Presentación

The Revolution Evening Post fue una revista digital coordinada y editada por los escritores cubanos Orlando Luis Pardo Lazo, Ahmel Echevarría y Jorge Enrique Lage, entre 2007 y 2008, en La Habana. Diseñada en Microsoft Word, publicada siempre en formato PDF y distribuida off-line mediante correos electrónicos y dispositivos de almacenamiento digital, llegó a completar ocho números.

Elocuente como pocas ya en el título, remedo de The Saturday Evening Post, icónico magazin estadounidense, TREP emerge con una identidad editorial y un discurso marcadamente provocador en el panorama cultural de los años cero. Desde el modo heterodoxo del diseño de interiores, pasando por el atractivo de sus portadas –apropiación de algunas de Rolling Stone, Playboy, Esquire–, la adopción del reciclaje y la reproducción de textos, sus páginas se presentaban como un paraíso de “lo post” en medio de la precariedad, la sensibilidad demodé, el provincianismo y el desenchufe de la isla de Cuba.

Varias de las colaboraciones de sus directores, que no faltaron en cada número, pueden leerse como editoriales: TREP jugaba a ser postmoderna, en un país flagrante de signos de precariedad y ruina, sin vías de desarrollo; pop, en un wasteland sin celebridades ni revistas de moda, cero glamour, cero supermercados; postcomunista, en una colonia caribeña de la Unión Soviética, sin Unión Soviética; postrevolucionaria, en una “revolución” mucho menos guevarista y verde olivo que nostálgica por el pasado y más cerca de Estados Unidos; postsocialista, en tránsito hacia el capitalismo de Estado; millennial sin Internet.

Con los ojos puestos en lo que estaba sucediendo en la literatura latinoamericana, puso a circular textos de varios de los autores nacidos en la década del 70, que entonces ganaban notoriedad en el mercado editorial, pero que carecían de atención en las publicaciones cubanas. A estos sumó además nombres de indiscutibles “escritores de calidad”, considerados ya, por una razón u otra, padres literarios o, al menos, lecturas de rigor. En principio, Roberto Bolaño, en pleno auge de su canonización. Luego, muchos chilenos –Alberto Fuguet, Álvaro Bisama, Alejandro Zambra, Rafael Gumucio, Gonzalo Garcés–, varios mexicanos (Juan Villoro, Mario Bellatín, Heriberto Yépez, Rafael Lemus), argentinos –Rodrigo Fresán, Gonzalo Garcés–, peruanos –Fernando Iwasaki, Santiago Roncagliolo, Daniel Alarcón–, el boliviano Edmundo Paz Soldán, los españoles Enrique Vila-Matas y Félix de Azúa.

La literatura cubana queda limitada a unos pocos nombres, entre los que había vivos y muertos, sin preferencia por alguna generación en específico, aunque sí por ciertos aspectos de orden estético. En este sentido, los textos de “La pinacoteca”, de Alberto Garrandés fueron mucho más frecuentes que los cuentos de Pedro Juan Gutiérrez, Jorge Alberto Aguiar, Anisley Negrín y Raúl Flores. También por razones de predilección, y en lo que puede leerse la interpelación de TREP al canon oficial de la literatura cubana, se incluyeron textos de tres figuras olvidadas o marginalizadas por entonces: Guillermo Rosales, Carlos Montenegro y Miguel de Marcos.

No obstante la brecha entre foráneos y paisanos, la revista parece hacer un furibundo llamado de alerta al cambio de época y al desfasaje entre la realidad cotidiana y los discursos oficiales de la cultura, empantanados en los mecanismos institucionales y los medios ventrílocuos de la propaganda gubernamental. Asimismo, tanto a nivel de visualidad como de textualidad, sus páginas digitales son el signo de la emergencia de nuevas expresiones simbólicas latentes en la Cuba de los 2000, muchas de ellas asociadas a la emergencia de temas como el sexo, el exilio, el mercado, la censura, la frustración, el desencanto, y en consonancia con nuevas predilecciones estéticas que ven en la hibridación de géneros, la transtextualidad, la desterritorialización, lo fandom, lo cyborg, lo trans, lo pseudo, lo porno, la risa y lo selfi, códigos por explotar y propagar como un virus de computadora. No en vano, TREP es considerada por varios estudiosos como la revista icónica de lo que hoy se conoce como la Generación Cero de la literatura cubana.

Este expediente reúne los ochos números de The Revolution Evening Post, desde el primero, presentado como “Episodio 5”, hasta el último, como “Episodio 8”. Los acompaña un índice digital y una bibliografía mínima.

Documentos

 

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Índice

The Revolution Evening Post. Episodio 5 [n. 1]

The Revolution Evening Post. Episodio 6 [n. 2]

The Revolution Evening Post. Episodio 7 [n. 3]

The Revolution Evening Post. Episodio 2 [n. 4]

The Revolution Evening Post. Episodio 3 [n. 5]

The Revolution Evening Post. Episodio 4 [n. 6]

The Revolution Evening Post. Episodio 1 [n. 7]

The Revolution Evening Post. Episodio 8 [n. 8]

Bibliografía mínima


* Expediente coordinado por Roberto Rodríguez Reyes.

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