones”, es el texto de Adiel García Pérez que expone la necesidad de reconocer el matrimonio y las uniones de hecho entre personas del mismo sexo: “acceder a ambas opciones es vital para las personas sexo género diversas en Cuba”.

“En Cuba, las personas del mismo género no podemos acceder al matrimonio ni se reconocen las uniones de hecho homoafectivas. Con ello se niega el espacio simbólico de legitimación social que ofrece el reconocimiento jurídico y los efectos jurídicos que determinan los derechos de las personas en distintos ámbitos. Por este motivo, quedan sin solución un sinnúmero de conflictos patrimoniales, hereditarios, inmobiliarios y migratorios”, prosigue Adiel García.

En este número de la revista, además, podemos encontrar el quinto capítulo de la historieta Nuca y Namoro, con guion de Enzzo Hernández y dibujos de José Ángel Nazabal, poemas de Ray Veiro, un fragmento de la obra de teatro De Hortensias y de Violetas, de Esther Suárez Durán, impresiones en torno a la película Ammonite, dibujos de Rachel Gutiérrez y los “amuletos” que han acompañado a Juan Felipe Sánchez García en la construcción de su personaje Ángela Nefer, La Faraona de Cuba.

Q de Cuir es una revista de / en resistencia. Intensifica afectos y nos propone desnaturalizar saberes, habitar (otros) saberes. Saberes (cuir) que me continúan interpelando.

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Edgar Ariel Leyva González (Holguín, Cuba, 1994). Periodista, investigador y crítico de arte. Máster en Estudios Teóricos de la Danza (2020) en la Universidad de las Artes de Cuba (ISA) y Licenciado en Periodismo (2018) en la Universidad de Holguín. Es egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Actualmente investiga sobre la configuración de la estética poscrítica en Cuba. Forma parte del Staff de Rialta.

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