
Tengo miedo torero, la célebre novela del escritor chileno Pedro Lemebel, ha sido llevada al cine por su coterráneo Rodrigo Sepúlveda. La adaptación cinematográfica homónima de la novela fue rodada el año pasado y, después de varios meses de incertidumbre generada por la Covid-19, fue seleccionada para participar en la sección autónoma “Giornate degli Autore” o “Venice Days” de la 77 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, a realizarse entre el 2 y el 12 de septiembre.
El estreno mundial de la cinta sucederá como parte de la 16 edición de las “Jornadas de los Autores”, dedicada “al cine innovador e independiente”, paralela a la Muestra de Venecia, como anunciaron los organizadores del festival de cine más antiguo del mundo.
La película, una coproducción entre Forastero (Chile), Zapik Films (Chile), Tornado (Argentina) y Caponeto (México), iniciará así su recorrido por el circuito de festivales internacionales antes de mostrarse al gran público.
“Estoy muy contento –expresó Rodrigo Sepúlveda– con que la película dé sus primeros pasos y se estrene internacionalmente en el Festival de Cine de Venecia, que es un hermoso e importante festival. Ojalá que pronto podamos celebrar esta película en Chile y que continúe su recorrido por el mundo.”
En su país de origen, donde ha despertado mucho interés como era de esperar, todavía no se conocen fechas de estreno –aunque Sepúlveda declaró que su sueño es “llevarle la película al público de Lemebel, exhibirla en las plazas, cárceles, espacios que serían hermosos porque es su público”.
No sólo en Chile, donde Lemebel desarrolló casi la totalidad de su obra como escritor, performer y activista, el largometraje es esperado como suceso extraordinario. En Latinoamérica, la versión cinematográfica de Tengo miedo torero provoca muchas expectativas por ser la traducción de una novela que no sólo articula su discurso desde la “ilegalidad” homosexual y travesti, sino que se posiciona como manifiesto político de resistencia.
Rodrigo Sepúlveda así lo resume: “Lemebel es un verdadero ícono de las demandas de visibilización de las minorías hace ya varias décadas. En el Chile de hoy la figura de Lemebel ha adquirido una nueva fuerza, como un referente visionario que fue capaz de anticipar, hace más de 30 años, que la inclusión y la diversidad eran vitales en el camino al desarrollo. Esta película representa a todos los chilenos, dado que la figura y obra de Lemebel, sin duda se ha transformado en patrimonio nacional”.
Protagonizada por Alfredo Castro en el personaje de la Loca del Frente –el propio Lemebel pidió su interpretación–, y el actor mexicano Leonardo Ortizgris como Carlos, la película reúne en su reparto a varios actores y actrices de los países que la coproducen. Participan, por ejemplo, los argentinos Julieta Zylberberg y Ezequiel Díaz, y los chilenos Amparo Noguera, Luis Gnecco, Paulina Urrutia y Sergio Hernández.
“Es una película muy musical”, señaló Sepúlveda. La música incidental es de Pedro Aznar, con la colaboración de Diego, El Cigala, y Eva Ayllón. No falta –no podía faltar–, entre otros temas musicales incluidos, “Tengo miedo torero”, de Lola Flores: “¡Tengo miedo torero / tengo miedo que en la tarde / tu risa flote!”.
Rodrigo Sepúlveda confiesa que en el rodaje del largometraje tuvo como referentes fundamentales el cine del mexicano Arturo Ripstein y la película El beso de la mujer araña (1985), basada en la novela homónima del escritor argentino Manuel Puig, y dirigida por el brasileño de origen argentino Héctor Babenco. Otro referente muy cercano que tuvo Sepúlveda a la hora de su realización fue el documental Lemebel (2019), de Joanna Reposi.
En Un apartamento en Urano (Anagrama, 2019) el ensayista español transgénero Paul B. Preciado cuenta que junto a Pedro Lemebel miraban una vez al Pacífico. Paul citaba a Deleuze: “El mar es como el cine, una imagen en movimiento”. Lemebel respondió: “No te hagas el intelectual, machito. La única imagen en movimiento es el amor”.
Tengo miedo torero es una novela de amor. Una novela donde es tan lícito matar al dictador como encubrir al amante, “agraciadísimo de muslos y entrepierna”, sólo por tenerlo unos minutos más. Es la única novela de Lemebel convertida, a la luz de hoy, en un referente indiscutible de la literatura chilena y latinoamericana.
Lemebel fue autor, además, de La esquina de mi corazón. Crónica urbana (1995), Loco afán. Crónicas de sidario (1996), y De perlas y cicatrices (1998). Tengo miedo torero se publicó en 2001 con mucho éxito de crítica y público. En pleno régimen de Pinochet, junto a Francisco Casas, formó el colectivo artístico-activista Yeguas del Apocalipsis, donde utilizaban la performance como herramienta crítica para luchar contra la dictadura.
El propio Pedro Lemebel esbozó el guion cinematográfico de Tengo miedo torero. Un proyecto largamente pospuesto que vio más de un litigio legal en torno a los derechos de propiedad. Rodrigo Sepúlveda, conocido en el cine por Padre nuestro (2006) y Aurora (2014), se involucró en el proyecto “hace tres años”, como declaró en una entrevista. En esta, además, indicó que no se circunscribió totalmente al guion original de Lemebel:
“Es que hay un minuto en que uno, sobre todo en el momento de escritura, tiene que liberarse. Yo creo que la película rescata el mundo de Lemebel, rescata los personajes de Lemebel, rescata la atmósfera de los ochenta, pero sí hay que tomarse libertades porque esta es una película y la original es una novela. […] La esencia está, la historia de este amor improbable está.”
Se refiere al “amor improbable” entre la Loca del Frente, cincuentona y pobre travesti (“un maripozuelo de cejas fruncidas”), y Carlos, guerrillero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, involucrado en una operación encubierta contra la dictadura de Augusto Pinochet. La historia sucede durante la primavera del ochenta y seis. “Un año marcado –narra Lemebel al comienzo de la novela– a fuego de neumáticos humeando en las calles de Santiago comprimido por el patrullaje.”
Así, la Loca del Frente, uno de los personajes emblemáticos dentro del imaginario lemebeliano, encubre a su tierno y viril “amante” en la pajarera –un cuarto ruinoso y “terremoteado” en el sur de Santiago– mientras preparaba el atentado, fallido, contra el dictador. Qué le importa al “maripozuelo” perder la vida en manos de los pacos y los milicos. Qué le importa perder la amistad de la Lupe, la Fabiola, la Rana. Qué le importa no llegar a conocer el “paraíso” cubano. Lo justo, cree la Loca del Frente, es, al menos, la esperanza del amor. Pero a ella también le falló el atentado.
Junto a Tengo miedo torero, competirán en el Venice Days otras nueve cintas: Preparations to Be Toghether for an Unknown Period of Time, de la húngara Lili Horvát; Residue, ópera prima de Merawi Gerima; Oasis, del serbio Ivan Ikic, y Spaccapietre, de los italianos Gianluca y Massimiliano De Serio. Completan la selección Cigare au miel, de la tunecina Kamir Aïnouz; Conference, del ruso Ivan I. Tverdovskiy; 200 Meters, del palestino Ameen Nayfeh; Mama, del chino Li Dongmei, y The Whaler Boy, de Philipp Yuryev.
Colabora con nuestro trabajo Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro. ¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí. ¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected]. |