Los sonidos de la trama

Tengo una afición: creo bandas sonoras basadas en los libros que voy leyendo. Es un ejercicio de paciencia y de goces puntuales. La lectura lineal se interrumpe (hay que anotar y enlistar), pero también se abre a dimensiones sonoras y a imaginaciones acústicas ahí donde aparecen escritos el nombre de una canción, de un/a cantante o de un/a compositor/a. Pasamos usualmente de largo por estas inscripciones; las asumimos como datos textuales que engrosan el repertorio de referencias de cualquier texto literario. Las bandas sonoras que irán apareciendo en este espacio, gracias a la gentileza de Rialta, rescatan esos datos y construyen mundos sonoros que habitan los universos de algunos libros. No hay sistema detrás de su confección. Es el azar de mis lecturas quien las provoca, aunque respeto una regla: en ellas aparecen sólo lo que las obras mencionan. Las bandas sonoras que inventamos para una historia son otro género de la imaginación, más libre que el que presento aquí, pero también más inabarcable.

(Si tienes una banda sonora de alguna obra que hayas leído y quieres que aparezca en esta sección, puedes enviármela en forma de lista o el link para reproducirla, con un pequeño comentario, a [email protected]).

Banda sonora Cuentos completos, de Virgilio Piñera

Virgilio Piñera, ‘Cuentos completos’, Ediciones Ateneo, 2002.
Virgilio Piñera, ‘Cuentos completos’, Ediciones Ateneo, 2002.

La belleza melancólica de la música de Chopin contrasta con el caos y la incertidumbre que reinan en “El Impromptu en Fa de Federico Chopin” (1970), uno de los cuentos de Virgilio Piñera, perteneciente a Música para escribientes (1987) recogidos en la edición de sus Cuentos completos publicada en La Habana a inicios de los 2000.

Dos personajes, Fligar y Gabrior, atraviesan épocas distantes en el tiempo y paisajes oníricos encajados obstinadamente en la pedestre realidad cubana. Los avatares de las dos entidades son muchos, incluido Chopin. No hay orden fácilmente visible en su periplo. Personajes históricos entran y salen de una trama alucinada, enmarcada en veinte “novelas” o particiones. Este desorden conecta también con la naturaleza improvisatoria del impromptu musical.

Música clásica y música popular cubana son las líneas maestras del universo sonoro de los cuentos de Piñera. La primera (Chopin, Mozart, Beethoven, Liszt) introduce por momentos una serenidad en medio del caos y del absurdo cotidiano o cósmico. La segunda salpica de filosofía de a pie unos microuniversos asfixiantes, pesadillescos o risibles; canciones como “La vida es un sueño” de Arsenio Rodríguez dialogan con la naturaleza caída y desencantada de los mundos de Piñera.

En la combinatoria azarosa de esas dos líneas sonoras quizá podamos encontrar alguna claridad, aunque sea para confirmar esa naturaleza arruinada: “Las cosas siempre terminan por aclararse, pese a la atroz confusión que traen aparejadas” (“El filántropo”).

Colabora con nuestro trabajo
Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro.
¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí.
¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected].
WALFRIDO DORTA
Walfrido Dorta Sánchez (Colón, Matanzas, Cuba, 1976). Es uno de los críticos que con mayor lucidez ha analizado las cuestiones referidas al cambio de paradigma en la literatura cubana contemporánea. Ha publicado sus ensayos en revistas culturales y académicas. Trabaja actualmente en el Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas de Susquehanna University.

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí