El futuro de los videojuegos radica en abandonar las pantallas, según una exposición en Singapur

Desde hace tiempo la sinestesia, la realidad aumentada y las experiencias inmersivas son los ejes más inquietantes de la evolución de los videojuegos. El deseo de abandonar la pantalla para integrar los espacios del usuario y funcionar como segunda realidad acompaña los experimentos más atrevidos de una industria que no para de crecer, en la que arte, ciencia y tecnología marchan parejas en la producción de experiencias que emulan para reproducir lo sensible a gran escala.

En esa dirección, la exposición Virtual Realms: Videogames Transformed (Reinos virtuales: videojuegos transformados), que acoge hasta enero de 2022 el ArtScience Museum de Singapur, reúne algunas de las manifestaciones más avanzadas de un campo de creación que algunos teóricos califican ya como el octavo arte.

Los curadores de la muestra la proponen como “una serie de divertidas e inmersivas instalaciones que te llevarán en un viaje a través de nuevos paisajes sónicos y emocionantes mundos caleidoscópicos”, pero la idea de trasladar la experiencia interactiva de la pantalla a la galería supone en este caso un valor añadido.

Asimismo, la posibilidad de apreciar de conjunto el trabajo de seis de los desarrolladores de videojuegos más importantes del mundo, asociados a igual número de estudios de diseño para producir instalaciones inmersivas a gran escala, permite calibrar el alcance del campo de la videocreación y las ludonarrativas del siglo XXI como una forma única de arte contemporáneo.

Los desarrolladores invitados a la exposición son Kojima Productions, creadores del videojuego “Death Stranding”; Enhance, de Tetsuya Mizuguchi (Rez Infinite; Tetris Effect), ambos de Japón; thatgamecompany (Sky: Children of the Light; Journey), de Estados Unidos; Tequila Works (Deadlight; RiME), de España; Media Molecule (LittleBigPlanet; Dreams), del Reino Unido; y el artista irlandés asentado en Los Angeles, David O’Reilly (Everything; Mountain).

Para Virtual Realms, cada desarrollador se asoció con un artista de medios o un estudio de diseño diferente (Rhizomatiks, FIELD.IO, The Mill, Marshmallow Laser Feast, onedotzero y The Workers) para crear las seis instalaciones, cada una con un tema o motivación central: Sinestesia, Unidad, Conexión, Juego, Narrativa y Todo.

Comisariada y organizada por el Centro de Arte Barbican, uno de los mayores de Europa y ubicado en Londres, y con Tetsuya Mizuguchi como curador invitado, la muestra es una colaboración entre el ArtScience Museum de Singapur y el Melbourne Museum, de Australia.

Entre las piezas destaca Rezonance, de Enhance y Rhizomatiks, en la que cuatro personas controlan el sonido y la luz del ambiente de la galería al interactuar con una pelota, y en la que la instalación es modificada y producida al cabo por el propio usuario.

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En el caso de la propuesta de Tequila Works y The Workers, denominada Libro de arena, el visitante se enfrenta a una pantalla de casi 360 grados donde la interacción con la luz permite recorrer un relato visual que acaba por remedar una experiencia de realidad virtual sin la necesidad de que el usuario use casco ni prótesis tecnológica alguna.

Por su lado, David OReilly propone una pieza mucho menos interactiva, en la que el visitante es convocado a asumir la tradicional condición de espectador para enfrentar una experiencia semejante a la de un caleidoscopio, mientras disfruta de la música interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres y de los cambios del entorno visual que contrapuntean con la dimensión sonora.

La exposición viajará a Perth, Australia, después de que concluya su estancia en Singapur. El ArtScience Museum, ubicado dentro de un resort del Marina Bay Sands de la ciudad Estado asiática, fue inaugurado en 2011 y es considerado el primero de su tipo en el mundo.