'My Shanty, Lake George',Georgia O'Keeffe óleo,, The Phillips Collection, Washington D. C.
'My Shanty, Lake George', Georgia O'Keeffe óleo, The Phillips Collection, Washington D. C.

Lo que transcurre

con Sigfredo Ariel

Cuando en la esquina del cuarto de alquiler
entonábamos sones de antigua remembranza
con la lengua trabada de alcohol y desengaño
no imaginábamos siquiera el desenlace.
Dormíamos en el calor del trópico
sobre el paño blanqueado por lentas herviduras
y un olor a ciudad en decadencia.
Renegando de esos días
vimos la puerta
un vano de papel o de mentira
algún modo de huir.
Ya no sería el hambre rumiando en los portales
ni el orine pudriéndose en la piedra.
Atrás quedaba el parque de la columna frigia
y ante los pies una serpiente de humo
que los ojos contemplaban con azoro.
Así cambió la luz que entraba por la hendija
la calidad del piso
el grosor de los muros.
Cambió la melodía del labio y de la orquesta
el tiempo con que el baile junta cuerpo con cuerpo
y tal vez el mareo
lo nublado del ojo
el veneno que muerde la rodilla.
Veo los techos desde esta otra ventana
azoteas colindantes y pasillos
que la fina llovizna hace traslúcidos.
Afuera los trenes se detienen
la gente se desborda en las aceras
llena los atrios
las plazas
los cafés.
Pasan banqueros de chaleco y de corbata
oficinistas ataviadas de domingo
mendigos de barba patriarcal.
Pasan el viento y las nubes de la tarde
y el polvo en remolinos se pega a la memoria.
Una niña canturrea ajenos versos
con un tono provincial que ya no existe.
Hay tanta furia en su pupila
tanta ausencia de mar.
Turbias
las horas se acomodan en el vaho
pueblan la herrumbre
lustran las manchas que el olvido fue forjando
en esas risas agudas
juveniles
que han marcado el andamiaje de estos días
el tiempo interminable de aquello que transcurre.

Ecos

adiós

No son campanas
es un túnel
una cruz en muelle
un horcón donde fijar amarras.
Sin cuerpo
solitaria
tu mano es el adorno de otro rostro
risa también ajena.
Así se dice adiós
como quien ve alejarse un tren
hasta que el humo se dispersa
danza como espejismo
y luego es nada.
Sólo ecos en el despeñadero.

Del silencio

sólo ecos en el despeñadero

El dardo zigzaguea hasta dar en el blanco
la profecía se cumple.
Íbamos a bailar toda la noche junto al mar
el peso exacto de tu cabeza sobre mi hombro.
Íbamos a reír
y a fumar papelillos hasta que el sol volviera.
Pasa de largo esa barcaza que es el tiempo
deja una estela
que la siguiente ola borrará.
En el puente se besan dos muchachas
quizás
alguna vez
fuimos tú y yo.

Como quien huye

Sola al fin
cuando creí perdidas las palabras
vi las pupilas de esa mujer en el espejo.
Sobre el aire vacío del océano
escuché el grito
fuimos pájaros volando sobre la calle hostil
sobre la sombra insana de los padres
y de la tierra podrida en la que habíamos nacido.
Tuvimos un futuro y lo perdimos
hilos de una fosforescencia que era ajena.
Lentas son las palabras
e inútiles
no hay papel que soporte un monosílabo
el adjetivo aburre
y predispone.
Hagámoslo de nuevo
desoigamos las normas
los oráculos
el tinte azul celeste de la tarde.

 

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Una vez más
los nombres se entrelazan
traen un hálito de hondura
un hambre que conozco
un vino rojo sangre.
Cuando el cielo se tiñe de violeta
sólo veo esa película vencida
ese trozo de papel
que acaba ennegreciéndose en el fuego.
Qué buscas     te pregunto
cuánto has andado para llegar aquí
y no sabes responder.
Te dan miedo las palabras
la falsa risa del traidor
del asesino.
Sobre tu vientre expuesto
una sombra se desliza
presurosa
como quien huye.

 

Odio anhelar la vida de los otros
sus mujeres desnudas
sus manjares
el compás de lo ajeno
esa lengua enrevesada del que huye
extranjero en su esperma y su perfume
extraño para siempre de mis manos
de la lengua que amanso
y domestico.
Extranjera es la sombra que persigo
el retumbar de tambores a lo lejos
la música ancestral
aquellas noches en otras latitudes
las gotas de sudor marcando en el sendero
los signos del vacío.
Nada revela el acorde que ahora escucho
son los gritos de siempre
es hora de partir.


* Estos poemas pertenecen al cuaderno Lo que transcurre, publicado en Miami en 2023 por Ediciones Furtivas.

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ODETTE ALONSO
Odette Alonso es poeta, narradora y promotora cultural. Nació en Santiago de Cuba y reside en México desde 1992. Su cuaderno Últimos días de un país obtuvo el Premio Clemencia Isaura de Poesía 2019; con Old Music Island ganó el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017 e Insomnios en la noche del espejo mereció el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” en 1999. Autora de quince poemarios, una novela y dos libros de relatos. Compiladora de la Antología de la poesía cubana del exilio (2011) y de Género y sus perspectivas (2022), y coeditora de Versas y diversas, muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea (2020). Fundaora y co-coordinadora del proyecto cultural Bulevar Arcoíris. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

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