Lynn Cruz publica ‘Crónica azul’: “El tiempo es el enemigo de las causas justas”

La actriz, escritora, directora de teatro y productora Lynn Cruz (La Habana, 1977) ha visto publicados, en menos de un mes, sus dos más recientes trabajos literarios. El primero, SALA-R, bajo el sello editorial Hurón Azul, y el segundo, Crónica azul. Diez años de rodaje, por la editorial Fra. Este último ganó, además, en mayo pasado, el premio Franz Kafka de Ensayo / Testimonio. En medio de estas novedades, estrenó en documenta fifteen Los enemigos del pueblo (Informe Postmortem). Desde Rialta Noticias quisimos conocer cómo organizó todo este trabajo. Desde La Habana nos responde.

Lynn, en un primer momento quisiera que me hablaras sobre la reciente publicación de Crónica azul. Quizá un buen incentivo sería que me explicaras por qué lo has denominado como un “road–making-testimonio”.

Crónica azul es un libro del que siento mucho orgullo. A diferencia de mi primera novela, Terminal, en Crónica azul me sentí más distanciada. Pensé que no volvería a escribir un libro porque en Terminal viví un proceso personal difícil, y fue más un viaje hacia la infancia, hacia el pasado. Fue doloroso escribirla. Aunque, como Charles Bukowski, escribo poesía cuando estoy triste.

Veo Terminal como un poema largo con recursos narrativos propios de la novela. Varias subtramas, personajes que entran y salen, diálogos, una narradora. Al mismo tiempo, es ficción dentro de la ficción, porque la narradora escribe un diario. Curiosamente, hacia el final de la novela, la narración dio el mismo giro que mi vida. Luego expresé también ese cambio en Los enemigos del pueblo (2017).

En Terminal experimenté lo que otros. Un día me sorprendí escribiendo “uno lee en soledad, escribe en soledad y luego es leído en soledad”. Después me di cuenta de que Paul Auster había escrito esto mismo y recordé una frase de Víctor Hugo, que en vez de “mis libros” decía: “Nuestros libros”. Pensaba que estas ideas tenían que ver con mi profesión de actriz, que es gregaria, en pugna con la soledad de la escritora. Después me di cuenta de que no es así.

Cuando comencé a escribir Crónica azul quería hacer un libro interactivo, que funcionara como un diario, pero que combinara las herramientas del lenguaje cinematográfico, quería emular las rupturas abruptas que tiene el montaje de la película Corazón azul, de Miguel Coyula. Como la película, el libro también es un híbrido. No sólo tiene fotos de producción del filme, sino de estilo periodístico, fotografía artística, fotogramas del propio filme o capturas de pantalla. Las palabras no sólo narran en el libro, sino también las imágenes gráficas. El libro tiene el mismo principio de una road movie que transcurre durante un viaje (los diez años del rodaje de Corazón azul), donde el personaje principal sufre una transformación.

¿Cómo se pueden resumir diez años en 233 páginas?

El drama se presenta desde el inicio con el capítulo “Silencio, soy una actriz difunta”, con estructura circular, pues la censura escala gradualmente en el libro, hasta terminar en Moscú y Minsk.

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Crónica azul es también una especie de making of. Un making of hecho literatura, en lugar de imágenes en movimiento. En el set casi siempre fuimos un equipo de dos personas, Miguel y yo, además de los actores. Todo esto sin apartar el carácter de ensayo en el libro. Y hubo un propósito: poner en perspectiva lo que estábamos haciendo, no sólo relacionado al cine, sino a la literatura, pintura y filosofía, tanto cubanas como universales.

La publicación de Crónica azul coincidió con la de SALA-R. ¿No es sorprendente?

Obviamente, yo no sabía que Corazón azul ganaría el premio Franz Kafka de Ensayo / Testimonio, en su primera edición. SALA-R fue publicada por la editorial Hurón azul. La presentación aconteció en la librería La fabulosa. Fue un lugar donde me reencontré con muchos amigos, y además conocí a personas del mundo de la literatura en Madrid.

Me siento afortunada por el equipo de trabajo de Teatro Kairós LCAP. Parte del equipo (Jorge Carpio, Luis Trápaga, Evelyn Corvea y Daniel Reinoso) gestó ese libro de la mano de la editorial (con la dirección de Nacho Rodríguez). SALA-R en formato libro, además, contiene un código QR para ver la obra desde nuestro canal de Vimeo.

En el caso de Crónica azul, al ser un libro premiado en mayo del presente año, le sucedió la pronta publicación. Los premios me producen sentimientos encontrados. Por un lado, son buenos, este premio me hizo feliz, especialmente para entender que lo que uno hace no se queda entre tu grupo de amigos o conocidos. Por el otro, la responsabilidad de trabajar con la misma intensidad y creatividad. Para escribir el libro fue muy importante mantener un espacio quincenal en Hyperdemia Magazine. Aunque nunca figuré oficialmente como columnista por decisiones editoriales.

Hubo un rigor por mantener la calidad de la primera crónica, “Elena la terrorista”. En Crónica azul se narra desde lo que sucedió especialmente con el actor Héctor Noas, que durante un año nos hizo esperar por su derecho de imagen hasta el escenario de aquella frase: “Ustedes me han utilizado”, del actor Eduardo Martínez, después de que lo invitáramos a la presentación de Los enemigos del pueblo en Casa Galería El círculo y su posterior abandono de la película.

