El director, programador y crítico cinematográfico cubano José Luis Aparicio ha recibido uno de los Prince Claus Seed Awards 2022. Este influyente reconocimiento es concedido cada año por la Fundación Prince Claus, en Países Bajos, a jóvenes artistas e intelectuales comprometidos con la transformación de sus realidades, cuyos itinerarios creativos y profesionales “abordan cuestiones políticas y sociales de impacto en sus comunidades”.
En los últimos años, la labor de José Luis Aparicio ha trascendido la creación estrictamente estética. Además de entregar filmes de singular virtuosismo, entre los que destaca el cortometraje Tundra (2020), su trabajo se ha enfocado en la promoción del cine independiente hecho en Cuba, así como en la rehabilitación y la difusión de obras y autores de la diáspora. El conjunto de estos factores, sin lugar a dudas, debió incidir en la concesión de una distinción que se propone –según declara la página oficial de la organización– “apoyar a los artistas emergentes en la exploración de nuevos propósitos y en el desarrollo de sus prácticas en los términos que estimen conveniente”.
El director, una de las voces más destacadas y activas del cine independiente cubano, anunció el lauro a través de sus redes sociales: “Feliz les cuento que formo parte del centenar de jóvenes artistas galardonados en 2022. ¡Muchísimas gracias al Prince Claus Fund por este reconocimiento! Es un gran honor y un impulso esencial a mis proyectos artísticos”. Destacó además cuán afortunado se siente al integrar el grupo de laureados –jóvenes entre quienes la organización holandesa procura crear redes de intercambio e intereses comunes–, y felicitó, en particular, a su colega Akley Oltan, de San Vicente y las Granadinas.
También agradeció con especial énfasis a sus familiares, amigos, y “a todas las personas que me han acompañado durante los últimos años en diversas aventuras creativas”: entre ellos, sus compañeros de la productora audiovisual Estudio ST, el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (Instar), Cine Cubano en Cuarentena, de Rialta, y la Muestra Joven ICAIC, plataformas que han acogido y respaldado sus iniciativas en diferentes etapas.
Las más recientes creaciones fílmicas de José Luis Aparicio —El secadero (2018), Sueños al pairo (2020) y Tundra (2021)–, han conseguido un notable éxito internacional, con selecciones y premios en diversos festivales alrededor del mundo. Las tres películas han incidido, de un modo u otro, en la dinamización estética e ideológica del paisaje audiovisual cubano.
Mientras impulsa su producción cinematográfica, Aparicio ha desplegado una puntual empresa como programador, promotor y crítico que ha contribuido a la recuperación de obras y autores relevantes del cine cubano post-1959; filmes cuyo lugar en la memoria colectiva, a menudo, ha sido confiscado por la ideología estatal y sus narrativas autoritarias, excluyentes.
El repositorio virtual Cine Cubano en Cuarentena –emprendido, junto a la poeta y activista Katherine Bisquet, con auspicios de Rialta Magazine— ha sido fundamental para salvar del olvido el legado de una serie de autores, muchos de ellos exiliados de la isla, cuyas memorias son de gran importancia para una comprensión cabal del campo fílmico insular y su devenir. Aparicio no limitó el espacio a la condición de un archivo audiovisual que pone a disposición del público una gran cantidad de obras relevantes lo mismo por razones estéticas que históricas, políticas y sociales; el proyecto llegó acompañado de una intensa artesanía reflexiva y promocional: críticas, entrevistas a realizadores, semblanzas, coloquios, ciclos de proyecciones, etc. Tal empeño ha constituido, sin dudas, un modo de hacer frente a las operaciones estatales de represión y borradura de la memoria; una vía para defender la libertad de expresión y las disidencias estéticas y políticas.
Por supuesto, esos propósitos se han expresado asimismo en los filmes de Aparicio. En El secadero y Tundra, por ejemplo, ensaya orgánicas apropiaciones de los códigos del cine de género que, inscritos con perspicacia en el diseño de la puesta en escena, los personajes y el esquema narrativo, abren paso a incisivas acusaciones/reflexiones sobre el estadio corriente de la sociedad insular y el imaginario de su gente. Tundra en particular ha dejado al realizador una extensa participación en prestigiosos certámenes cinematográficos, entre ellos el Festival de Locarno, el Festival de Cine Independiente de Nueva York, y el Festival de Cinema Fantástico do Porto Alegre, donde se alzó con el premio a Mejor Cortometraje Internacional. Es imprescindible distinguir entre sus obras el documental Sueños al pairo, dirigido junto a Fernando Fraguela. El filme resulta no solo una meritoria contribución al rescate del músico cubano Mike Porcel, quien sufrió la represión del régimen cubano, sino una clara denuncia de la violencia intrínseca al poder político en la isla.
Como programador, José Luis Aparicio tiene a su haber el diseño de una de las ediciones del Festival de Cine Instar, así como de Land Without Images, una muestra que bajo el auspicio del mismo Instituto se presentó recientemente en Documenta 15 de Kassel, Alemania, una de más influyentes exposiciones de arte contemporáneo en el mundo. Ambos proyectos han sido espacios para la visibilización y el perfilamiento de las singularidades históricas, estéticas e ideológicas del cine cubano independiente. Esta labor, basada en un sistemático trabajo crítico en la exploración de los discursos y ejercicios de lenguaje de ese nuevo cine cubano, y la propia producción audiovisual de José Luis Aparicio, resultan acciones estéticas y políticas que, evidentemente, la organización holandesa no podía dejar de reconocer.
Los Prince Claus Seed Awards están comprometidos con el fomento de la cultura y el impulso de los artistas nuevos. El objetivo de la Fundación es brindar a todos esos jóvenes, que ya poseen una relevante experiencia profesional, nuevas oportunidades para “experimentar, romper barreras, encontrar su camino y ganar impulso”. Este galardón es una muy buena noticia, sobre todo, porque constituye un estímulo para que José Luis Aparicio continúe, entre nosotros, su práctica artística e intelectual.