Artista cubana Celia González presenta ‘Ojos de hueso’ en Badajoz, España

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Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)
Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)

Ojos de hueso es, más que una exposición, un temblor. Es un cuerpo hiperestésico que trata de explicarse la subalternidad y, desde ella, desde su potencia, crear. Ese cuerpo es un cuerpo molusco. Como noción y como sensibilidad, la muestra Ojos de hueso, inaugurada este 4 de noviembre en la galería Ángeles Baños de Badajoz, España, ha hecho que la artista visual cubana Celia González (La Habana, 1985) ponga una lupa en esa zona “intermareal” donde habitan los quitones, eso que conocemos como cucarachas de mar.

Ojos de hueso, que podrá verse hasta el 9 de enero de 2023, es la primera exposición personal de Celia González. Aunque es una creadora con recorrido tanto en Cuba como en otros países, antes siempre había presentado su trabajo junto a otros artistas. La exhibición pacense viene a ser, sin embargo, el corolario de esa voluntad de vínculo, de esa necesidad de convivio con la otredad. Lo que sucede es que, sí, expone su individualidad estética, pero lo hace desde una corporalidad múltiple. A partir de una idea de la interdependencia que atraviesa todas las piezas.

Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)
Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)

Componen la muestra fotos de archivo, cuatro esculturas y sus registros en papel fotográfico, y ocho telas instalativas que, según Celia González, interrogan: “¿Cómo pensar en futuros ante el totalitarismo caribeño recurriendo a herramientas intermareales y salitradas? Agotada la mayoría de las estrategias terrestres ante la represión de Estado, la capacidad de las cucarachas de mar de confeccionar ojos integrados entre sí y dispersos en su cuerpo a la vez, se ha convertido para mí en una posible estrategia oceánica, ciencia ficcional, multiespecie. En la exhibición Ojos de hueso propongo especular sobre las posibilidades de una mutación oceánica en el cuerpo del antropos caribeño para imaginar futuros ante la represión del Estado”.

Además, acompañan estas piezas la lista de presos políticos cubanos establecida por Prisioners Defensers y el registro audiovisual de la performance que lleva el mismo nombre de la exposición, realizada el propio día 4 de noviembre. Tanto la performance como la muestra personal tienen su antecedente en un ensayo antropológico escrito por González.

Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)
Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)

En un primer momento (2019), la creadora cubana lo presentó en Hidalgo, México, como parte de la residencia Fronda. En junio pasado, invitada por la investigadora y escritora cubana Iliana Diéguez a participar en el II Encuentro Pensamiento Situado: Des/constituyentes: Prácticas e imaginarios por-venir, en Santiago de Chile, presentó Ojos de hueso en calidad de performance.

Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)
Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)

Ahora en Badajoz, con la colaboración de Elvi Serrat Llopart (diseño de montaje), Flavio Tonnetti (diseño escenográfio), Rodrigo Toro (edición de sonido), Edén Bernal (edición de video) y Laura Barrón (edición de fotografía), González reconfigura la potencia inicial de Ojos de hueso y asume un carácter expositivo. “Durante la cuarentena y militarización de la ciudad de La Habana”, explica, “observé con atención por primera vez a las cucarachas marinas. A pesar de que estaba prohibido acercarse al litoral –restricción estatal justificada por los intentos de control del Covid-19– comencé a sentarme de forma periódica en la zona intermareal de la costa, junto a los quitones. Durante mis actos de contemplación ilícita observaba con detenimiento a las Acanthopleura granulata que me rodeaban. Logré hacer varias sesiones de fotografías y comencé a buscar información sobre su comportamiento. Al mismo tiempo mis amigos –artistas, cineastas, poetas, músicos, periodistas, activistas– estaban bajo vigilancia, presos o imposibilitados de moverse de sus casas, comenzamos a ser noticia nacional. Se hizo común llegar a casa de un amigo y encontrar una patrulla afuera –o un automóvil ruso marca Lada de la policía militar, siempre vestidos de civil. La visión, sentido que obsesiona al antropos, y la información que se obtiene a través de ella, se convirtió en un lujo ante las restricciones de movimiento que el Estado nos imponía. Entonces, envidié a los quitones capaces de informarse y protegerse a la vez, de hacer infinitas cantidades de ojos con su exoesqueleto”.

Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)
Exposición ‘Ojos de hueso’ (2022), Celia González (FOTO: Cortesía de Celia González)

Al mismo tiempo que Celia González reflexionaba sobre la capacidad de autogeneración, que es como decir autocuidado, de los quitones, estableció vasos comunicantes entre estos moluscos y el cuerpo subversivo cubano. Cuerpos disidentes. “Después de las manifestaciones de 2020 y 2021 exigiendo derechos cívicos, sobre todo libertad de expresión, la militarización en la isla aumentó de forma visible”, recuerda. “Necesitábamos una transformación en nosotros como antropos caribeños bajo represión luego de los experimentos modernos de corrección. Hicimos con fuerza emerger, muy despacio y fluidamente, ojos de hueso, una mutación necesaria ante la constancia del terror y el agotamiento de estrategias terrestres”.

Y zanja la artista: “Nuestro entendimiento de la visión y la protección ha cambiado desde que comenzó este proceso simbiótico con los quitones. Ahora tenemos una perspectiva anfibia de nuestra vida terrestre y totalitaria. Con nuestros ojos de hueso multifuncionales, útiles tanto en el aire como en el agua, hemos comenzado a pensar a través del agua de mar. Mi descripción sobre la mutación molusco-disidente no puede avanzar más en el presente, necesitamos dejar al tiempo ajustar los detalles fisiológicos de este proceso simbiótico. Sólo puedo decir que algunos de nosotros hemos comenzado a expulsar los ojos de huesos rotos por el uso cuando el enfrentamiento policial se vuelve físicamente violento y es probable que estos restos estén infestando también a otros pobladores terrestres de la isla. ¿Cómo tener ojos de quitón produce un desplazamiento conceptual que nos permite preguntarnos sobre nuestros hábitos de pensamiento y de enfrentamiento al terror provocado por experimentos modernos?”.

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