Se narra además lo que sucedía durante las presentaciones de Corazón azul en la sala de la casa. El interrogatorio al artista Javier Caso y el elogio de los agentes de la seguridad del estado a los papeles de su hermana, la actriz Ana de Armas, al tiempo que nos acusaban (a Miguel y a mí) de ser agentes de la CIA. Cabe el paréntesis de que Ana de Armas ha interpretado a agentes de la CIA en Hollywood. Y a los agentes cubanos al servicio del Estado, les gustan sus papeles.

Todo esto me pareció absolutamente surrealista. Especialmente porque me obsesiona hasta qué punto las personas, los gobiernos, pueden sostener valores creyendo que, en efecto, siguen representando. ¿Cómo Fidel Castro luchó por extender su epopeya en el tiempo? Es el mismo drama de un exiliado o un apartado: mantener la intensidad en la lucha por demostrar su inocencia.

El tiempo es el enemigo de las causas justas. Susceptibles a ser corroídas. Todas estas ideas están desarrolladas en Crónica azul y, en el caso de SALA-R, es más extremo aún porque es ficción y transcurre en un manicomio.

Lynn, también acabas de estrenar en documenta fifteen Los enemigos del pueblo (informe post-mortem).

Tania Bruguera me comunicó que había problemas en la sección de teatro de documenta fifteen. La crítica teatral Nara Mansur, que estaba a cargo, negó la existencia de teatro independiente en Cuba. Cuando le mencionaron ejemplos, los descalificó. Entonces tuve que dar una propuesta de obra con no más de dos actores, incluida yo. La obra más reciente del grupo era SALA-R, pero tenía un elenco muy grande. Tuve varias ideas iniciales. Pasé una noche prácticamente sin dormir. Sabía que era una gran oportunidad para sacar el nombre del grupo que dirijo (Teatro Kairós LCAP) del silencio que sufre en la isla. El unipersonal que tenía a mano era Los enemigos del pueblo, “pero yo no soy la misma de entonces”, le respondí a Miguel cuando me lo sugirió.

Esa es una obra icónica del grupo porque fue el inicio en el teatro político. Entonces decidí escribir una secuela, y agregué al título original “Informe Postmortem”. Partí de la premisa argumental siguiente: ¿qué pasó con la actriz, dramaturga, y el personaje Charlote Corday, cinco años después de matar a Fidel Castro?

Estábamos moviendo de una ciudad a otra, tuvimos que pasar tiempo en Kassel, durante la muestra de cine, curada por José Luis Aparicio, en la que también participamos, y luego en Berlín, trabajando los detalles de Crónica azul y SALA-R, y Miguel de su novela La isla vertical, antes de que finalizaran los procesos de edición. Por esa razón decidimos dejar los ensayos para el mes de agosto, fecha en que estaríamos en Madrid, y tendríamos a Petra Novackova, Ailyn Fong y Terely Vigoa colaborando en la producción.

Ese estar fuera de la zona de confort, de los lugares habituales, provocó en mí un rechazo hacia la palabra dicha. No quería memorizar el texto, aunque terminé aprendiéndolo. Grabé mi voz para estimularme y fue en ese momento en que me di cuenta de que esa voz en off funcionaba bien para la obra.

Codirigí con Miguel, que también actúa en la obra e interpreta al Cineasta, le comenté la idea y decidimos probar. Hace poco pude ver la grabación de la obra y la verdad es que no me arrepiento de esa decisión. Desde hacía tiempo, yo deseaba hacer teatro con pocos diálogos. Anja Nioduschewski estaba a cargo de la producción en Plaza Instar. Yo tenía que enviar información sobre una obra que ni siquiera estaba terminada.

Teatro Kairós LCAP no había vuelto a un teatro desde su fundación en 2011. Anja me comunicó que harían tres gabinetes para la sección de teatro y que si lo deseábamos podríamos tener cámara oscura. Entonces, quisimos aprovechar las posibilidades del lenguaje teatral, las luces, el sonido, proyector, televisores, donde cada uno ofreciera una información distinta.

Nunca tengo demasiado tiempo para pensar mis obras. Nacen de circunstancias fortuitas y eso me gusta. Sentir que ando en una cuerda floja, frente al vacío. Esa sensación de peligro es la que me atrae de hacer teatro.

La actriz/dramaturga, el cineasta y Charlote Corday, pierden la voz por matar al hombre que los estaba soñando, esta también fue una de las premisas iniciales.

Dentro de la dramaturgia aparece el video animado del interrogatorio de Javier Caso. Como una pesadilla recurrente. Esta obra es una compilación de los eventos políticos que han marcado nuestras vidas, incluida nuestra relación con el poeta Rafael Alcides y los efectos de haber realizado el documental Nadie.

También hay referencias a mi personaje en Patriotismo 36-77. Por primera vez, compartí la dirección con Miguel. Siento que la puesta en escena de Los enemigos del pueblo (Informe postmortem) contiene nuestras dos personalidades.