Creadores de gran prestigio internacional, como el músico argentino Fito Páez y el escritor cubano Leonardo Padura (Premio Nacional de Literatura), sumaron sus firmas a una carta de denuncia contra “los actos de violencia y represión” ejercidos por la policía política cubana contra las historiadoras y activistas Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja Torres.
La declaración, firmada y publicada originalmente en redes sociales por miembros de la Asamblea de Cineastas Cubanos, pronto recabó hasta 220 rúbricas; personas de diversos sectores sociales han incorporado sus nombres no solo como muestra de solidaridad, sino también para condenar “los repetidos actos de intimidación a la ciudadanía, reprimida en sus derechos y amenazada por las autoridades [del país]”.
“Nuevamente el derecho al disenso y a la expresión pacífica es coartado, reprimido y criminalizado”, se lee en el documento, donde se hace referencia a la detención de ambas mujeres en horas de la mañana del pasado 18 de junio, mientras se dirigían de Matanzas a La Habana para ejercer el derecho a la protesta pacífica. Luego del arresto, permanecieron durante once horas en la estación de La Playa, en Matanzas, donde López Hernández fue instruida por cargos de atentado.
“Cientos de cubanas y cubanos, gran parte de ellos jóvenes, han sido procesados y encarcelados solo por ejercer [sus] derechos constitucionales, con todo el sufrimiento que ello implica para numerosas familias […], las consecuencias de esta escalada represiva se extienden, cada día más profundamente, por todo el tejido de la sociedad cubana. El éxodo brutal que padecemos tiene en esta ausencia de derechos y libertades básicas una de sus principales causas”, prosigue el texto.
“A los artistas e intelectuales cubanos nos corresponde asumir nuestro rol en este contexto. La cultura es el escenario en el que se adelantan y dirimen a tiempo los problemas de una sociedad cualquiera. Esa es la función del pensamiento crítico y del arte auténticamente revolucionario, entendido éste en el sentido real del término”, subraya la declaración, inicialmente refrendada por los realizadores y guionistas Fernando Pérez, Ernesto Daranas y Kiki Álvarez, el actor y productor Luis Alberto García Novoa, el profesor y crítico Gustavo Arcos, los productores y realizadores Rosa María Rodríguez, Manuel Alejandro Rodríguez y Armando Capo Ramos, y el investigador y crítico Juan Antonio García Borrero.
Se subraya, además, que, “frente a los ojos de un país cada día más empobrecido”, tanto el gobierno como las autoridades culturales “han dado la espalda a importantes oportunidades de diálogo en el terreno de la cultura que hubieran ayudado a tender puentes hacia el resto de la sociedad cubana. Mientras eso sucede, la impunidad, la corrupción, el abuso institucional, el silencio cómplice, la incondicionalidad oportunista, las desigualdades y el clientelismo ganan espacio de una manera autodestructiva”.
La plataforma Cuba X Cuba se hizo eco de este apoyo a la declaración de la ACC y destacó en sus redes sociales cómo “entre los firmantes se encuentran músicos, artistas, escritores, actores y actrices, periodistas, ensayistas, curadores de arte, cineastas, sociólogos, empresarios, arquitectos, médicos, ingenieros, creadores digitales, profesores, activistas sociales, familiares de presos políticos y jubilados, cubanos y extranjeros”. Un factor que, según ese laboratorio independiente de pensamiento cívico, “evidencia el carácter eminentemente cívico —más allá de posturas ideológicas— del pronunciamiento”.
Junto a las personalidades ya mencionadas, también destacan en la nómina de firmantes los periodistas Jorge Fernández Era, Carla Gloria Colomé, Wilfredo Cancio Isla y Carlos Manuel Álvarez; los realizadores audiovisuales Jorge Molina, Esteban Insausti, Juan Pin Vilar, Rolando Díaz, Alejandro Alonso y Jorge Dalton; las investigadoras Berta Carricarte, Rosa Marquetti, Esther Suárez Durán y Teresa Díaz Canals; la profesora y escritora Carolina de La Torre; el arquitecto Abel Tablada; la actriz y directora teatral del Ciervo Encantado Nelda Castillo; el director de fotografía Raúl Prado; los activistas creadores digitales Amelia Calzadilla y (el dramaturgo) Yunior Morales; los actores y actrices Cristina Obín, Edwin Fernández, Héctor Noas, Marcos García Rodríguez, María Isabel Díaz Lago y Mario Guerra, así como Lázaro Saavedra González, Premio Nacional de Artes Plásticas, y también Luis Álvarez Álvarez y Margarita Mateo Palmer, ambos poseedores del Premio Nacionales de Literatura.
“Agradecida infinitamente con cada persona que subscribió esta carta”, escribió a su vez la ensayista y profesora matancera Alina Bárbara López Hernández en su página de Facebook. “Es un honor contar con la firma de personalidades a las que mucho admiro, como Leonardo Padura, Fito Páez o Fernando Pérez, por poner apenas tres ejemplos; aunque para mí, todas las firmas tienen el valor que otorgan la empatía, el civismo y la dignidad. Gracias compatriotas por no apartar la mirada. Estos son tiempos luminosos a pesar de todo. No estamos solos”.
En un testimonio inicialmente publicado en el canal de YouTube de Cuba X Cuba, de cuya junta directiva es miembro López Hernández, ella contó que la policía responsable de su arresto la agredió y la hizo caer al suelo, donde sufrió un golpe en la cabeza. Durante un forcejeo, cuando intentaba que entrara a la patrulla, la profesora, prácticamente sin advertirlo, “arrancó” o “aflojó” la charretera de la oficial (“no me quedé con ella en la mano”, recuerda), y tal accidente justificó la acusación de atentado y motivó incluso amenazas de encarcelamiento.
El motivo del viaje a La Habana era cumplir con el acto cívico de protesta que (en evocación a la histórica Protesta de los Trece ocurrida en 1923) viene realizado cada mes la otrora coordinadora de La Joven Cuba, siempre junto a una imagen pública de José Martí. Esas protestas, declaró, tienen como propósito exigir “una Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva constitución aplicable en todas sus partes”, “que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza extrema, “libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio” y “el cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión”.
Este es solo otro episodio de violencia contra Alina Bárbara López Hernández por parte de la Seguridad del Estado. En abril fue arrestada arbitrariamente cuando pretendía llegar a La Habana, ocasión en que sufrió graves lesiones denunciadas en redes sociales por diversas voces de la sociedad civil cubana. En 2023 atravesó un proceso judicial bajo el cargo de desobediencia, y fue condenada a pagar una multa de siete mil pesos cubanos; el caso se documentó en la Lista de Casos 2023/2024 de PEN Internacional: Guerra, censura y persecución.
Contra esta detención del pasado 18 de junio se pronunciaron múltiples voces y organismos cívicos, y organizaciones no gubernamentales como PEN Internacional, PEN Cuba en el Exilio y Artists at Risk Connection, las cuales resaltaron en su comunicado que este hecho constituye un ejemplo del “acoso y la persecución continuos a escritores, periodistas y artistas [en Cuba]”.