Cártel de ‘Conducta Impropia’, película emblemática del exilio cubano, Orlando Jiménez Leal y Néstor Almendros, dirs., 1984.

Me ha consternado la reseña tendenciosa y desinformada de B. Ruby Rich sobre Conducta impropia (“Bay of Pix”, julio-agosto). Rich parece concluir que cualquier publicidad sobre la brutalización sistemática de los homosexuales en Cuba es parte de una gigantesca conspiración para “desprestigiar” a alguien que, evidentemente, es un héroe para Rich: Fidel Castro. Rich rastrea esta supuesta conspiración con cierto detalle y lamenta la falta de cobertura de los años 1959-1965 y 1967-1979.

Rich puede encontrar esta información en el libro de Allen Young Gays Under the Cuban Revolution, publicado por Grey Fox Press hace tres años, un documento muy importante del que parece no estar enterada. Debería prestar mucha atención a la Declaración del Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura de 1971 que dice en parte: “Finalmente, se acordó solicitar penas severas para casos de corruptores de menores [¿dónde estás, Anita?], depravados reincidentes [?!] y elementos antisociales irreductibles [el verdadero toque estalinista]”.

“Los medios culturales no pueden servir de marco a la proli­feración de falsos intelectuales que pretenden convertir el esno­bismo, la extravagancia, el homosexualismo y demás aberra­ciones sociales, en expresiones del arte revolucionario, alejados de las masas y del espíritu de nuestra Revolución.”

¿Se imagina Rich que miles de homosexuales huyeron de Cuba en 1980 porque eran felices allí?

Hay que tocar otro punto. Rich declara que la película se empeña en ignorar “los avances en el nivel de vida, la educación, la salud y el acceso a la cultura” que supuestamente se han producido en Cuba.

Pero, según Paul Johnson en Modern Times, “en 1981 se calculó que, desde que Castro tomó el mando, Cuba había tenido una tasa de crecimiento anual per cápita de menos del 1,2 %; que de ser uno de los países latinoamericanos más ricos se había convertido en uno de los más pobres, y con un ingreso nacional de solo 810 dólares por cabeza, peor que sus vecinos Jamaica, República Dominicana, Colombia y México; y… per cápita, probablemente tenía más hombres bajo las armas que cualquier otro país del mundo”. Si la cultura se define como cultura militar, y los avances en el nivel de vida causan pobreza masiva, supongo que Rich tiene razón.

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Por último, Rich menciona de pasada a todos los felices gais y lesbianas que ha conocido en la vieja y alegre Habana, pero no menciona ninguno de sus nombres. ¿Por qué? ¿Son producto de la imaginación de Rich, o tienen miedo de ser descubiertos?

Geoff Puterbaugh
Sunnyvale, California

* Traducción de Rialta Staff.


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