Una novedad que ha traído la 39 edición de la feria internacional de arte contemporáneo, ARCOmadrid 2020, que se celebra del 26 de febrero al 1ro de marzo en Madrid es que, por primera vez en la historia de este evento anual, no hay un país invitado de honor, sino que la feria está dedicada a un artista: el cubano Félix González-Torres.
Célebre por sus revolucionarias instalaciones y recordado como uno de los pioneros en llevar a las artes plásticas los conflictos de la comunidad LGBTIQ+, González-Torres nació en Cuba y vivió entre España, Puerto Rico y los Estados Unidos. A lo largo de su trayectoria combinó los estudios de arte y teoría con el activismo cultural y la educación comunitaria. En su vida de migrante se vinculó a los distintos movimientos y circuitos culturales por los que transcurrió, entre ellos el neoyorquino Grupo Material con una fuerte proyección social y cívica. En 1996 moriría en Miami a causa del SIDA.
La dedicatoria de ARCO 2020 a González-Torres se concreta fundamentalmente en la muestra central de la feria, Es sólo cuestión de tiempo, que reúne obras de dieciséis artistas contemporáneos que rinden homenaje al creador cubano. Una nota de opinión publicada en la edición española de la revista de diseño interior Architectural Digest firmada por Itziar Narro explica que el hecho de que su obra no se exponga directamente se debe a que el propio trabajo artístico de González-Torres se dedicó a cuestionar la noción de autoría vigente en el sistema del arte contemporáneo. Esta exposición, concluye Narro, “promete alto voltaje político y sensorial”. Sin embargo, según un medio español, la instalación de González-Torres Untitled (It’s Just a Matter of Time) estará expuesta en diversas vallas publicitarias y en distintas estaciones de metro de la capital desde el 1ro de febrero al 2 de marzo.
Alejandro Cesarco, el comisario de la muestra Es sólo cuestión de tiempo (titulada así justamente en homenaje a esa obra del artista cubano), abundó sobre cómo la vigencia del trabajo de Félix González-Torres está en relación con el carácter interactivo de sus instalaciones, su apuesta por el activismo político y la síntesis que propone entre los ámbitos de lo íntimo y lo público, cuestiones que están en el centro de las preocupaciones del arte contemporáneo. Expresó, además, refiriéndose a la idea motriz que estuvo en el origen de la concepción de esta muestra: “su rastreo en la obra de otros artistas puede permitir articular vectores metodológicos, políticos y formales que amplíen sus significados, con los que poder, a su vez, releer a Félix González-Torres”.
Otra exposición que gira alrededor del homenajeado es Cada forma en el espacio es una forma, que en el estudio madrileño de su paisano Dagoberto Rodríguez estará curada por Solveig Font, y reúne un grupo de catorce artistas cubanos, entre los que se hallan Alina Águila, Lester Álvarez, Benjamín del Castillo, Felipe Dulzaides, Kiko Faxas, Leandro Feal, Orestes Hernández, Reynier Leyva Novo, Julio Llópiz-Casal, Tatiana Mesa, José Manuel Mesías, Ezequiel Suárez, Irving Vera y el propio Dagoberto. A propósito de esta, el ensayista Iván de la Nuez comentaba la ironía de que un homenaje de artistas cubanos a la obra de González-Torres tenga que exponerse en Madrid, y declaraba su esperanza de que “un museo cubano, en alguna década de este siglo, se digne a honrar por fin a un artista particularmente tozudo a la hora de reafirmar su pertenencia a esa cultura”.
Pero la presencia de Iván de la Nuez en esta edición de ARCO no se limita a la teoría sino también a la praxis artística, pues su escritura es la protagonista del proyecto Ensayo, presentado en el taller de los también cubanos Glenda León y David Beltrán, que consiste en la exhibición de las libretas de apuntes de De la Nuez, donde quedan registradas las reflexiones que posteriormente tomarán la forma de ensayos de crítica de arte. Estos cuadernos “se mostrarán como documentos de un proceso: los ensayos del ensayo”, según afirman León y Beltrán en las palabras explicativas de la exposición.
En este escenario no podía quedar fuera la propuesta de la trasnacional Galería Continua que esta vez fue reconocida por el diario El País entre las diecinueve más interesantes del evento. Hablamos de la muestra personal de cuatro piezas de Carlos Garaicoa, entre las que atrae la instalación en cartón, luz de neón y metal J’accuse.
Una obra de otro artista cubano, Marco Antonio Castillo (ex integrante junto a Dagoberto Rodríguez del grupo Los Carpinteros), ha dado también mucho que hablar en la feria madrileña, no sólo por el discurso que propone sino también por el hecho de haber sido vendida en 30 000 euros. Se trata de una pieza que establece una analogía entre las figuras de Francisco Franco y Fidel Castro, mediante una composición integrada por letras que permiten leer, ya sea en un sentido o en otro, los nombres del dictador español y del dictador cubano. El autor, que busca que el público reflexione sobre las consecuencias de la censura y la represión cultural, declaró a propósito del mensaje de esta pieza: “Parecen opuestos, pero presentan coincidencias”. Esta obra de Castillo se une a la polémica desatada por la del artista chileno Fernando Prats que consiste en la inscripción “El violador eres tú” sobre la bandera chilena, y a otra del finlandés Riiko Sakinen, titulada “Franco no era tan malo como dicen”, que, en un gesto irónico, atribuye al dictador español la invención de la paella y la música flamenca, entre otros elementos típicos de la cultura española, según comenta el periodista Fernán González en el informativo digital español OKdiario.
Por su parte, el artista cubano Wilfredo Prieto, cuya instalación Vaso medio lleno figuró entre las obras más comentadas en la edición de 2015 de ARCO, participa esta vez como el curador de Tropic-Ana, una exposición en la galería madrileña Nogueras Blanchard de dibujos y video-artes de Ana Mendieta. Con esta muestra, Prieto se propone revisitar la obra de Mendieta, que “no ha sido comprendida en plenitud” —comentó el otrora miembro del proyecto Galería DUPP en La Habana.
ARCO 2020 también acoge el proyecto cultural Detrás del muro (Dedelmu), que lleva al evento madrileño obras de artistas cubanos consagrados como Roberto Fabelo o Pedro de Oraá, además del performance Conversación con el que regaló la luz, dedicado a la memoria de Félix González-Torres, de la artista cubanoamericana María Magdalena Campos.
La galería habanera El Apartamento, que ha participado en anteriores ediciones de la feria madrileña en una sección colateral para proyectos noveles, en esta ocasión forma parte de la sección central. Según declaró a Rialta Aurora Carmenate, curadora de esta galería, la selección de los ocho artistas que se presentan este año tiene en cuenta las afinidades de sus obras con la sensibilidad de Félix González-Torres. Entre los elegidos figuran desde jóvenes de reciente incoporación a la nómina, como Ariamna Contino y Alex Hernández, hasta exponentes reconocidos ya en el circuito internacional, como son el caso de Leandro Feal, Diana Fonseca, Orestes Hernández, Reynier Leyva Novo, Levi Orta y Ezequiel Suárez; este último, en palabras de Carmenate, probablemente el más afín a la línea conceptual de González-Torres.
ARCO Madrid es uno de los eventos que moviliza el arte mundial cada año desde su fundación en 1982. Sin dudas, esta edición número 39 se ha convertido en un espacio para mostrar, divulgar y comercializar el arte cubano contemporáneo; y, por supuesto, no menos importante, para legitimar y justipreciar algunas zonas de este que el sistema institucional de la cultura en la isla ha borrado de sus predios por razones políticas.