Sergio Ramírez, Leonardo Padura y Castellanos Moya realizan depósitos en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

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Sergio Ramírez y Leonardo Padura (primero y tercero por la izq.) en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, Madrid, España / Imagen: YouTube/Instituto Cervantes (captura de pantalla)
Sergio Ramírez y Leonardo Padura (primero y tercero por la izq.) en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, Madrid, España / Imagen: YouTube/Instituto Cervantes (captura de pantalla)

El Instituto Cervantes, la mayor entidad consagrada a promover la enseñanza y el estudio de la lengua española en el mundo, cumple treinta años este 2021 y ha celebrado esta circunstancia, entre otras actividades, con nuevas adiciones a su Caja de las Letras, un singular archivo que atesora más de sesenta legados documentales correspondientes a nombres e hitos relevantes de las letras hispánicas.

Este 13 de septiembre, en presencia del director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, y el ministro de Asuntos Exteriores del Estado español, José Manuel Álvarez, tuvo lugar en la sede madrileña del Instituto una breve ceremonia en que los protagonistas fueron el escritor nicaragüense Sergio Ramírez y el cubano Leonardo Padura.

“Para el Instituto Cervantes es muy importante trabajar no sólo por la cultura española sino por la cultura en español, y en ese sentido somos muy conscientes de que nuestra tarea es una tarea de hermandad con todos los países hispanohablantes”, afirmó García Montero, quien además ponderó la importancia de la literatura latinoamericana para la cultura en lengua española. García Montero se refirió a la particular situación que vive por estos días Sergio Ramírez, sobre quien pesa una orden de detención dictada por el gobierno nicaragüense que lo condena a un destierro de facto. “Me conmueve mucho que las mismas razones por las que el gobierno dictatorial de Somoza persiguió a Sergio y a sus amigos sean las razones que ahora utiliza el perseguidor de Sergio Ramírez”, añadió García Montero en referencia al mandatario nicaragüense Daniel Ortega.

Ramírez, quien ya tiene depositado su propio legado documental en la Caja de las Letras desde que fuera galardonado con el Premio Cervantes en 2017, participó esta vez en representación de la Academia Nicaragüense de la Lengua para depositar el legado del Rubén Darío, consistente en una porción de tierra proveniente del jardín de la casa de infancia del poeta modernista y una primera edición de Cantos de vida y esperanza (1905). Ramírez definió ese como “el gran libro de Rubén Darío”, poseedor de “todo lo que de renovación, de aventura y de excelencia tiene la poesía dariana”.

“Me siento abrumado por todo el respaldo que he recibido de toda América Latina y España”, señaló Ramírez, “y ese respaldo me hace sobrellevar de mejor manera la peor circunstancia que alguien que ya viene de vuelta puede atravesar, que es la del exilio forzado”. El escritor consideró que el gobierno de Ortega es “una dictadura enemiga de los libros”, ya que la causa de la persecución a que se ve sometido no radica en la actividad política, sino en el hecho de haber publicado la novela Tongolele no sabía bailar (2021), un volumen que, según palabras de su autor, “desnuda atropellos y violaciones a los derechos humanos, el asesinato de decenas de jóvenes desarmados en las calles de Managua y otras regiones del país”.

A su vez, Padura, quien al igual que el resto de los participantes en la ceremonia se solidarizó públicamente con Ramírez, depositó las primeras páginas manuscritas de su novela Como polvo en el viento(2020) y la primera versión de La novela de mi vida (2002), con correcciones y sugerencias de cambio de manos de la editora española Beatriz de Moura. Padura se refirió a ella como “una persona absolutamente fundamental para mi carrera y para la de muchísimos escritores de lengua española y de otras latitudes; la directora, fundadora, alma, espíritu y corazón de TusQuets Editores”.

El día siguiente tocó el turno de depositar su legado en la Caja de las Letras al escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Castellanos agradeció el apoyo del Instituto Cervantes a su carrera literaria y, en general, su papel en la difusión de escritores en lengua española. “He sido un escritor errante, sin casa ni hogar, y el único país que me queda es el de mi memoria”, declaró Castellanos, “por eso el archivo de mi obra se limita a tres pequeñas cajas con unos contados manuscritos que han sobrevivido a los tantos traslados de ciudad, de país, de continente”. Esas cajas contienen el único fragmento que sobrevive del manuscrito de la novela Insensatez (2004), así como una primera versión pasada en limpio con correcciones manuscritas de la misma obra.

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Igualmente, los días 15 y 18 de septiembre, respectivamente, depositaron legados el Grupo Planeta, uno de los más importantes conglomerados editoriales del ámbito hispánico, y el Instituto Caro y Cuervo de Colombia, prestigiosa institución académica dedicada a la investigación filológica.

José Creuheras, presidente de una trasnacional que incluye más de sesenta editoriales en veinticinco países y unos 150 mil volúmenes publicados, fue el encargado de depositar una edición facsimilar de Mientras la ciudad duerme, novela del norteamericano Frank Garby Yerby, que fuera en 1949 el primer título publicado por Planeta, así como el libro conmemorativo 70 aniversario del Premio Planeta, un compendio de datos e informaciones sobre ese importante galardón literario.

Por su parte, la ministra colombiana de Cultura, Angélica Mayolo, y Juan Manuel Espinosa Restrepo, subdirector académico del Instituto Caro y Cuervo, depositaron, entre otros documentos, un ejemplar de la tercera edición de Apuntaciones críticas sobre el lenguaje colombiano (1872), importante estudio lexicográfico del filólogo Rufino José Cuervo; una traducción de la Literatura romana de Friedrich Leo realizada por el filólogo español Pedro Urbano González de la Calle, fundador del Instituto, y las memorias de Sixto Muñoz, último hablante nativo de la lengua originaria tinigua.

“En esta Caja de las Letras recibimos la herencia de los que han trabajado por la cultura, y la recibimos como un compromiso con el futuro, porque estamos convencidos de que las verdaderas riquezas de las comunidades son sus lenguas y sus culturas”, dijo Luis García Montero.

Ahora, por primera vez, este archivo del Instituto Cervantes deja ver sus intimidades al internauta interesado mediante una visita virtual.

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