El Festival de Cine de San Sebastián (España) proclamó este sábado como mejor película de su edición 71 a O corno (España-Portugal-Bélgica), filme rodado en gallego por la directora española Jaione Camborda. La cineasta donostiarra, de 40 años, nació y creció en la propia ciudad que acoge esta cita cinematográfica, y ahora se ha convertido en la primera mujer de su país en hacerse con el máximo galardón de Zinemaldia.
La cinta –segunda de Camborda, tras Arima– sitúa su peripecia en las postrimerías del franquismo, exactamente en 1971, y en Illa de Aurosa, provincia de Pontevedra. María, mariscadora y partera, habita una soledad sobre la que gravitan los traumas del pasado.
“Tras un inesperado suceso”, reza la sinopsis del festival, “se ve obligada a huir y comienza una peligrosa travesía que le hará luchar por su supervivencia. Buscando su libertad, María decide cruzar la frontera por una de las rutas de contrabando entre Galicia y Portugal”.
“El drama arranca y finaliza con dos partos”, reseñó brevemente El País tras la ceremonia de premiación, “en los que la madre aparece en lados distintos de la pantalla, porque Camborda juega a una película dividida en dos espejos, y para señalar el corte, el momento bisagra en que la felicidad se transformará en huida, un mago corta en dos partes a una mujer en una actuación en una fiesta popular. […] El corno del título es el cornezuelo del centeno, hongo que María usa para ayudar a abortar a una adolescente embarazada, desesperada porque ese futuro bebé truncará su incipiente carrera atlética”.
O corno es el décimo cuarto filme español que merece la Concha de Oro; antes la recibieron 11 compatriotas suyos, todos hombres. Camborda agradeció, encandilada, al jurado de esta edición, e hizo votos por “las cineastas que están por venir”.
Esta vez, la Concha de Plata a la mejor dirección fue a manos de Tzu-Hui Peng y a Ping-Wen Wang por Chun xing / Un viaje en primavera (Taiwán), mientras que el lauro al mejor guion recayó en María Alché y Benjamín Naishtat por Puan (Argentina-Italia-Alemania-Francia-Brasil), un largometraje que también dirigieron por ambos.
Kalak (Dinamarca-Suecia-Noruega-Finlandia-Groenlandia-Países Bajos), de Isabella Eklöf, fue distinguida –además del galardón a mejor fotografía para el danés Nadim Carlsen– con el Premio Especial del Jurado: “porque nos introduce en un mundo que ignorábamos por completo con unas interpretaciones sorprendentes y empáticas, y con una manera de mostrar el país, sus conflictos y su belleza escondida a través de un verdadero arte cinematográfico”, justificó el panel de expertos.
Compartieron la Concha de Plata a mejor interpretación protagonista el argentino Marcelo Subiotto y el japonés Tatsuya Fuji por sus trabajos respectivos en Puan y en Great Absence (Japón), de Kei Chika-ura.
En el apartado de mejor actuación secundaria, resultó agraciado el libanés Hovik Keuchkerian por su papel en Un amor (España), de Isabel Coixet.
Varias películas latinoamericanas –incluidas El castillo (Argentina), de Martín Benchimol, y El auge del humano 3, de Eduardo Williams, ganadoras respectivas del Horizontes y del Zabaltegi-Tabakalera– se cuentan entre más de una docena de “otros premios [y menciones] oficiales” que completan el palmarés de esta edición del festival de San Sebastián.
Asimismo se entregaron reconocimientos de la industria y otros lauros paralelos, tal como es habitual en estas ocasiones.
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