Por Walfrido Dorta
Desde hace un par de años tengo una afición: creo bandas sonoras basadas en los libros que voy leyendo. Es un ejercicio de paciencia y de goces puntuales. La lectura lineal se interrumpe (hay que anotar y enlistar), pero también se abre a dimensiones sonoras y a imaginaciones acústicas ahí donde aparecen escritos el nombre de una canción, de un/a cantante o de un/a compositor/a. Pasamos usualmente de largo por estas inscripciones; las asumimos como datos textuales que engrosan el repertorio de referencias de cualquier texto literario. Las bandas sonoras que irán apareciendo en este espacio rescatan esos datos y construyen mundos sonoros que habitan los universos de algunos libros. No hay sistema detrás de su confección. Es el azar de mis lecturas quien las provoca, aunque respeto una regla: en ellas aparecen sólo lo que las obras mencionan. Las bandas sonoras que inventamos para una historia son otro género de la imaginación, más libre que el que presento aquí, pero también más inabarcable.
(Si tienes una banda sonora de alguna obra que hayas leído y quieres que aparezca en esta sección, puedes enviármela en forma de lista o el link para reproducirla, con un pequeño comentario, a [email protected]).