La fotógrafa cubana Evelyn Sosa y la pintora china Wanying Jin tienen algo que decirte desde Nueva York: ‘You Are Everyone Who Tells a Story’

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‘Ava’ (2023); Evelyn Sosa. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (IMAGEN www.space776.com)
‘Ava’ (2023); Evelyn Sosa. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (IMAGEN www.space776.com)

La exposición You Are Everyone Who Tells a Story, inaugurada el pasado 17 de marzo, mantendrá aún sus puertas abiertas durante este fin de semana en la galería de arte contemporáneo Space 776, basada en Nueva York (37-39 Clinton St.10002). Se trata de una muestra a cuatro manos de la fotógrafa cubana Evelyn Sosa (La Habana, 1989) y la artista china Wanying Jin (Harbin, 1995), con curaduría de Mengna Da.

Organizada en colaboración con Uncommon Beauty Gallery, que representa a ambas creadoras, la exhibición propone dos aventuras artísticas que parten hacia y desde el retrato para alcanzar, quizá, la revelación más cabal del Yo.

“El título de la exposición, You Are Everyone Who Tells a Story (Eres todo aquel que cuenta una historia), remite a la escritora polaca Olga Tokarczuk quien, en su discurso del Premio Nobel de 2018, definió el concepto de un narrador/cuarta persona como el contador de historias total, holístico”, explica la comisaria de la exposición. “Un narrador así, un narrador tierno, abarca la perspectiva de cada individuo y al hacerlo reconoce que cada ser está intrínsecamente conectado aun cuando algunas conexiones todavía no son visibles”.

‘Neil’ (2023); Wanying Jin. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (IMAGEN www.space776.com)
‘Neil’ (2023); Wanying Jin. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (IMAGEN www.space776.com)

Pues eso… “Wanying Jin y Evelyn Sosa, dos artistas con un enfoque común en el retrato, traen a estos sujetos al centro de atención, y ofrecen sus obras como campo para el intercambio de relatos nacidos de la experiencia y la memoria”, prosigue el texto curatorial, que antes ha dejado establecido –en un trazo, o en un espasmo de luz– el fondo de la cuestión: “Vivimos con y a través de las historias de los demás”.

El discurso de aceptación del Nobel de Tokarczuk –quien en definitiva lo recibió en 2019, como el austríaco Peter Handke– se titula “El narrador tierno”. De modo que el vehículo de You Are Everyone Who Tells a Story viene a ser, acaso, la ternura en tanto “arte de personificar, de compartir sentimientos, y, por lo tanto, de descubrir similitudes”.

“Crear historias significa dar vida constantemente a las cosas, dar existencia a todas las pequeñas partes del mundo que están representadas por las experiencias humanas, las situaciones que las personas han sufrido y sus recuerdos. La ternura personaliza todo con lo que se relaciona, lo que hace posible darle una voz, darle el espacio y el tiempo para que exista y se exprese. Es gracias a la ternura que la tetera comienza a hablar”, recordó Tokarczuk ante la Academia Sueca, como definiendo también el arte del retrato.

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“La ternura es la forma más modesta de amor”, dijo. Y tal vez entonces no fuese casual el pasaje que abría su discurso: “La primera fotografía de la cual fui consciente es una foto de mi madre antes de que ella me diera a luz. […] Mi madre está sentada al lado de nuestra vieja radio, como esas que tienen un ojo verde y dos diales, uno para regular el volumen y el otro para encontrar una estación radial. […] Cuando de niña miraba esa foto estaba segura de que mi madre me había estado buscando al girar el dial de nuestra radio”.

¿Es ese modo tierno de narrar lo que, por fin, acontece cuando nos enfrentamos a estas piezas de Evelyn Sosa y Wanying Jin?

‘Ava-1’ (2022); Evelyn Sosa. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (FOTO Cortesía de Evelyn Sosa)
‘Ava-1’ (2022); Evelyn Sosa. De la exposición ‘You Are Everyone Who Tells a Story’, en Space 776, Nueva York (FOTO Cortesía de Evelyn Sosa)

¿Puede que hayan ido a cruzarse, felizmente, dos narrativas tiernas, totales en el neoyorquino Space 776, cuando todo hacía suponer que este par de miradas sutiles –el claroscuro intimista y desinhibido de la fotógrafa cubana; los colores tersos y el planimétrico fashionismo andrógino de la pintora china– corrían paralelas en la trama del arte contemporáneo?

Hasta este domingo 2 de abril puede aún juzgarse in situ. Solo recuerda: You Are Everyone Who Tells a Story.

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