El campo cinematográfico de la diáspora cubana continúa siendo una asignatura pendiente para los estudios sobre la producción cultural que trasciende los límites físicos de la isla. Sobre todo, es una deuda por saldar de los estudios consagrados específicamente al cine nacional, noción, esta última, cada vez menos sujeta a especificidades geopolíticas.
Desde hace ya varios años, investigadores, críticos y académicos –Juan Antonio García Borrero, Zaira Zarza, Ana López, Dean Luis Reyes, entre otros–, han estado contribuyendo a visibilizar la creación audiovisual cubana de la diáspora, a través del análisis de sus aportes a la dinamización de los registros discursivos y expresivos de nuestra cinematografía. Al llamar la atención sobre esta creciente producción, dadas las continuas y siempre ascendentes olas migratorias, estos intelectuales han favorecido también la reescritura de la historia del cine cubano, por muchos años presa de una ideología, propia del discurso del poder político, que restringe el cine nacional a los predios del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.
De cualquier modo, todavía es insuficiente la divulgación, el fomento y la investigación de ese complejo artístico que prospera lejos de los límites físicos del país. Justo para cubrir ese déficit aparece ahora el Cuban Diaspora Film Archive (CDfA), “un portal web creado para incrementar el conocimiento de la producción cinematográfica cubana más allá de las fronteras insulares, y preservar la historia de los realizadores cubanos del exilio”.
El CDfA es un proyecto que trasciende su propia denominación. Vistos sus documentos programáticos, sobresale una suerte de organización multidisciplinar enfocada en registrar material en torno a la creación fílmica de la diáspora cubana, y dirigida a crear estrategias para el impulso de la producción de conocimiento sobre la misma.
El próximo jueves 20 de octubre de 2022, en el American Museum of the Cuban Diaspora (Miami, Florida), tendrá lugar la presentación del CDfA. El evento, abierto al público a partir de las 7 pm, está patrocinado por el Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad Internacional de Florida y el Cuban Research Institute. Gracias al aporte de ambas instituciones fue posible concretar este ambicioso y necesario proyecto, que recibió también el apoyo de The Kimberly Green Latin American and Caribbean Center y CasaCuba.
El CDfA se terminó de materializar al recibir un Beca de investigación en humanidades FIU Provost-WPHL (2021-2022), otorgamiento que deja ver la importancia de esta empresa liderada por Santiago Juan Navarro, como Director fundador, y Eliécer Jiménez Almeida, como Director de Contenidos y Diseñador Gráfico.
Navarro es profesor de Literatura y Cine Hispánicos en el Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad Internacional de Florida (FIU). Como parte de su una amplia labor intelectual, ha publicado artículos, ha dictado conferencias y ha impartido cursos académicos sobre el cine cubano. Jiménez Almeida, cineasta y videoartista cubano residente en Miami, cursó una maestría en periodismo en la Universidad Internacional de la Florida y obtuvo un Certificado en Estudios Cinematográficos por la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños. Su creación audiovisual, en la que destacan las obras La faz de las aguas y En un paquete de spaguettis, ha sido ampliamente reconocida y exhibida en múltiples países.
La presentación del CDfA será ocasión también para entregar el Premio Especial con el que este proyecto busca distinguir y homenajear, cada año, a un destacado creador fílmico cubano, que despunte por su contribución al cine diaspórico. En esta ocasión, el reconocimiento irá a manos del realizador Orlando Jiménez Leal, “una de las figuras más icónicas del cine cubano en el exilio, quien ha dirigido, entre otros clásicos, PM (1961), El súper (1979) y Conducta impropia (1984)”.
Precisamente la ceremonia de premiación, conducida por Santiago Juan Navarro y Eliecer Jiménez Almeida, cerrará con la proyección de este último documental, una obra canónica de la diáspora cinematográfica cubana, cuya presentación correrá a cargo del crítico de cine Alejandro Ríos.
Codirigido con Sabá Cabrera Infante, PM fue blanco de uno de los capítulos más oscuros de la censura institucional cubana. Prohibida su exhibición en las salas cinematográficas del país, en torno a él se generaron una serie de fuertes confrontaciones entre la escena artística de la época y el poder político que culminarían con las famosas reuniones de la Biblioteca Nacional de Cuba y el pronunciamiento de las Palabras a los intelectuales por Fidel Castro.
