Gabinete carnal es la primera exposición personal del artista visual cubano Elio Rodríguez (La Habana, 1966) en Madrid. Con esta muestra, comisariada por su coterráneo, el crítico y periodista cultural Edgar Ariel, el artista convertirá el Espacio Copiloto en territorio de investigación y en archivo de cuerpos teratológicos. La exhibición, abrirá desde el 14 de septiembre y hasta el 29 de octubre, coincide con el programa de Apertura Madrid Gallery Weekend.
Los cuerpos/esculturas que construye Elio Rodríguez son máquinas “malformadas”, deformes, monstruosas, a pesar de que se modelan sobre una armonía muy especial. La teratología es el estudio de los errores: anomalías y transformaciones en organismos animales y vegetales. Dentro de la zoología, la teratología es la disciplina científica que estudia las criaturas anormales. Aquellas que no responden al patrón común. Aquellas que no responden a la normalidad. (Normalidad viene de norma). La palabra teratología proviene del griego antiguo theratos, que significa monstruo.
Todo el trabajo de Elio Rodríguez podría entenderse de forma general como una reflexión en torno a la identidad. Seis piezas (“esculturas blandas”) configurarán Gabinete carnal: Obi omini (according to Lam), Jungla pobre, Naked forest, Jungle of the wall, Theratos y Tentacle gothic. Todas ellas tienen “una raíz conceptual, donde la idea condiciona los elementos formales”, pero donde, al mismo tiempo, “el sentido sensorial es fundamental”. En una entrevista alude al humor como uno de los elementos estructurantes de su identidad: “Siempre he intentado que la escultura y mi obra en general sea entretenida. Siempre he dicho que soy un negro de La Habana Vieja. En mi caso la cultura popular, el doble sentido, el chiste y el juego de palabras tienen mucha fuerza”.
De manera particular, una pregunta que pudiera atravesar al público que visite esta muestra es por qué Gabinete carnal hace hincapié en la rarefacción dentro de todas las posibilidades que existen para explorar la identidad. Y una respuesta posible sería que, dentro de una vitrina, un cuerpo/escultura encuentra en la malformación una característica subversiva de la norma tradicional y de la “verdad” impuesta. La muestra funcionaría como un gabinete que emancipa las otredades extrañas. “Un gabinete de esculturas blandas. Un gabinete expandido en su discursividad”, comparte con Rialta Noticias Edgar Ariel.
“Un gabinete es un archivo y es una habitación de dimensiones reducidas, al igual que Copiloto, espacio galerístico fundado en el número 37 de la calle Nicolás Morales, en Carabanchel, por el artista cubano René Francisco y la curadora Dayneris Brito, también cubana”, adelanta el curador sobre el espacio que acogerá a Elio Rodríguez. Este lugar, anexo al Estudio René Francisco, tiene el objetivo, según afirman sus creadores, “de invitar a artistas a dialogar con la dinámica del espacio, con un carácter desinteresado y sin ánimo de lucro”.
Un gabinete es también, si somos estrictos, el lugar donde se reciben a las personas de confianza. Espacio de hibridaciones y afectaciones. Espacio tentacular. A partir de esta idea, a partir de esta potencia, Elio Rodríguez rehace la noción de gabinete y, apegado al objetivo fundacional de Copiloto, construye una estética relacional. Lo hace a modo de puzle conceptual, a modo de costura carnal, informa el curador.
La costura es un ejercicio imprescindible en el trabajo de Elio Rodríguez. Pero no sólo en su sentido literal, sino metafórico. Se cosen intertextos. La costura como experiencia vital y regenerativa, como forma de entrelazar conmociones, está muy presente en su trabajo.
“(Elio Rodríguez cose, con ese, pero también coce, con ce. Cocer es someter algo a la acción del fuego. Aquí también la exposición se aleja de la literalidad para pensar el fuego como un ente transformador. Eso también son las esculturas/cuerpos de Gabinete carnal: sustancias inflamables. Lenguas de fuego)”, dice el curador.
Gabinete carnal quiere activar un espacio de relaciones múltiples. Le interesa fragmentar el significado. Le interesa evadir el narcisismo contemporáneo. Le interesa el vínculo. Le interesa generar afectos. Afectos carnales.
El comisario de la muestra deja en claro que se dice “cuerpos” como sinónimos de esculturas carnales. “Se piensa en la carne más allá de la carne. Se piensa en la carne como un espacio de enunciación y de transfiguración. Se piensa en la carne en su carácter, también (tan bien), muscular. El músculo es un tejido. El músculo es una red de conocimientos. El músculo posee memoria. Se piensa en la carne como un paisaje de rememoración”.