La narradora y ensayista brasileña Nélida Piñón (1937-2022) murió este sábado en Lisboa a los 85 años de edad, tras una carrera literaria que comprende una veintena de libros de géneros como novela, cuento, crónica, ensayo y memorias.
Merecedora del Premio Príncipe de Asturias en 2005, Piñón –quien también tuvo como agente literaria a Carmen Balcells– ha sido relacionada una y otra vez con el llamado “boom latinoamericano”, pero ella misma negó su pertenencia a esa nómina de escritores latinoamericanos.
“La creación brasileña es de primera, pero el reconocimiento nos vuelve un país periférico”, dijo hace unos años en entrevista con la agencia EFE, y recalcó que ni ella «ni ningún brasileño formó parte del «boom»”.
Nacida en Rio de Janeiro, hija de inmigrantes gallegos, Nélida Piñón se convirtió en 1996 en la primera mujer que presidió la Academia Brasileña de las Letras. “Era, probablemente, la mayor escritora viva de Brasil. Es una pérdida para el país”, afirmó en esta jornada luctuosa el actual presidente de esa institución, Merval Pereira.
En cuanto a “la invisibilidad de la mujer” en el mundo contemporáneo, sostenía Piñón hace un par de años que “lo más importante quizás sea que se reconozca definitivamente que el machismo ha sido una condición inherente de nuestra sociedad. Por lo tanto, está incrustado de tal modo en nuestra conciencia colectiva, hombres y mujeres, que nadie se da cuenta [de] que existe el machismo y de que la mujer está totalmente desfigurada en términos sociales”.
“Reconozco que ha mejorado mucho, sobre todo en países más actualizados, más emprendedores, pero yo creo que en mi país hay prejuicio”, subrayaba entonces. “Incluso, por ejemplo, [en] la Academia Brasileña de las Letras, que a mi juicio es la institución cultural más importante de Brasil, sólo somos cinco mujeres para un imperio de 40”.
La autora de libros como La república de los sueños, Tebas de mi corazón y La dulce canción de Cayetana fue en cualquier caso una figura esencial –como quizá también Clarice Lispector (1920-1977) y Rubem Fonseca (1925-2020)– para romper el aislamiento relativo y abrir la literatura brasileña al mundo.
Piñón fue acreedora del Premio Internacional de Literatura Latinoamericana Juan Rulfo (1995) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2003). Además, recibió un doctorado honoris causa en la Universidad de Santiago de Compostela, y fue distinguida como Embajadora Iberoamericana de la Cultura.
Este sábado, el diario El País destaca su cercana relación con España, y con Galicia en particular, dado el origen de sus padres. De hecho, su biblioteca –que incluye más de siete mil documentos de su archivo personal– fue donada hace unos meses al Instituto Cervantes de Río de Janeiro.
“La línea del horizonte que marca el límite de mi mirada me permitió fundir esas dos tierras, Brasil y España, como si fuesen una única familia”, dijo en la ocasión. “Yo soy todas las civilizaciones que vinieron a este campamento brasileño”.
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