Al parecer, la obra maestra del escritor estadounidense Cormac McCarthy, Meridiano de sangre (Blood Meridian or the Evening Redness in the West, 1985), será por fin llevada a la gran pantalla, luego de varios intentos fallidos para conseguir los derechos y convertirla en un relato cinematográfico más o menos a la altura de las circunstancias, es decir, de la novela misma y su descarnada representación de los violentos fondos de la naturaleza humana.
Así lo adelantó este viernes Deadline, web especializada en la industria de Hollywood, que ha señalado a New Regency, junto a Black Bear Pictures, como productoras esta adaptación que dirigirá John Hillcoat, quien ya realizó en 2009 la postapocalíptica The Road, versión fílmica de otra novela de McCarthy.
El propio McCarthy, de casi 90 años de edad, y su hijo, John Francis McCarthy, serán los productores ejecutivos de la película, lo que habla de un interés en controlar esta traducción de la ya clásica historia de El Niño (The Kid) y El Juez Holden…
Se trata de una novela –basada en hechos históricos acontecidos a mediados del siglo XIX en el mundo impenitentemente fronterizo entre la actual Texas y México, y situada estéticamente en esa tradición americana cuyos puntos más altos son el profeta Melville y el profeta Faulkner– que arrastra al lector hasta las más profundas simas de violencia y horror físico y psicológico que caracterizaron la colonización del Lejano Oeste.
Anteriormente, gente como Tommy Lee Jones –quien estelarizó junto a Javier Bardem y Josh Brolin la oscarizada No Country for Old Men (2007), dirigida por los hermanos Joel y Ethan Coen, y la adaptación más exitosa hasta la fecha de una obra de McCarthy–, Ridley Scott (Alien / Blade Runner / Thelma & Louise / Gladiator) –quien se hizo cargo hace una década de The Counselor, un guion del escritor norteamericano– o James Franco –quien en 2013 trasladó sin demasiado éxito Child of God— intentó llevar al cine Blood Meridian, pero ninguno de esos proyectos superó la fase de preproducción.
En 2022, tras 16 años de silencio, McCarthy regresó al primer plano de la literatura internacional con la publicación de El pasajero y Stella Maris (Literatura Random House), novelas aparecidas en español en un único volumen doble, aunque lanzadas por separado en Estados Unidos. Según la crítica, el díptico –con tramas ambientadas a ocho años de distancia, entre los setenta y ochenta del pasado siglo– propone una meditación común en torno a la culpa.
Nacido en Providence, Rhode Island, el 20 de julio de 1933, el también autor de Suttree y la llamada Trilogía de la frontera fue considerado por el crítico literario Harold Bloom como uno de los cuatro mayores novelistas norteamericanos de su tiempo, junto a Thomas Pynchon, Don DeLillo y Philip Roth.
Ganador, en 1992, del National Book Award por Todos los hermosos caballos y, en 2006, del Pulitzer por The Road, algunos lo consideran incluso el mejor escritor vivo (sea ello lo que sea).
En Rialta Magazine, el crítico cubano Ubaldo León Barreto ha sido, como suele, terminante: “nadie que escriba como McCarthy puede ser realmente nihilista: más allá de su postura personal sobre la cuestión del sentido, persiste en él, por encima de todo, una confianza esencial en el lenguaje y sus procedimientos, una pasión abrasadora por el estilo, por la música de las palabras, comparable a la de otros artistas de la desesperación como Leopardi, Cioran, Bernhard y Gottfried Benn”.