Entrevista con Evelyn Corvea, la diseñadora que prefiere ser actriz

Continuamos una serie de entrevistas (+imágenes) que busca informar sobre quiénes son los actores de la ilustración y el diseño cubano contemporáneos.

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Retrato de Evelyn Corvea.
Retrato de Evelyn Corvea.

Al final de la entrevista Evelyn Corvea (Pinar del Río, 1997) se disculpó. Me dijo que quizá habló poco sobre diseño, que nunca la habían entrevistado. Y que añadiera, “por favor”, que está muy agradecida con Lynn Cruz, la primera persona que le dio la oportunidad de actuar profesionalmente. Así la conocí, como actriz en Sala-R, de Teatro Kairós. Pero después vi el cartel de la obra y alguien me dijo que había sido diseñado por ella. Me hice una pregunta: “¿cómo se diseña el cartel de una obra que vives en primera persona?”

Varias semanas después coincidimos en un taller de actuación, también impartido por Lynn Cruz. En uno de los ejercicios tuvimos que sentarnos uno enfrente del otro. Tuvimos que mirarnos a los ojos y decir algo que nos llamara la atención. Ella vio en mí paz y los espejuelos inclinados hacia la derecha. Yo vi en ella pronunciadas comisuras de los labios y un pelo recogido sin demasiada preocupación.

Esa tarde, al terminar, me dijo que había estudiado en el Instituto Superior de Diseño (ISDi), pero que su sueño era ser actriz. Le pregunté si había diseñado otros carteles. Mencionó, particularmente, el de Corazón azul, de Miguel Coyula. Suficiente como para que la invitara a formar parte de esta serie de entrevistas a diseñadorxs e ilustradorxs cubanxs.

Edgar Ariel

Evelyn, te conocí como actriz en la presentación de Sala-R, de Teatro Kairós. Luego supe que el cartel de la obra era tuyo. ¿Cómo es que, habiendo estudiado en el ISDi, llegas a incursionar en la actuación?

Cuando no estudias en la academia la experiencia de ser actor en Cuba puede llevarte a lugares hostiles. Mientras estudiaba en el ISDi estuve mucho tiempo intentando encontrar un maestro de actuación, pero todo el conocimiento que recibía me resultaba incompleto, a veces superficial. Sufrí mucho en este sentido. Por suerte conocí a la actriz Lynn Cruz, que coordinaba las muestras de cine de INSTAR. En algún momento le comenté sobre mi interés por la actuación y me puso en contacto con el director Francesco Innocenti, quien trabaja el Proceso Creativo Orgánico de John Strasberg. Fue la primera vez que sentí que estaba frente a un método bien estructurado. Tuve que dejar este taller porque comencé a trabajar con Lynn, primero en la serie de monólogos para la web y luego en Sala-R.

Con Lynn Cruz el entendimiento llegó a otro nivel cuando supe que el método que utilizaba era la Técnica Meisner, unida con el monólogo interior de Antonin Artaud. Casualmente, me estaba leyendo El teatro y su doble de Artaud y estaba fascinada. Creo que desde el primer momento existió química entre nosotras como actriz y directora, además de que somos amigas. En Lynn he encontrado una excelente maestra.

Cartel de ‘Sala-R’, obra de teatro dirigida por Lynn Cruz.
Cartel de ‘Sala-R’, obra de teatro dirigida por Lynn Cruz.

Te he escuchado decir que estás muy centrada en conocer herramientas que te permitan actuar. ¿Ahora mismo ese es tu sueño?

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Actuar para mí es un camino espiritual. El ego tiene que desaparecer para entender que puedes encontrarte siendo cualquier cosa: una persona, un ave, un objeto. También me interesa explorar en mi humanidad y estar en la disposición de deconstruir las ideas que tengo sobre quien soy.

Como dice Jerzy Grotowski: el actor debe entregarse totalmente, humildemente, sin defensa, porque uno tiene cierta tendencia a protegerse. Lo que necesito es todo lo contrario, la exposición incluso de las partes más oscuras. Esta rendición es la que permite acercarse a la verdad. Me gustaría llevar la experiencia actoral hasta el final, conocerla profundamente. En esa búsqueda me encuentro ahora, empezando. Pero en el momento en que tenga que decidir entre las dos carreras, sin dudas elegiré ser actriz.

Hablamos de Sala-R, dirigida por Lynn Cruz. Quisiera que me explicaras ¿cómo se diseña el cartel de una obra que vives en primera persona?

