Más allá de la indiferencia frente al éxito y el reconocimiento público que mostró el fotógrafo chileno Sergio Larrain en vida (1931-2012), su obra recibió un nuevo impulso en el año que acaba de cerrar el calendario, gracias a la reedición de su serie Londres. 1959, por parte de la editora francesa Atelier EXB, que desde septiembre puso a circular las fotografías que tomó este artífice de la imagen entre finales de 1958 e inicios de 1959 en la urbe inglesa.
Parte del trabajo fotográfico que contiene Londres. 1959 se había editado ya en 1998, pero la versión actual amplía el conjunto de imágenes que se publicó inicialmente. Agnès Sire, directora artística de la Fundación Cartier-Bresson, comentaba sobre el volumen en septiembre: “Un libro que sucede a un primero (publicado por Éditions Hazan en 1998), que actuó en cierta forma como un «borrador» antes de que Sergio Larrain le hiciera algunos retoques. Efectivamente, nosotros le habríamos sugerido añadir muchas fotos olvidadas que él había descartado”.
Londres 1959 ha salido a la luz en una versión en francés y otra en español, que incluyen notas del autor, además de un texto que Roberto Bolaño escribiera para la edición de la serie en 1998, y otro de Agnès Sire, quien mantuvo una relación epistolar con Larrain por largo tiempo mientras organizaba los negativos del fotógrafo que se archivaron en los estantes de Magnum.
En lo que respecta al trabajo colaborativo de Larrain con escritores no fue algo aislado. Además del artículo que le dedicó Bolaño, un prólogo de Pablo Neruda también acompaña su libro Valparaíso, de 1991, y son abundantes las fotografías que le hiciera al poeta en su residencia de Isla Negra.
El artista chileno había llegado a Londres en 1958 con una beca del British Council para realizar un proyecto fotográfico sobre la capital inglesa que desembocaría en la serie que ahora se reedita. Este viaje fue decisivo para la carrera de Larrain: desde Londres, viajaría a París, donde conoció al fundador de la mítica agencia Magnum, Henry Cartier-Bresson, fotógrafo de referencia para el chileno. Como consecuencia de este encuentro, Cartier-Bresson se toparía con las peculiares fotos del Valparaíso de Larraín, y lo invitaría a formar parte de Magnum. Para cuando Sergio Larrain viaja a Londres, el MoMA ya le había comprado algunas de sus fotos tomadas en Chile, pero el de la ciudad inglesa sería el primer gran trabajo que lo daría a conocer más extendidamente.
En la serie Londres. 1959 –la primera que desarrolló fuera de Chile– Sergio Larrain, como hizo en buena zona de su producción de modo insistente, intenta evadir el carácter fuertemente referencial de la imagen: capturó figuras, gestos y paisajes ambiguos, indeterminados, donde el contexto –lo que sería clave para un reportaje– queda fuera de foco o de cuadro. Toda la serie es un retrato difuso, neblinoso y personal del Londres de finales de los cincuenta que Larrain registró a contracorriente del fotoperiodismo y sus códigos predominantes por la época.
En 1970, Larrain abandonó su puesto en Magnum, luego de casi diez años de trabajo y viajes por diversos países. Pidió que las fotografías bajo su autoría resguardadas en la agencia no se publicaran hasta después de su muerte. Dejó de viajar, destruyó numerosos negativos, abandonó la fotografía por encargo, se dedicó a pintar, al yoga y la meditación en el pueblo de Ovalle, norte de Chile, donde murió a los 81 años en 2012.
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