La artivista cubana Tania Bruguera (La Habana, 1968) presenta en Chile Magnitud 11.9, una exposición que, en el marco de los 50 años del golpe de Estado civil-militar encabezado por Pinochet, reflexiona sobre los desafíos de la democracia en las sociedades contemporáneas. Esta muestra individual se podrá ver hasta el 28 de enero de 2024 en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) bajo la curaduría de Joselyne Contreras Cerda.
Tras ser vilipendiada por varios sectores de la izquierda más rancia, no sólo chilena, Magnitud 11.9 se instala a partir de una metodología de trabajo que, de manera situada, incluyó la revisión de archivos, la conversación con personas claves en el conocimiento de la dictadura y la transición democrática, “así como la realización de una serie de encuentros con artistas, activistas, pensadores, periodistas, familiares de las víctimas, con quienes se reunió [Tania Bruguera] para compartir, pensar y sentir en colectividad”, como se puede leer en el sitio web del MSSA.
Tania Bruguera, quizá la artista cubana viva de más renombre internacional, se definió en una reciente entrevista con la periodista Antonia Laborde, publicada en El País, como una persona apegada a la izquierda. En esta conversación recapituló cómo llegó a exponer en Chile. Todo comenzó en 2018, mientras exponía en el Tate de Londres. En ese momento, desarrolló un proyecto que involucraba a los vecinos del museo, además de artistas y activistas. Una de las personas que participó fue Joselyne Contreras Cerda, quien la invitó a hacer una retrospectiva en el país austral.
Bruguera aceptó, pero luego la idea mutó y se convirtió en un proyecto con matices mucho más expandidos, teniendo en cuenta que a la artivista cubana le interesa, sobre todo, “el arte para un tiempo político específico”.
En 2021 inició una investigación mucho más detallada para la obra que realizaría en Chile. En junio pasado, visitó Santiago y se reunió con unas sesenta personas para dialogar en torno a sus experiencias subsumidas dentro de entornos democráticos o dictatoriales. De estas charlas salieron los temas de la exposición.
Luego, en julio, inició una polémica que, básicamente, exigía que el MSSA retirara de su programa la exposición de Tania Bruguera. Una de las voces que tomó más espacio dentro de la opinión pública fue la de Pablo Sepúlveda Allende, nieto de Salvador Allende.
El 6 de julio, Sepúlveda Allende escribió en la plataforma X (Twitter en el momento de la publicación) un tuit bajo el título “No en nombre de Salvador Allende”. El mensaje hacía un “enérgico llamado” a la dirección y a los trabajadores del MSSA “para que se retracten de la grotesca provocación y reparen el insolente agravio hacia la imagen, memoria y legado de Salvador Allende que están cometiendo al organizar la exposición de la artista cubana Tania Bruguera, una artista que sólo destaca porque su puesta en escena es contraria a la Revolución cubana”.
Este tuit, junto a una serie de publicaciones que pedían el cese del proyecto de Tania Bruguera, se encuentran como parte del dispositivo curatorial dentro del MSSA. Este recinto abriga la totalidad de la muestra, ya que no se pudieron realizar acciones en las calles de Santiago.
Por ejemplo, un grupo de cruces que dicen “Nunca más” estaban destinadas a ser colocadas en el espacio público para señalizar las casas del Barrio República que fueron ocupadas durante la dictadura por la CNI (Central Nacional de Informaciones). Debido a las aprensiones que sufrió la exposición, el proyecto no se realizó y hoy se exhiben en la muestra Magnitud 11.9 de la artista Tania Bruguera, reseñó el Comité Internacional de Museos de Arte Moderno (CIMAM).
Bruguera informó en las páginas de El País: “La obra tiene varias capas”. A nivel de ideas la artista se planteó indagar en los elementos que debilitan una democracia, como la impunidad. Este tema lo aborda en una sala junto a la ley de amnistía. La corrupción es otro de los puntos débiles de los sistemas democráticos y la artista lo plantea a través de Cema Chile. Por otra parte está “la represión, que la abordo con los presos políticos cubanos”.
Tania Bruguera talló en una de las paredes del MSSA los nombres de los presos políticos que en Cuba salieron a protestar el 11 de julio de 2021. Un hecho raro en su carrera. Ella misma ha declarado en varias ocasiones que “las obras mías sobre Cuba las hago en Cuba”, como repitió en la entrevista citada. Y prosiguió: “Yo no iba a poner algo de Chile. No son mis muertos, no son mis dolores y había que tener un respeto con eso. Entonces dije, bueno, lo que está en mi historia personal son mis compañeros y los activistas que están presos por salir el 11 de julio de 2021 a la calle a gritar libertad”.
Las actividades y exposición de Tania Bruguera en Chile son posibles gracias al apoyo de la Fundación Mellon a través del Proyecto de Futuros Justos N-2009-09221 titulado “Despojos en las Américas: la extracción de cuerpos, territorio, y herencia cultural desde la Conquista hasta el presente”, que es administrada por la Universidad de Pennsylvania, y coordinada por la Investigadora Principal Tulia G. Falleti.
Hija de un diplomático del régimen castrista cubano, Bruguera es hoy considerada una voz crítica en su país y representa la lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos.
En Cuba, Bruguera fue la creadora de la Cátedra Arte de Conducta, un programa de estudios de performance y de arte socialmente comprometido, pionero en Latinoamérica. Además, es fundadora y directora del Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), con el que se presentó en la muestra internacional documenta 15, en Kassel, Alemania. Su trabajo ha sido reconocido a través de distinciones como el Premio Velázquez de Artes Plásticas (España, 2021) y Premio Príncipe Claus (Países Bajos, 2008), y ha expuesto en instituciones como el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, la Tate Modern en Londres, el MoMA y el Neubeger Museum of Art en Nueva York.