El Movimiento San Isidro celebra su segundo aniversario

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Integrantes del Movimiento San Isidro (FOTO Movimiento San Isidro)

El 12 de septiembre pasado El Movimiento San Isidro celebró su segundo aniversario. Dos años que han estado signados por el compromiso de sus integrantes con los derechos fundamentales del individuo y la libertad de expresión en un país donde el disenso público se criminaliza.

El mismo día de la celebración, la policía arrestó en su domicilio a Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los fundadores del Movimiento con más visibilidad pública y poder de convocatoria. “El supuesto delito de ayer fue haber celebrado el segundo aniversario del Movimiento San Isidro. Me sacaron de mi casa y me llevaron hasta la estación de policías de Cuba y Chacón”, informó el artista y activista luego de pasar unas horas detenido, durantes las cuales fue golpeado. La justificación tras la que se escudarían los agentes que tocaron a la puerta de su vivienda fue que la música sonaba muy alta allí (serían más o menos las 7 de la noche), de acuerdo al testimonio que dio Luis Manuel Otero en sus redes sociales.

El Movimiento San Isidro –toma su nombre del barrio habanero pobre y marginalizado donde tiene su sede– surgió en 2018 como respuesta al decreto ley 349, que impide la libertad de expresión, comercialización, gestión y producción de los artistas que no estén asociados en Cuba al Ministerio de Cultura, y se ha comprometido desde entonces con la lucha por la legalización de espacios autónomos para el arte y, al mismo tiempo, por intervenir desde diferentes discursividades artísticas el “tejido social y político” del país. Es así como sus prácticas han propuesto relaciones más directas entre el mundo del arte y la vida política y social de la isla.

Pese a la constante criminalización que de este grupo ha hecho el Estado cubano y pese a las repetidas detenciones y atropellos que han sufrido sus integrantes, ya en su primer año de vida el Movimiento San Isidro logró convocar a un grupo de acciones que, una vez más, pusieron en evidencia de manera estrepitosa las técnicas represivas que el Gobierno ha implementado por décadas contra aquellos que “se atreven a tomar” el espacio público.

Entre estos artefactos se puede mencionar un performance protesta frente al Capitolio de La Habana, actualmente sede del poder legislativo. “Fue la primera acción manifiesta contra el decreto 349”, según se registra en el Manifiesto del Movimiento, el cual se encuentra próximo de ser actualizado con las acciones llevadas a cabo en el último año, comentó a Rialta Luis Manuel Otero.

El Movimiento, conformado de manera abierta por artistas, activistas, periodistas, intelectuales y “todo aquel que se sienta parte del fenómeno de lo independiente, unidos para promover, proteger y defender la plena libertad de expresión, asociación, creación y difusión del arte y la cultura en Cuba, empoderando a la sociedad hacia un futuro con valores democráticos” llega a su segundo aniversario respaldado por una trayectoria breve pero intensa que incluye, por sólo mencionar otros dos ejemplos, desde un evento organizado junto al Instituto de Artivismo Hannah Arendt para discutir sobre la censura y el decreto 349, hasta proyecciones de cine independiente en el Museo de la Disidencia –sede del Movimiento con gran integración al entorno social y un espacio para la cultura disidente del país.

Por el modo en que este grupo ha logrado poner en jaque el poder hegemónico del Gobierno cubano sobre los espacios culturales y por la simpatía que genera su vinculación con un amplio sector social, tradicionalmente separado de “lo artístico”, se entiende entonces (nunca se justifica) que incluso en medio de la pandemia sus integrantes continúen siendo perseguidos y vigilados por las fuerzas represivas cubanas.

Más allá de que el Movimiento San Isidro se distinga por su estructura abierta y flexible, en la cual tienen voz personas de todas las esferas sociales, y por la ausencia de un líder que guíe sus acciones, entre quienes han participado de sus iniciativas de forma más activa se encuentran, además de Luis Manuel Otero, el activista y poeta Amaury Pacheco, la actriz Iris Ruiz, la historiadora del arte Claudia Genlui Hidalgo, el rapero Maykel Castillo, El Osorbo, la crítica de arte Yanelys Núñez Leyva y Michel Matos, productor y promotor.

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