Lynn Cruz es hoy uno de los rostros más representativos e irreverentes del cine y el teatro independientes en Cuba. Por primera vez publica una obra de teatro en formato de libro. El cuaderno se nombra SALA-R y circula gracias a la editorial Hurón Azul, radicada en España.
De cara a la presentación del libro, que sucederá el próximo 7 de septiembre a las 7:30 de la tarde en la librería La fabulosa, ubicada en Madrid, Lynn Cruz ha viajado a la península ibérica. Desde allá, la escritora, dramaturga, actriz, productora y directora nos cuenta sobre los presupuestos estéticos y políticos del libro; sobre su recorrido por las tablas y por las azoteas de La Habana (cuando la censura estatal ha cerrado las puertas de los teatros), y sobre el nacimiento de este proyecto a raíz del suceso personal que la llevó a la SALA-R de un hospital cubano.
Al final de la conversación, la actriz adelanta, también, algunos datos que involucran el lanzamiento del libro en la capital española y su encuentro con los lectores potenciales del cuaderno.
¿Cómo surgió SALA-R?
SALA-R surgió en una fría sala de hospital con mi padre moribundo a causa de negligencia y mala praxis. Él estaba en la SALA-R del Hospital Faustino Pérez en la provincia de Matanzas. Juliana Rabelo llegó a mi casa una tarde, representando a la revista Hypermedia, y me sugirió la posibilidad de hacer unos monólogos cortos sobre temas sociales. Yo estuve de acuerdo, y ese fue el germen de lo que más tarde se convertiría en una obra de teatro auspiciada por la Embajada de la República Checa en La Habana. Del primer equipo de trabajo que formamos sólo quedó al final Jonathan Formell. Estoy muy contenta con lo que logramos.
El elenco sí permaneció casi completo: Luis Trápaga, Evelyn Corvea, Reynier Morales, Jorge Carpio, y más tarde se incorporó Olivia San Román en el lugar de Neisy Alpízar, que había abandonado el proyecto. Raúl C. Camacho se encargó de diseñar los objetos surrealistas de la obra; Daniel Reinoso, de las fotos, y Miguel Coyula, del audiovisual. Estrenamos en octubre de 2021, seis meses después de que falleciera mi padre.
¿Qué puedes adelantar del libro a los lectores?
Es la primera vez que publico una obra de teatro. Jorge Carpio estuvo a cargo de la edición; Luis Trápaga, de las ilustraciones; Evelyn Corvea, del diseño y maquetado, y Daniel Reinoso, de las fotos. Entre ellos nace la idea de hacer este libro que contiene dibujos hechos exclusivamente para el libro y fotos de la puesta en escena en una azotea de La Habana. Fue una sorpresa que este equipo trabajara para sacar mi libro en la editorial Hurón Azul, liderada por el escritor Nacho Rodríguez y radicada en Madrid.
SALA-R se gestó durante la pandemia. De ahí que la máxima autoridad presente en una sala sea el enfermero porque no hay médicos de guardia. El enfermero de SALA-R ha muerto. Lo han asesinado. La SALA-R se ubica en la “Clínica de Psiquiatría 26 de julio”. Allí hay enfermos de máxima seguridad.
En esta obra quise transmitir el horror que sentí durante la pandemia en un país lleno de enfermos donde escaseaban hasta las dipironas para bajar las fiebres. Este escenario sacó lo peor de la gente, incluso del personal sanitario.
La pieza fue también una forma de hacer pequeños homenajes a obras de la literatura, el cine y teatro universales como La sala número seis de Antón Chéjov, Sueño de una noche de verano de William Shakespeare, Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, Persona de Ingmar Bergman, pero también a la figura de Václav Havel, sobre todo a su pensamiento político y su obsesión por mantenerse fiel a sus ideas.
La figura de Václav Havel la pensé en diálogo con el escritor Joseph Brodsky, y en torno al término postcomunista y a la necesidad de un discurso político que se aleje de los panfletos. Fue una idea que decidí desarrollar a partir de una carta que Brodsky le envió a Havel cuando llegó a la Presidencia. Brodsky instaba a Havel a llenar los periódicos de arte.
Por otra parte, las figuras del “loco” y del marginado son centrales en SALA-R, porque son constantes en un país donde mi propia existencia ha sido anulada de los espacios públicos: primero me marginaron como actriz y luego en todas las demás formas en que me expreso. Institución y Estado en Cuba son la misma cosa, un país donde no se legitima el derecho a ser verdaderamente independiente. Siempre me he reafirmado en el principio de que si uno es irreverente no puede esperar reverencias.
En el caso de SALA-R, por ejemplo, tenía dos funciones previstas en la Embajada de la República Checa. Debido a la orgía que incluye la obra, según la excusa que me dieron, sólo me autorizaron una puesta. La segunda función fue en una azotea. La siguiente en la sala de Casa Galería El Círculo. He regresado al teatro itinerante en épocas de autoritarismo. Como en Cuba no tengo acceso a los teatros, he ido fortaleciendo más esa manera de trabajar, itinerante.
En general, algo que estuvo presente, como sostén, en el desarrollo de la obra, fue una visión distinta del sueño truncado del paraíso en la tierra que fue la promesa del comunismo. Como un pasado que no ha pasado, ni siquiera en los países exsocialistas donde ahora es un fantasma. Esa figura espectral está presente en mis obras, también en forma de alter ego porque en realidad yo sigo creyendo en la posibilidad de luchar por la justicia. Trato de alcanzarla a través de mis obras.
¿Qué pasará en la presentación del libro que tendrá lugar en Madrid?
La presentación será el próximo 7 de septiembre a las 7:30 de la tarde en la librería La fabulosa, aquí en Madrid. También la novela La isla vertical de Miguel Coyula se presentará un día antes, el 6, por Ediciones Deslindes. Ambos estamos de paso por Madrid, así que asistiremos a las presentaciones. A los futuros lectores de SALA-R, Hurón Azul les dará la oportunidad de acceder a nuestro canal de Vimeo, donde se podrá ver un registro audiovisual de una puesta de la obra.
Aquí debo aclarar que, como Teatro Kairós LCAP –el grupo que dirijo– no tiene teatro, sólo se hicieron tres funciones, y en distintos espacios, lo que nos obligó a modificar la escenografía. Es parte de nuestra poética superar los obstáculos de existir desde los márgenes.
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