En el Tate Modern de Londres, se podrá ver Music of the Mind, la mayor muestra dedicada en el Reino Unido a la artista y activista japonesa Yoko Ono, desde el próximo 15 de febrero y hasta el 1ro de septiembre. La exposición “abarca siete décadas de la poderosa y multidisciplinar obra de la artista”, que van desde mediados de los cincuenta hasta la actualidad, informa un comunicado de prensa del museo londinense. La curaduría ha buscado exponer “el desarrollo de su innovadora obra y su perdurable impacto en la cultura contemporánea”.
Music of the Mind comenzará adentrándose en el papel fundamental de Yoko Ono en los círculos experimentales de vanguardia de Nueva York y Tokio. En esta etapa, fueron particularmente relevantes sus “piezas de instrucciones”. La artista escribía instrucciones en las que pedía a sus lectores que imaginaran, experimentaran, realizaran o completaran la obra. Hasta el día de hoy, este arte participativo sigue siendo una constante en el trabajo de Ono. Fotografías inéditas mostrarán las primeras de estas “pinturas de instrucciones” en su estudio del 112 de Chambers Street, en Nueva York, lugar donde ella y el compositor La Monte Young organizaban conciertos y eventos experimentales. También se exhibirán imágenes de la primera exposición individual de Ono en AG Gallery en 1961.
Algunas de las instrucciones que podrán verse en el Tate Modern “se componen de un solo verbo, como FLY (volar) o TOUCH (tocar). Otras incluyen lo mismo frases cortas como “Escucha los latidos de un corazón” y “Pisa todos los charcos de la ciudad”, hasta tareas para la imaginación como “Construye un cuadro en tu cabeza”. Cada palabra o frase pretende estimular y desbloquear la mente del lector, aclara la nota de presentación del museo.
En una sección dedicada a la música creada por Ono, el público accederá a la escucha de himnos feministas como “Sisters O Sisters” (1972), “Woman Power” (1973) y “Rising” (1995). Estos solitarios de Ono “envalentonan a las mujeres para que construyan un mundo nuevo, tengan coraje y rabia”, además de denunciar la violencia de la sociedad patriarcal ejercida contra las mujeres.
El compromiso de la artista con el feminismo se ilustrará asimismo con películas clave como FLY (1970-1), “en la que una mosca se arrastra sobre el cuerpo desnudo de una mujer mientras la voz de Ono traza el recorrido del insecto, y Freedom (1970), que muestra a Ono en su intento y fracaso de liberarse del sujetador”, informa la nota de prensa.
El núcleo de la exposición lo constituirán las obras radicales de Ono producidas durante su estancia de cinco años en Londres a partir de 1966. “Allí se integró en una red contracultural de artistas, músicos y escritores, y conoció a su futuro marido y colaborador John Lennon”, agrega el comunicado del museo.
La exposición del Tate contribuye a la resignificación de la obra de Yoko Ono, figura clave de la performance, mucho antes de que esta práctica se consideraba digna de verse en un museo o figurar como arte. Por muchos años, la vanguardista Ono fue reducida, mayoritariamente, a “arpía” responsable de desintegrar la mítica banda The Beatles. Sin embargo, antes de conocer a John Lennon (en una exposición en una galería en 1966) Yoko Ono era ya una artista con vasta participación en la escena de la performance mundial.
En marzo de 1965, por ejemplo, su obra Cut Piece llegaba al Carnegie Recital Hall de Nueva York después de exhibirse en Japón. En el escenario de la prestigiosa sala de conciertos neoyorquina, se veía a Ono envuelta en un vestido negro con unas tijeras a su lado, con las que el público, de uno en uno, debía cortarle la ropa, según las instrucciones dadas por la artista.
Hoy pueden verse grabaciones de esa performance donde la artista queda casi desnuda y un hombre termina de cortarle torpemente la parte del vestido que corresponde al busto. Ono intentaba llamar la atención sobre la violencia ejercida por la sociedad contra las mujeres (sobre todo, las asiáticas) y buscaba mostrar su resistencia y fortaleza como parte de ese grupo.
Otra pieza suya, Film No. 4, también pone en primer plano el cuerpo desnudo. La película es una secuencia de nalgas descubiertas y en movimiento. Con humor, Ono instaba a deshacer las jerarquías de clase mostrando un rasgo compartido por toda la humanidad.
Yoko Ono comenzó su carrera a inicios de los sesenta vinculándose con las ideas del antimovimiento internacional de vanguardia Fluxus. Antes de unir su vida a la del Beatle, fue una pionera del arte participativo y colaboradora de músicos experimentales como John Cage.
La ceguera de la sociedad patriarcal ha sido grande cuando ha querido disminuir a esta artista y activista irreverente al papel de musa de Lennon o víbora destructora de amigos. Quien haya visto a Yoko Ono, en una de las fotos más famosas de la pareja, mostrándose desnuda en toda su imperfección corporal, de espaldas, con sus nalgas escurridas, al lado de Lennon, una de las estrellas de rock más deseadas del momento, con sus nalgas perfectas, no podría seguir pensando que la nipona se limitaba a posar y a ser musa. Ella incomodaba. Ella se resistía a ser objeto. Todavía lo hace. Ella ponía desde esa fecha, en primer plano, a las mujeres, tan invisibilizadas en el mundo del rock. Ya ni hablar de que ponía a las mujeres no occidentales y no normativas en el centro de la escena musical y artística mundial. En 1973, Ono sacó al aire el tema musical “Potbelly Rocker”, dedicado a las “esposas de los rockeros que no tienen nombre”.
Años después del fatídico asesinato de Lennon, la artista japonesa empezó a ser vista a través de lentes menos hostiles y misóginos. Desde sus inicios, Ono ha desarrollado su carrera mayormente en Estados Unidos, Japón y el Reino Unido. Es conocida por su activismo, sus prácticas feministas, su defensa de la paz mundial y sus campañas medioambientales.
Además de performance, vídeo e instalación, la artista también alcanzó el éxito comercial y de crítica en el terreno de la música. En 1980, con el álbum Double Fantasy, una colaboración con Lennon, que se publicó tres semanas antes del triste asesinato del Beatle, ganó el premio Grammy al Álbum del Año.
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