Piezas periodísticas de Colombia, Brasil, Perú y España resultaron galardonadas, entre mil 943 postulaciones, en la undécima edición del Premio Gabo, que otorga cada año, en cinco apartados, la fundación instituida por Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura. La ceremonia tuvo lugar este viernes en el Teatro Colón de Bogotá, durante la primera jornada del Festival Gabo (hasta mañana 2 de julio).
La organización del evento destacó que por primera vez en más de una década un trabajo colombiano conquistó el lauro en la categoría Texto. Se trata de “El grito por justicia y reparación de las mujeres afro violentadas sexualmente”, de Beatriz Valdés Correa, aparecido en Colombia +20 de El Espectador.
Este constituye –apunta en su web la Fundación– “un relato de las consecuencias de la violencia sexual en los cuerpos de las mujeres negras y sus propuestas de reparación”.
“En Colombia las instituciones no se han puesto de acuerdo para determinar cuántas personas sufrieron violencias sexuales durante el conflicto armado”, se lee en un pasaje del reportaje ganador que revela la magnitud del problema. “Las cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica arrojan que, entre 1958 y septiembre de 2022, 16.758 personas sufrieron violencia sexual. 15.140 son mujeres. 1.409 son afrocolombianas. Los datos de la Unidad para las Víctimas son más escandalosos, pero revelan lo mismo: la violencia sexual la ejercieron mayoritariamente contra las mujeres y, entre los grupos étnicos, las más afectadas fueron las afro. Hasta el 30 de noviembre de 2022, la Unidad tenía registradas a 36.572 víctimas de «delitos contra la libertad y la integridad sexual». El 90 por ciento son mujeres y el 21 por ciento son Negras, Afrocolombianas, Raizales o Palenqueras (NARP)”.
En un video presentado durante la gala de premiación, Valdés Correa dijo que su objetivo era “mostrar que las consecuencias de la violencia sexual en los cuerpos de las mujeres afro van mucho más allá de lo que se ha reconocido, y que no se pueden reparar con una indemnización. El trabajo consistió en escuchar a varias mujeres afro que sufrieron violencia sexual en el marco del conflicto armado; especialmente, a una de ellas que se llama Aura”.
Competían además en este apartado el periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez, con la pieza titulada “Penúltimos recuerdos de un balsero cubano”, en El País América, y el boliviano Mauricio Carrasco, con su reportaje “Las llaves del cielo en la tierra sin mal”, en la Agencia Boliviana de Información.
El premio en Cobertura fue para “Nome aos bois”, una investigación encabezada por Ana Magalhães y Marina Rossi para el medio Repórter Brasil; la misma expone “los problemas ambientales y laborales relacionados con diez de los principales ganaderos del país”.
“Repórter Brasil revela quiénes son los hacendados que deforestaron la Amazonía e hicieron fortuna”, anuncia el medio brasileño en la portada de esta serie reporteril.
En la categoría de Imagen, los agraciados fueron César Prado Malca y Rosa Laura Gerónimo por “Ayacucho: Radiografía de homicidios”, un trabajo para IDL-Reporteros que, según los organizadores del certamen, “reveló seis ejecuciones extrajudiciales cometidas por militares durante protestas en Ayacucho, Perú”.
Los apartados de Audio y Fotografía fueron a manos de periodistas españoles.
Juan Pablo Abait, Lucas Mirvois, Pablo Ferreira, Pedro García Campos son los realizadores del podcast “Costa Nostra”, aparecido en La Maldita para Amazon Music. El jurado subrayó que este “permite al oyente conocer este entramado criminal a través de un número considerable de fuentes directas de primer nivel, donde se nota una profunda investigación y un importante trabajo de registro en terreno”.
En tanto, Santi Donaire laboró durante seis años en el registro de la búsqueda de desaparecidos en España. “¿Conseguirá la Ley de Memoria Democrática reparar los daños del Franquismo?”, se pregunta el fotógrafo, a través de estas instantáneas, en National Geographic.
El Premio Gabo –autodefinido como el “reconocimiento más importante al periodismo en español y portugués”– homenajeó asimismo la hondureña Jennifer Ávila y al francés Jean-François Fogel, quien presidió el Consejo Rector de la Fundación Gabo hasta su muerte ocurrida el 19 de marzo último.
Ávila, directora del medio nativo digital Contracorriente, recibió oficialmente, de manos del célebre reportero y cronista estadounidense Jon Lee Anderson, el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo. Semejante distinción le fue concedida por “su ejemplo inspirador, considerado una fuerza transformadora en Centroamérica y más allá, desde un país asediado por la violencia, la corrupción y el crimen organizado”.
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