El filme ‘Memorias del desarrollo’, de Miguel Coyula, viajará al Festival de Biarritz

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Fotograma de ‘Memorias del desarrollo’, Miguel Coyula, dir., 2010

A diez años de su estreno, el filme Memorias del desarrollo, del realizador cubano Miguel Coyula, se presentará en el Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz, Francia, a celebrarse entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre.

Con más de una decena de premios internacionales, la cinta arrancó respaldada por una Beca Guggenheim y fue nombrada como la mejor película cubana de 2011 por la International Film Guide.

En diálogo con el clásico de Tomás Gutiérrez Alea Memorias del subdesarrollo, este largometraje comenzó siendo una adaptación de la novela Memorias del desarrollo del escritor cubano Edmundo Desnoes. Sin embargo, como ha señalado su director: “fue un proceso de adaptación muy sui generis”.

Durante los cinco años que duró la filmación, el guion de la película cambió de forma reiterada. “Por ejemplo, en la novela se trata sólo de un escritor, pero aquí también es fotógrafo y hace collages con recortes de revistas. Graba su propia voz, y eso es de alguna manera lo que va conformando la propia narración”, dijo Coyula en una entrevista respecto de algunos motivos argumentales que la versión final de su película actualiza en relación con el texto original, más apegado a la novela de Desnoes.

Este largometraje exhibe un tejido marcadamente experimental y construye un relato sobre la base de collages, animaciones, imágenes documentales manipuladas. Muestra, de esta forma, el mundo disperso de Sergio, el protagonista de la trama, un sujeto alienado que no encaja en la Cuba revolucionaria pero tampoco en los Estados Unidos, a donde llega como emigrado.

“Es una buena noticia que 10 años después Memorias del Desarrollo se siga proyectando fuera de Cuba, ya que en la isla no existe”, comentó Coyula a Rialta, mientras destacaba que “el catálogo de cine cubano que emite anualmente el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) no incluye al cine independiente”, debido a una política cultural que no concibe la realización artística fuera de los marcos constrictivos de las instituciones estatales.

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“El cine independiente no debe estar vinculado a otra cosa que no sea la voluntad de su creador. Yo asumo que en el mundo que se avecina la única forma de existir para mis películas, en una pantalla de cine, continuará siendo fuera de los confines de la isla. Yo no puedo negociar. Habrá distintos niveles de independencia y de autonomía, pero sólo hay una forma de ser libre”, declaró el director a propósito del Decreto-Ley 373 que regula la producción cinematográfica en Cuba.

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