![instar-documenta-activistas Los activistas Marta María Ramírez, Leonardo Otaño y Ulises Padrón (izq. a der.) en una charla organizada por el Instituto de Artivismo "Hannah Arendt" en Documenta 15 (IMAGEN Facebook / INSTAR)](https://rialta.org/wp-content/uploads/2022/07/instar-documenta-activistas-696x436.jpg)
El Instituto Internacional de Activismo “Hanna Arendt” (INSTAR), liderado por la artista cubana Tania Bruguera, organizó este viernes 29 de julio la charla “Últimos acontecimientos en Cuba: sociedad civil y prácticas cívicas”, que integra el programa de actividades de Documenta 15, con sede en la ciudad de Kassel, Alemania. Los activistas cubanos Marta María Ramírez, Ulises Padrón y Leonardo Otaño se reunieron para discutir acerca de la realidad social y política de su país. Disponible en el perfil de Facebook de INSTAR, el conversatorio ofrece un repaso de las expresiones de enfrentamiento a la violencia represiva y la censura ideológica del Estado, así como una reflexión sobre los retos de la ciudadanía y, en particular, de las voces disidentes en Cuba.
“Últimos acontecimientos en Cuba…” sirvió para mapear las condiciones de producción y de circulación de la disidencia política en la isla –a través del periodismo independiente, el activismo en redes sociales, las manifestaciones populares, la protestas de las comunidades LGBTIQ+…– y para identificar acontecimientos esenciales en la definición de la actual fisonomía política nacional (en particular, los debates que promueven diversos grupos sociales ubicados de distintos modos frente al poder autoritario estatal).
Esos acontecimientos –las prácticas de los colectivos feministas, la emergencia del Movimiento San Isidro, las protestas ciudadanas del 11 de julio de 2021, por sólo mencionar algunos de los ejemplos citados– han contribuido decisivamente a exponer el aparato de represión y disciplinamiento del gobierno cubano, según coincidieron los panelistas. A la vez, se ha ido solidificando esa “avanzada” del activismo frente a “la dictadura”.
Leonardo Otaño, responsable de la conducción del debate, abrió con una breve ilustración de esa reconfiguración de las prácticas cívicas de resistencia tras la irrupción masiva de Internet en Cuba. La razón totalitaria del gobierno comenzó a sufrir a partir de entonces, explicó el activista, un considerable repliegue; en tanto, la ciudadanía encontró en el espacio virtual un dispositivo que ensanchó el teatro de la crisis (visto desde el lugar del poder) iniciado desde mucho antes por opositores políticos y periodistas independientes. Para Otaño, una lectura acertada de la realidad cubana actual, y señaladamente del papel y los retos del activismo, pasaría por comprender la relevancia de las redes sociales y, en general, de Internet; ámbitos de potencial socialización crítica que posibilitaron a diferentes actores articular sus expresiones de contestación e, incluso, de militancia opositora contra el régimen cubano.
El año 2019 es visto por los participantes en la charla como un momento clave. Es el periodo en que se rebasa el entorno de las redes sociales y del periodismo y se ocupa el espacio público por actores de la ciudadanía. La radicalización del proceder del Movimiento San Isidro contribuye notablemente –gracias a su crítica directa al Estado y sus análisis artísticos (desmontajes) de los mecanismos de dominación y control del gobierno– a romper las barreras de contención de un sector de la sociedad civil, especialmente al interior de los gremios artísticos e intelectuales.
Tras la irrupción violenta de la policía política el 26 de noviembre de 2020 en la sede del Movimiento San Isidro, donde varios de sus miembros protestaban, en huelga de hambre, contra la detención del rapero Denis Solís, se articularon iniciativas de solidaridad que ejercieron presión contra el poder. La más contundente fue la concentración, al día siguiente, de cientos de creadores, intelectuales y otros ciudadanos frente al Ministerio de Cultura en La Habana. Individuos con diversos posicionamientos políticos se juntaron bajo el convencimiento de que debía cesar la represión, la censura, la vigilancia y la intervención estatales sobre la sociedad civil y las prácticas disidentes.
