Etiqueta: poesía latinoamericana contemporánea
La edición de este año del Festival Internacional de Poesía de Santiago tuvo lugar del 10 al 13 de diciembre pasados en la capital chilena, aunque en esta ocasión el evento debió celebrarse en modo virtual, por causa de las condiciones impuestas en el contexto de la pandemia de...
Marina --le dije-- ¿Cuándo te fuiste de Moscú? ¿Dónde está Mandelstam? ¿Por qué estás vendiendo leña que no está certificada? ¿Cómo le fue a tu microeditorial en Crimea? ¿Dónde has conseguido ese traje de lino tan pretencioso? ¿Quieres tomar algo? Hace varios meses. Deportado en Kolymá. Necesitaba un par...
Llegué a Otra vida de Daniel Lipara luego de escucharlo recitar en El Rayo Verde (edición febrero 2020) y sumarlo a la lista de poetas por leer urgente. De esas urgencias que surgen de una fibra íntima trastocada. En una de las reseñas que leí se alude al efecto...
Liliana, flor de lirio
Mi madre mide un metro ochenta
tiene los huesos grandes el pelo teñido de rubio
vestidos de bambula blanca sobre la piel blanca con venas azules
la piel llena de perfume
llena de collares que usa en casa
nuestra casa de alfombras como pasto casa sin flores
en Once donde todos se...
Para Antonio Piedra
Antes, y ya son décadas fraguaba belleza, en el
harnero de Dios cribo
hoy, fuga de auroras,
vacío vegetal (río) rocío
matinal, polvillo óseo:
me contento esquivando,
me pongo de perfil, un
solo ojo para mirar a
fondo como me
desfondo, con un ojo
se ve menos: despacio
voy variando, me
contento viendo
sobrenadar en la
superficie del
momento algún
quehacer, la ventana,
una...
Las cajas guardan
momentos que no terminaron,
momentos que prometían.
En esas cajas que no me atrevo a tocar
se han reunido cuentos y novelas,
poesía, lápices y plumas
que no pudieron seguir contando.
Cada vez que decido poner fin
a la tal caja
y me encuentro un libro
o una hoja de papel,
me tiro en la cama,
me agarro...
Me mostraron sus sonrisas
atrapadas por la mueca.
¿Qué otra palabra existe?
¿enojo?, ¿cadalso?, ¿guillotina?
Ahora me toca dar testamento
de cómo se hicieron camellos,
caballos,
Pegasos y unicornios.
¿Cuándo dieron sus mentes
a los sacerdotes del tedio,
a la ciencia y las agujas?
A mi madre la guardaron
las hormigas del convento.
Se dio luz a sí misma.
Salí con una cabeza...
Descompuestos.
Golpeados.
Los pies llagosos.
La caravana de inmigrantes.
De camellos.
Un dolor que camina.
Dobladitos.
Mochileros.
Dejando un ojo en la península de Yucatán.
Una pierna en Tecún Umán.
El corazón en el río Suchiate.
Reptando hacia arriba.
Boqueando.
Soñando con la tierra del póster
de las sopas Campbells
que a ninguno le dará de comer.
Si nos hubiéramos querido.
Si hubieras dejado a un lado
cualquier ambición.
Si hubieses dejado de mirarte al espejo,
ese incesante
instrumento de distancias
y esperas. Yo creí que era de arena,
sin forma, yeso blanco,
polvo, churre, cualquier elemento
pero no persona.
Todavía no lo soy.
A punto de partir
sin enterarme de cómo fue
ni quién soy. No me acuerdo...
Alzadlo. Roce su mano su descomposición, tras
el barandal beatos
y vestales, y las
arrepentidas mirando
la escena, se les nuble
la vista: vean el coro
de espaldas, capas
pluviales, en un
callejón sin salida.
Se retire, y aún no entienda. Todavía no balan en el
redil los corderos, no
se oye mugir, gañir,
gamitar, qué se hizo
de la curruca y...