En Sala-R estuve involucrada, además de en la realización del cartel y la actuación, en el diseño escénico junto a Lynn. La idea de las moscas como elemento escénico surgió desde el inicio del montaje. El diseño del cartel específicamente fue una experiencia intensa porque lo hicimos a pocos días del estreno. No tuve mucho tiempo de regodearme en el proceso porque estaba más concentrada en mi trabajo sobre la escena, pero como la obra está cargada de símbolos no fue necesario generar imágenes nuevas y esto me dio cierta comodidad a la hora de crear. Aun así, no sé si vuelva a mezclar los dos oficios en un mismo proyecto, quizás deba esperar a ganar más seguridad como actriz.

Cartel de 'Corazón Azul', de Miguel Coyula.
Cartel de ‘Corazón Azul’, de Miguel Coyula.

Varios de tus carteles han estado relacionados con el cine. El cartel de Corazón azul, de Miguel Coyula, por ejemplo, lleva tu firma. Este cartel es un poco extraño. Es como la apariencia ennegrecida de una sombra. Una apariencia afantasmada. ¿Cómo te sientes frente a este cartel?

Corazón azul es una obra que dialoga con mi subconsciente. Incluso he tenido sueños con los personajes, en los que yo misma aparezco como parte de la realidad de la película. Me gustan las imágenes que hablan por otras vías diferentes a la razón. La imagen del cartel es un plano de la película que me genera muchas sensaciones. El trabajo, en este caso, consistió en generar una apariencia pictórica semejante a los dibujos del artista Jesús Hernández que son los que utiliza Miguel Coyula para el personaje de David. El proceso fue casi artesanal, como la película. La textura la creé con temperas, hice una fotografía de esto y lo llevé a la computadora para fusionarlo con la imagen extraída de la cinta.

En este camino, también colaboraste con el cartel del I Festival de Cine INSTAR. Aquí un bloque, como un témpano, nos inviste. Una cuña de proa que corta las aguas (imaginarias) en marcha avante. Eso es lo que veo, pero ¿qué ves tú en este cartel?

El Festival de Cine INSTAR es un encuentro de cine independiente que ha expuesto películas en su mayoría censuradas, incómodas, en cierto modo, agresivas. Lynn, que fue una de las creadoras y programadora de ese primer encuentro, y que me acompañó en el proceso creativo, me sugirió trabajar con algo filoso. Entonces llegó a mí la imagen de estar sentada en el cine viendo una película y que un témpano de hielo saliera de la pantalla y me atacara. Para mí el iceberg era la esencia del festival, esta forma filosa que se sustenta sobre una base profunda y mayor que lo visible.

Durante el proceso de realización noté que la perspectiva que necesitaba era demasiado frontal y no se percibía muy bien el filo. Finalmente tuve que decidir hacer un iceberg de tres caras, y por eso también parece la proa de un barco, algo que no fue buscado, pero creo que es interesante que los trabajos ganen independencia con respecto a la idea original.

Cartel del I Festival de Cine INSTAR.
Cartel del I Festival de Cine INSTAR.

¿Qué técnicas prefieres para diseñar?

No se me da bien dibujar y tampoco domino a la perfección los programas, estas limitaciones hacen que los procesos sean muy experimentales. En general modelo en 3D, ilustro y hago collage en Photoshop con imágenes que puedo generar yo o que descargo de algún sitio. También uso el Illustrator para crear vectores y otras ideas que surgen en dependencia del trabajo. Casi nunca sé qué técnica voy a usar de antemano, de hecho, cuando me propongo usar una en particular, termino haciendo otra cosa porque me voy distrayendo por el camino.

Cada trabajo lo enfrento primero con la búsqueda de esa imagen que resuma lo que siento respecto al tema. Normalmente las imágenes que llegan son en movimiento y la mayor parte de las veces no aparecen cuando estoy sentada trabajando. Intento encontrar la inspiración en la vida, en los libros, la música. Por ejemplo, el logo de La Molienda es inspirado en un poema homónimo.

Logo de La Molienda, estudio cinematográfico.
Logo de La Molienda, estudio creativo generador de contenido audiovisual.

¿Qué poema?

La molienda, de Nurit Kasztelan.

¿Eres muy selectiva para escoger los proyectos con los que vas a colaborar?

Cuando estaba en la escuela hacía todo lo que apareciera, pero me fui conociendo mejor, y me he vuelto más selectiva. En general, necesito involucrarme en proyectos que me motiven. Si algo no se enciende dentro de mí no vale la pena el tiempo frente a una computadora. También he tenido que aprender a regular la intensidad con la que me entrego a los trabajos porque al inicio dejaba de comer, de dormir, hasta de pestañear (literalmente).

Ahora trabajo mucho haciendo mi vida normal, moviéndome. Creo que las mejores ideas llegan cuando dejas el espacio mental libre para que suceda. Muchas soluciones aparecen mientras como, o me baño, etc. Entonces he descubierto que relajación, dinamismo y motivación son fundamentales en el proceso. Cuando violo esto me afecta incluso de manera emocional.

