La artista visual cubana Glenda León (La Habana, 1976) inaugurará este viernes 18 de junio la exposición Música de las formas en el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO), en España. La muestra, comisariada por el filósofo, profesor de estética y ensayista español José Jiménez, y con el apoyo de la Diputación de Pontevedra, estará abierta hasta el 31 de agosto próximo.
Música de las formas llega al recinto vigués con varias semanas de retraso debido a las limitaciones que ha impuesto la actual pandemia de COVID-19, luego de haberse expuesto entre octubre de 2020 y marzo pasado en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), ubicado en la ciudad española de Badajoz.
Organizada en tres secciones, “Tierra y cielos”, “La espiral del tiempo” y “Ver la música”, la exhibición reúne piezas creadas desde el año 2000 hasta el reciente periodo de confinamiento. Fue José Jiménez quien dispuso esos tres núcleos conceptuales –nombrados también por él– a partir de una investigación exhaustiva sobre el devenir creativo de la artista cubana.
En el programa curatorial, Jiménez enuncia: “Viviendo en nuestro tiempo, Glenda León es plenamente una artista multimedia. Utiliza los más diversos soportes y técnicas de expresión: objetos, esculturas, instalaciones, dibujos, fotografías, libros de artista y videos”.
“Ahora bien”, prosigue la nota, “en ese amplio despliegue de modalidades expresivas hay un trasfondo común que da unidad a sus propuestas: la articulación de sus piezas fluye a través de registros musicales con los que se estructuran las obras. En ellas podemos advertir unas improntas melódicas, o contrastes y variaciones, con lo que las formas visuales adquieren un sonido interior, ritmo y proyección”.
Glenda León estudió ballet clásico, Filología e Historia del Arte. Comenzó a exponer en 1999 y formó parte de la experiencia Desde una Pragmática Pedagógica (DUUP), coordinada por René Francisco. De ahí proviene Cada flor es una forma del tiempo (2000), la pieza más antigua que se expondrá, con algunas variaciones, en el MARCO.
También podrá verse Cada sonido es una forma de tiempo II, serie de veintidós dibujos realizados durante el confinamiento pandémico. En ellos se reproducen las trayectorias de abejas, mariposas, hormigas, delfines, terremotos, ciclones; los contornos de nubes, continentes, montañas, ramas de árboles… Trayectorias y contornos reproducidos sobre pentagramas.
Cuando Glenda León toma elementos del mundo de la música no es la música lo importante, como subrayó en una reciente entrevista para Rialta, “sino la huella que deja en nosotros; el recuerdo del sonido, su eco en nuestra memoria”. La música, dijo, “ha sido fuente de inspiración para mí desde niña. Por eso quise ser coreógrafa por muchos años. Luego me di cuenta de que, en aquella época, el principal ingrediente de esas ideas coreográficas era lo visual. Sigo pensando que la música es una expresión superior del arte, pues mueve a más personas y de una manera mucho más potente que el resto de las artes”.
Dirigir las nubes y Jardín emocional son, quizá, las piezas más conocidas de esta exposición. La primera es una especie de “fresco invertido o antifresco”. Se basa en la destrucción más que en la creación de pintura, y surgió como réplica de una pared azul de La Habana en cuyas áreas descascaradas Glenda vio nubes. La segunda se codifica como un electrocardiograma vegetal, como un jardín pulsátil.
Glenda León prefiere que sus exposiciones personales sean, más que una concatenación de obras, de individuaciones creativas, un gesto: una interrelación de fragmentos dados a configurar un todo. En la entrevista citada, al referirse a Música de las formas, también enfatizó: “me interesa reactivar la sensibilidad del espectador, y si es posible su curiosidad por aquellos detalles que había pasado por alto. Las obras que se exponen en Música de las formas son como conclusiones o preguntas filosóficas, pero expresadas en forma de imágenes o sonidos”.