Desde entonces se experimenta un procesamiento diferente del miedo por parte de gran parte de la ciudadanía, hicieron notar los activistas invitados por INSTAR. Sucesivas fisuras en la imagen de la praxis gubernamental han expuesto, más que nunca antes, la violencia del autoritarismo cubano. El momento en que mejor se pudo apreciar esa violencia –acotó el moderador– fue tras las protestas populares ocurridas el 11 de junio de 2021; un estallido sin precedentes en el país que reveló definitivamente la profundidad y la transversalidad de la crisis del sistema cubano. En un momento de la charla consagrado a los sucesos del 11J, se presentó un video en que dos madres de manifestantes, encarcelados y condenados a años de prisión, dan testimonio del terror estatal cubano y los límites a que llega el gobierno en el ejercicio del control ciudadano. Si algo revela el reportaje –y sobre todo las palabras de esas madres– es la naturaleza clasista de la oficialidad, así como la discriminación de los sectores marginales de la población.
Martha María Ramírez, para profundizar en las contingencias del activismo cubano actual, disertó con elocuencia, impulsada por Otaño, acerca de los entornos de operación del periodismo independiente. Hizo hincapié en el surgimiento de una prensa/activismo identificado con las agendas feminista, ambientalista, LGBTIQ+, comprometido en la lucha contra las discriminaciones racial y sexual. La aparición de estos grupos resultó una pulsión de novedad que favoreció la heterogeneidad visible en el ambiente de conflictividades cívicas de la Cuba contemporánea. Las feministas, los activistas LGBTIQ+, los animalistas independientes…, sacaron a la luz una serie de problemas, comunidades y sujetos marginados por el gobierno. Las polémicas y discusiones en torno al feminicidio, la vejez, la crisis legislativa, la opresión de los artistas opositores, la falta de libertad de expresión…, sustentan y atraviesan las manifestaciones múltiples de la sociedad civil cubana, a la vez que exponen la caducidad de la retórica oficialista.
Para la también periodista, la actual alianza de medios independientes –resultado en gran medida de la red de colegas propiciada por Internet– resignifica, y dota de una mayor potencia, las discusiones presentes. Igualmente, en relación los medios de prensa independientes, Ramírez abordó las carencias y complejidades enfrentados por los mismos en un contexto de opresión estatal: todo actor de la sociedad civil que se mueve en dicho terreno debe enfrentar la obstrucción más absoluta –incluida la criminalización– por parte de un gobierno negado a procesar crítica alguna.
Ulises Padrón enfatizó en el surgimiento de varios núcleos de resistencia en la comunidad LGBTIQ+. Al referirse los factores sociales y políticos confluyentes en la manifestación del 11 de mayo de 2019, destacó que esta acontece como expresión de múltiples experiencias de vasallaje e instrumentalización de los grupos LGBTIQ+ –aun cuando fue motivada, en primera instancia, por la cancelación de la tradicional marcha contra la homofobia y la transfobia convocada por el oficialista Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dirigido por Mariel Castro. Tal como señala Ramírez, la manifestación fue resultado también de la continua traición del gobierno a unos sujetos demandante de reconocimiento legal y espacios de visibilización; traición manifiesta ahora mismo con el llamado a plebiscito sobre el nuevo Código de Familia.
Padrón, acodado en su experiencia personal, se detuvo en los obstáculos que ha debido sortear la militancia sexual cubana; algunos de ellos enumerados también por el conductor del diálogo: control estatal, instrumentalización legislativa, conservadurismo social y fundamentalismos religioso. Cada uno de estos elementos inciden en el carácter y la dirección de los antagonismos, así como en la ruta de los activismos.
“Últimos acontecimientos en Cuba…” tocó también otros importantes temas, motivados los panelistas por las intervenciones del público presente en el Documenta Halle: el racismo estatal, el crecimiento de la pobreza y la estratificación social que sufren negros y mestizos, las tensiones internas en la propia comunidad activista/opositora.
Justamente, este debate propiciado por INSTAR en Documenta 15 incita a reflexionar acerca de los choques de intereses que tiene lugar en el espacio civil y político independiente cubano. Es un nuevo gesto que abre puertas en la búsqueda de la democratización del país.
Parece evidente que el trabajo curatorial y organizativo de INSTAR este verano en Kassel ha constituido hasta la fecha una plataforma única para la explosión de la crítica, la resistencia simbólica y el intercambio social tan necesarios para continuar socavando la pragmática totalitaria de la oficialidad cubana.