La Villa de la Aurora, nombre con que se conoce un antiguo palacete de Roma que conserva el único mural conocido de Michelangelo Merisi da Caravaggio, maestro del claroscuro y uno de los pintores esenciales del barroco europeo, será vendida en subasta.
La decisión, tomada por un tribunal italiano como solución a un pleito vinculado a una deuda de los dueños del edificio de dos mil metros cuadrados repartidos en seis plantas y un jardín, levantó temores de que esa venta podría poner en peligro el patrimonio artístico del recinto.
De acuerdo con el reporte de la agencia española Efe, el mural de Caravaggio, que ha sobrevivido casi cinco siglos, es el mayor tesoro de un palacio que contiene también frescos y murales realizados por algunos de los grandes maestros desde el Cinquecento, como la alegoría de la Aurora de Guercino, así como decenas de retratos de los prohombres de la familia Lodovisi, dueña del edificio, cuna de mecenas, cardenales e incluso de dos papas.
De acuerdo con el reporte, la obra de Caravaggio decora la bóveda de una estancia de la primera planta que fuera usada como armario hasta hace poco tiempo. Se trata del único mural –no fresco– del maestro, datado en 1597, y que representa la visión en contrapicado de una esfera celeste arropada por Júpiter, Neptuno y Plutón, este último con el pene a la vista.
Efe subraya que se trata de una alegoría de importancia dado que el cardenal Del Monte, mecenas de Caravaggio, empleó el recinto como laboratorio de alquimia, lo que explica la presencia de los tres dioses, que representan el aire, el agua y el fuego, los elementos principales de aquella ciencia oscura.
“Es el único mural de Caravaggio en todo el mundo”, dijo la heredera de la mansión, Rita Jenrette, al reportero de la agencia que la visitó para conocer los detalles del palacete de incierto futuro.
“Vivir aquí es bastante solitario desde que mi amado marido murió, pero también es un gran honor y responsabilidad”, declaró Jenrette, actriz y periodista oriunda de Texas (Estados Unidos) y tercera esposa del príncipe Nicolò Boncompagni Ludovisi, fallecido en 2018.
En lo referido a la casa, que fuera hogar de aristócratas y jerarcas de la Iglesia Católica, la entrevistada declaró: “Viví dieciocho años, casi dos décadas, con mi amado esposo, y me cedió los derechos de uso de por vida y un gran porcentaje en caso de que tuviera que venderla”.
Jenrette reside en la última planta del palacete, mientras el resto del lugar permanece casi en desuso.
Efe apuntó que el Tribunal de Roma decidió que la villa debe ser vendida o sacada a subasta el 18 de enero de 2022 para que los herederos Ludovisi, al parecer incapaces de mantener el edificio, salden una deuda tributaria.
“No ha sido mi decisión”, dijo la viuda. El juez determinó un precio de salida de 353 millones de euros (392 millones de dólares), aunque el perito lo elevó a 471 millones (528 millones de dólares). No obstante, los historiadores insisten en que el valor del inmueble y su contenido es incalculable.
Según el dictamen del tribunal, la mansión necesita una importante reforma, valorada en once millones de euros, que se ha descontado del precio de la subasta. El mejor postor aun tendrá que esperar al derecho de tanteo del estado italiano para hacerse con este histórico edificio por el mismo precio de la subasta más alta. Si la subasta quedara desierta, el edificio se volvería a subastar a un precio rebajado en un veinte por ciento.
Según Jenrette, hace unos quince años Bill Gates, fundador de Microsoft, ofreció alrededor de doscientos millones de dólares por la residencia, pero su esposo prefirió no vender.
El historiador de la Universidad de la Sapienza, Alessandro Zuccari, recibió del juez el encargo de peritar el edificio y tras un año husmeando entre sus riquezas llegó a la conclusión de que su valor era sencillamente “incalculable”, dijo a Efe el propio experto.
Zuccari aseguró que, a pesar de los temores por el futuro del inmueble, el nuevo propietario no podrá hacer lo que guste de él, pues el Estado le obligará a cuidar de las obras de arte allí existentes.
De acuerdo con la plataforma de negocios inmobiliarios Idealista, el palacio se levantó en 1570 sobre una villa romana que perteneció a Julio César. Años después pasó a manos del cardenal Ludovico Ludovisi, una de las familias más poderosas de Roma.
En 1885, la familia Ludovisi vendió casi toda la propiedad a la ciudad de Roma, y tal y como era conocida la Villa desapareció, para dejar paso a la célebre Via Veneto de Roma.
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