Este 9 de noviembre, El Nuevo Herald informaba de la muerte del músico cubano Cándido Camero, acaecida el sábado 7 en su domicilio de Nueva York, a la edad de 99 años. Según declaró a la prensa Julián Camero, nieto del músico, su abuelo había fallecido mientras dormía.
Camero había nacido en La Habana en 1921, y desde muy joven se dio a conocer en el ambiente musical habanero como percusionista; en 1941 se trasladó a Nueva York, por entonces la capital mundial del jazz, donde muy pronto fue descubierto por el legendario trompetista Dizzie Gillespie, y donde desarrollaría una carrera enormemente exitosa, que lo llevó a tocar con figuras de primera línea como Miles Davis, Charles Mingus, Charlie Parker y el propio Gillespie, entre muchas otras.
La excelencia musical de Camero fue reconocida con la concesión de galardones de la relevancia del Premio Latin Jazz USA por la obra de toda una vida, en 2001, el Premio Legend of Jazz que entrega la American Society of Composers, Authors and Publishers, en 2005, y el National Endowment for The Arts Jazz Masters, en 2008, la más alta distinción que puede recibir un jazzista en los Estados Unidos.
Justamente, desde la página oficial de esta última institución, un comunicado publicado ayer lamentaba el fallecimiento del músico cubano, de quien destacaba su condición de pionero en la asimilación de la conga a la percusión de jazz, así como sus importantes contribuciones al desarrollo del mambo y el jazz afro-cubano.
Este sitio reproducía asimismo una entrevista que Molly Murphy le hiciera a Camero en 2008, que contiene muy interesantes revelaciones acerca de su iniciación y su carrera en la música. Por ejemplo, ahí relata Camero cómo a la edad de cuatro años, debido a la poderosa vocación musical que ya sentía, un tío músico le construyó su primer bongó utilizando dos latas de leche condensada; también refiere Camero cómo, a pesar de no haber aprendido nunca a leer música, su asidua asistencia a conciertos de música clásica le proporcionó la inspiración que le permitió desarrollar una de sus marcas más sobresalientes como percusionista de jazz: la introducción de la melodía en la ejecución de las congas, por emulación con los tímpanos de la orquesta clásica. Otra innovación a la que se refiere Camero en esta entrevista en que se puso de manifiesto su virtuosismo interpretativo, inspirada por el piano clásico, es la independencia coordinada, por virtud de la cual la sonoridad de los instrumentos percutivos se enriquece notablemente.
Entre la profusa discografía en que quedó registrada la obra de Camero, merecen destacarse los álbumes The Billy Taylor Trio with Candido, editado por el sello Prestige en 1954, y Brujerias de Candido: Candido’s Latin McGuffa’s Dust, editado por Tico en 1971. En el año 2005, el cineasta cubano Iván Acosta dirigió el documental Candido: Hands of Fire, centrado en las contribuciones de Camero al jazz del siglo XX.
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