En la actualidad, los acercamientos analíticos al documental no sólo han profundizado en la posición que este ocupó en medio de aquellas discusiones, sino en su decisivo rol en la introducción de la modernidad estética en el cine cubano del momento, mediante su instrumentación de los códigos del free cinema.
El súper es una obra cardinal para la comprensión del imaginario del sujeto exiliado, y Conducta Impropia constituye un aporte esencial al rescate y la denuncia de la memoria de la Revolución confiscada por el poder estatal, pero el tributo de Jiménez Leal a la cultura cubana no se puede reducir sólo a su producción fílmica. Su quehacer intelectual ha estado enfocado también en difundir la creación de los emigrantes cubanos y en sacar a la luz esa otra historia revolucionaria que el modelo autoritario ha querido suprimir.
El CDfA llega así con sustanciales propósitos: explorar las creaciones audiovisuales generadas por el exilio cubano, consumar el más completo registro de “la experiencia de los cineastas de la diáspora, a través de entrevistas en audio y video”, y hacer llegar a la mayor audiencia posible información certera sobre estos creadores y su trabajo. El proyecto persigue difundir activamente en espacios académicos (revistas, coloquios, cursos…) los resultados de las investigaciones emprendidas, así como organizar un “foro abierto internacional”, donde, periódicamente, críticos de cine, estudiantes, realizadores e investigadores discutan sobre el cine producido por la diáspora cubana.
Para consumar estos objetivos, entre otras estrategias, el portal contará con una revista online (CDfAreview) y espera organizar, en un futuro próximo y de forma recurrente, simposios, presentaciones de libros, conferencias, cursos de posgrado, seminarios y otros muchos eventos, que, con el apoyo de instituciones como la Universidad Internacional de Florida, tributen al estudio, la generación de conocimiento y la divulgación del cine cubano de la diáspora.
Estos serán solamente algunos de los medios con los que procurarán dar respuesta a un conjunto de preguntas que guían sus investigaciones e interrogantes que giran alrededor de la evolución del cine de la diáspora, la diseminación conceptual del propio término “diáspora”, su singularidad y sus diferencias con el consumado en la isla, el peso de la sensibilidad diaspórica en las coordenadas estéticas de la representación audiovisual, la integración del cine de la diáspora al campo de la cinematografía nacional, entro otros importantes aspectos detallados en el portal.
“Es justo decir que la producción fílmica cubana en el exterior es vasta y ya supera en cantidad y calidad al cine institucional realizado en la isla, que comparte su carácter transnacional, pues la mayoría de las películas que provienen del ICAIC ahora son coproducciones […]”, se apunta certeramente en las páginas del CDfA.
“El cine de la diáspora lleva intrínsecamente los códigos de lo cubano” –subrayan los organizadores–, “al tiempo que se integra a una industria cosmopolita y globalizada […] El panorama audiovisual de la diáspora cubana está marcado por una diversidad cada vez mayor, sus obras son un crisol de temas, reafirmaciones, readaptaciones a las nuevas culturas en las que se insertan los cineastas, sus inquietudes personales, contradicciones y prácticas sociales, con una fuerte hibridación cultural que encuentra cauce en sus películas”.
Con tal afirmación, se sustenta la idea de que el exilio es parte esencial de la nación, una parte estrechamente anudada a la historia del país, donde el cine ha desempeñado (y desempeña) un rol extraordinario.
El CDfA es una plataforma con la que, sin dudas, se eliminarán un conjunto de prejuicios que aún persisten acerca del cine diaspórico. Como bien suscribe el propio portal, su aparición posibilitará “centrar la atención en la producción cinematográfica de la diáspora cubana”, “con el fin de comprender mejor las nuevas configuraciones culturales de la identidad nacional”, pues “sin tales intervenciones, la historia del cine cubano seguirá incompleta”.
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Eso es un globo mal inflado. Después de El Super, Conducta Impropia y Nadie Escuchaba no se ha hecho nada decente. Son bodrios como Plantados. O es que piensan en Lilo Vilaplana como un Passolini miamero?