He notado que también te interesa crear identidades. Tus logotipos, por ejemplo, son de una contención envidiable. Coméntame un poco sobre esto.

Con respecto a los logotipos, en efecto, me gusta la precisión para transmitir el mensaje. Además, la exploración formal se disfruta mucho. Aunque es un trabajo que me gusta en dependencia de la libertad que me permita la persona que hace el encargo. De los trabajos que más me atraen es diseñar la identidad de músicos, incluyendo las portadas de sus álbumes, pero esto último, en la práctica, no he tenido la oportunidad de hacerlo.

¿Te consideras una diseñadora independiente? ¿Qué pudiera significar esto?

En realidad, no me gusta llamarme a mí misma “diseñadora”. Si tengo que catalogarme de alguna manera sería como alguien que necesita expresarse como individuo y que usa el diseño como una herramienta más para eso. Aquí en la escuela te enseñan que en el proceso tú no existes, eres sólo un canal para traducir lo que quiere el cliente en una solución. Yo no puedo con eso, necesito ver algo de mí en lo que hago. Me resulta difícil defraudarme en ese sentido, es un sentimiento anárquico. Quizás por eso la mayoría de mis trabajos son proyectos donde se me da bastante libertad creativa y donde, además, tengo buena comunicación con quien está del otro lado. Este tipo de intercambio normalmente se logra fuera de las instituciones y con personas que tienen necesidades semejantes.

¿Qué relación tienes con lxs diseñadrxs de tu generación?

Mi relación con los creadores independientes es algo fortuita. A veces se da a partir de mis intereses personales y el tipo de arte que me gusta frecuentar.

¿Y cómo te vinculas con la tradición del diseño gráfico en Cuba?

Yo me gradué de Diseño Industrial y fue luego cuando noté que disfrutaba mucho el diseño gráfico. No conozco mucho los circuitos de la profesión, estoy bastante aislada de la comunidad de diseñadores. Pero sí tengo algunos amigos de la carrera que he visto crecer muchísimo.

Con respecto a la tradición gráfica cubana, valoro los carteles de Eduardo Muñoz Bach.

Por otro lado, mi tesis de grado, hecha junto a Amanda Rosales, estuvo inspirada en la producción pictográfica de los aborígenes cubanos, las formas de las pictografías tienen una fuerza misteriosa y muy potente en las que encuentro una fuente poderosa de inspiración.

Cartel de ‘Temporada’, documental dirigido por Josué G. Gómez
Cartel de ‘Temporada’, documental dirigido por Josué G. Gómez

¿A quiénes consideras tus maestrxs en el diseño?

En el ISDi me marcó mucho como profesora Carilyn de la Vega. En la actualidad, ella es, a mi entender, una de las mejores diseñadoras cubanas. Tiene gran capacidad como pedagoga, me motivó a terminar la carrera.

¿A qué diseñadorxs sigues habitualmente?

Me han gustado diseñadores como Herbert Bayer y László Moholy-Nagy. La obra de Vasili Kandinski, los dibujos de Gustav Klimt, la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, el arte de Alex Grey. En el área industrial Oskar Schlemmer, Marcel Breuer, Verner Panton. Las piezas de la cubana Clara Porset.

He encontrado un modelo en la obra de Olga Fröbe-Kapteyn y Hilma af Klint. Los japoneses Kanesato Ando y Kiyoshi Awazu me encantan. También en los diseños de portadas del sello discográfico inglés 4AD y en el diseñador Paul Nicholson. Algunos directores de cine que crean atmósferas muy visuales en sus películas como David Lynch también me han servido de apoyo. Las ilustraciones de Zamopeza y los productos de Guajiro Studio creo que son algunos de los trabajos que me resultan más interesantes en el contexto cubano.

Ya sabemos que te mueves entre el diseño industrial, el gráfico y la creación escénica. En estos momentos, ¿en qué te encuentras trabajando?

Continúo estudiando interpretación, ahora profundizo en la técnica de Sanford Meisner y en la teoría de Antonin Artaud en el marco del taller “Monólogo interior y el silencio en el escenario”, dirigido por Lynn Cruz. También estoy participando en el taller de danza contemporánea que imparte el bailarín Abel Rojo. Además, continúo como actriz en la obra Sala-R. A la par, estamos trabajando en el diseño y maquetación del libro que saldrá con el mismo nombre con la editorial española Hurón Azul. De igual manera, tengo a cargo el diseño del cartel del documental El peso de la quietud, dirigido por Manuel Ojeda Hernández.

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