Dos años han pasado desde la última vez. Dos años con los relojes detenidos bajo las sombras de la pandemia. Sólo a ratos el dibujo sonoro de algún piano doméstico aliviaba el silencio.
Ahora nos atrevemos, tímidamente, a darle cuerda a los relojes y reanudar el tiempo. A celebrar la vida tras el terrible juego de ausencias. Es hora de abrir los pianos, lustrar metales y maderas, agarrar la batuta y ataviar La Habana con melodías y delicados ademanes. A fin de cuentas, la música clásica es también sustancia de nuestra cultura, sabiduría de la tragedia en que se debate la Humanidad: tiempo o eternidad.
El Festival Habana Clásica abre sus puertas por cuarta ocasión este sábado 5 y se extenderá hasta el próximo 20 de noviembre. Según los organizadores de esta edición, llega renovado gracias a la labor de su director artístico, Marcos Madrigal, pianista clásico cubano de reconocimiento internacional, y a las benevolencias de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, a través de su subdirector el Sr. Lorenzo Suárez, consejero de Asuntos Políticos, Económicos y Culturales de la Embajada de Suiza en Cuba, y del Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas”, eje central de la realización de este evento en territorio cubano.
Más que “música clásica”, una etiqueta que en rigor sólo correspondería a las composiciones del Clasicismo (1790-1820), este Festival será continente del extenso entramado de la música académica, que llega hasta la contemporaneidad.
Esta cuarta edición se dedicará a uno de los violinistas cubanos más famosos de todos los tiempos, el virtuoso Claudio José Domingo Brindis de Sala Garrido, llamado el “Rey de las Octavas”, o simplemente: Brindis de Salas.
Su forma particular de extender, en los más exigentes escenarios internacionales, danzas con una marcada esencia criolla lo hicieron merecedor de la admiración del gran público. Conoció la fama y la bohemia. “El Paganini negro”, lo bautizó nuestro Alejo Carpentier, para quien fue “el más extraordinario de los músicos negros del siglo XIX… un caso sin precedentes en la historia musical del continente americano”. Brindis de Salas murió en la pobreza y el olvido, en algún frío rincón de Buenos Aires.
Con un cartel de lujo, la música clásica tomará los salones y, también, las plazas más viejas de la antigua Villa de San Cristóbal. Dos notables violinistas, el ruso Dmitry Sitkovetsky y el alemán Linus Roth, encabezan un listado de prestigiosos solistas. Junto a ellos, entre más de cincuenta artistas, destacan en el programa habanero el chelista ruso Nikolay Shugaev, el flautista italiano Jona Venturi y el violinista sueco Brusk Zanganeh, de origen kurdo.
Subirán también a los escenarios de Habana Clásica varios de los más distinguidos instrumentistas cubanos: el propio Marcos Madrigal, José María Vitier, Anolan González, Niurka González, Aldo López-Gavilán, así como los maestros Guido López-Gavilán, Daiana García, Zenaida Romeu, José A. Méndez Padrón, por sólo mencionar algunos nombres.
El público capitalino disfrutará de las interpretaciones de la Orquesta de Cámara de La Habana, la Orquesta del Lyceum Mozartiano, la orquesta de cámara Música Eterna, la Sinfónica Nacional, entre otras agrupaciones invitadas. Asimismo, participarán jóvenes estudiantes y recién graduados de las escuelas de arte cubanas. Y, de forma transversal, la fiesta musical hará espacio para el teatro y la danza, según ha adelantado la organización.
Como se indicó antes, esta vez no bastarán la refinada acústica de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, el neoclásico Teatro Martí o la elegante Sala Cervantes, ubicada en pleno Paseo del Prado. Las melodías de esta cita recorrerán las calles y las plazas habaneras; entrarán en los salones de conferencias (para músicos jóvenes en formación) y, sanadoras, en las salas de los hospitales.
Como un puente sonoro, Habana Clásica acompaña ahora la clausura del Festival de Música Contemporánea de La Habana, y, al culminar, cederá los escenarios al Festival Mozart Habana. Un intento de abrazar diferentes motivos para llenar la urbe de música hasta fin de año.
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