La muestra de arte cubano contemporáneo Cuba Introspettiva. Pastiche intermediali e videoarte (Cuba introspectiva. Pastiche intermedial y videoarte), organizada por el curador italiano Giacomo Zaza, tiene una segunda versión. El martes 2 de noviembre de 2022, quedó inaugurada Cuba Introspettiva, otra vez, consagrada ahora a las prácticas intermediales y el videoarte, con una nómina mucho más amplia que incluye veinte artistas del paisaje creativo actual del país caribeño.
En virtud de su sistemático examen de la visualidad cubana (concepto a fin con las obras reunidas en la exposición), Zaza ya había llevado una primera versión de esta muestra a Roma, en 2019, bajo el mismo título, pero con una selección más reducida, de nueve creadores plásticos, que permitía atisbar el pulso del arte cubano del presente.
La muestra de este 2022 ha abierto en Turín, Italia, dentro del marco de la feria artística que el Flashback Habitat-Ecosistema per le culture contemporanee emprende anualmente, cuya 10ma edición se celebrará del 3 al 6 de noviembre próximo. Concebida como un repaso de ciertos vectores discursivos e intereses estéticos del arte insular, esta segunda versión de Cuba Introspettiva permanecerá abierta al público general hasta el 15 de diciembre.
Giacomo Zaza se ha dedicado durante un buen tiempo a investigar las prácticas culturales cubanas, con particular énfasis en las artes visuales. El curador ha orquestado varias muestras con el propósito de visibilizar en Europa la escena creativa insular. Entre estos proyectos destacan, por ejemplo, su curaduría de los Pabellones Nacionales de Cuba en la Bienal de Venecia (citas de 2013 y 2015).
Los veinte artistas reunidos por el curador en esta ocasión pertenecen a promociones diversas, dentro del arco temporal que va de finales de la década del setenta hasta el presente. Integran una de las zonas más dinámicas y vanguardistas del arte cubano del siglo XXI. Todos son autores movidos por un ánimo de experimentación que se registra justamente en la práctica intermedial y el trabajo sobre la imagen videográfica.
Un repaso de los integrantes de la muestra evidencia el interés de Zaza por, dentro de la especificidad expresiva que convoca la exposición, explorar algunas de las voces en las que mejor se manifiesta la irreverencia del discurso artístico procedente de la isla: Juan Carlos Alom, Javier Castro, Elizabeth Cerviño, Henry Eric Hernández, Harold García, Tony Labat, Glenda León, Ana Mendieta, Sandra Ramos, Lázaro Saavedra, María Magdalena Campos, Celia & Yunior, Susana Pilar, Carlos Garaicoa, Luis Gómez, Ernesto Leal, Carlos Martiel, Levi Orta, Grethell Rasúa y Tonel.
Cada uno de estos artistas son autores absolutamente resueltos en sus poéticas y estilos, con obsesiones intelectuales y estéticas que se encuentran estrechamente ligadas al enfrentamiento de las hostilidades de las circunstancias y la Historia cubana posterior al triunfo de 1959. Ese parece ser incluso uno de los factores motivacionales de sus ensayos con los recursos expresivos del arte, uno de los estímulos para sus singulares manejos de los códigos del video y la práctica intermedial.
La exposición certifica la sintonía del arte cubano con determinadas experiencias creativas internacionales, y muestra su diferenciación, y una vitalidad derivada de su conciencia crítica y su vocación política, de su propensión a crear un “régimen sensible” que tribute al pensamiento activo acerca del curso del país.
Cuba Introspettiva arroja una experiencia artística cargada de virtuosos manejos de la materia estética, originales instrumentaciones de estilo e incisivos diálogos con las experiencias cívica y existencial cubanas. La asunción al arte cubano del cuerpo negro y la crítica al racismo, de los discursos feministas y el imaginario propio de las mujeres, y del registro de las realidades post- utópicas, por sólo mencionar algunos ejemplos, ha disparado el alcance discursivo de la creación visual.
La solidez antropológica de las obras realizadas por estos autores, y de las formas en que se presentan las mismas, sus énfasis en lo procesual, el comportamiento y lo performativo, enriquecen y diversifican la expresión y los gestos artísticos del panorama nacional.
Una de las virtudes mayores de la exposición es llamar la atención puntualmente sobre el potencial que anida en el ejercicio intermedial y la videocreación, y en la manera singular en que se manifiestan estos en el actual pasaje artístico cubano. A la emergencia de la videocreación debe la producción nacional uno de sus momentos más vitales en el actual milenio.
El carácter híbrido de los trabajos consumados por los nombres presentes en Cuba Introspettiva, que suelen echar mano de materiales y códigos propios de las tecnologías y de prácticas poco afines al mundo del arte, han garantizado la significativa diseminación expresiva experimentada por el arte cubano hoy.
Estos autores convocados suelen operar con metodologías y un repertorio de recursos que posibilitan prodigiosos diálogos formales e intercambios estéticos; el sistemático empleo cruzado de soportes y materiales, el montaje de disciplinas y tecnologías de la comunicación en la realización de una obra ha condicionado la generación de nuevas estrategias de inserción artística en el campo social y la edificación de inéditos enclaves de diálogo. De esos itinerarios del arte insular (ese que vive incluso más allá de los límites de su geografía) da cuanta esta exposición ideada por Zaza.
Justo como apunta el título, también se presta atención a la reivindicación de la experiencia personal y la subjetividad como territorios desde los que pensar el mundo y emprender la creación artística. El rizomático peregrinar del arte cubano durante estas últimas décadas, su persistente transfiguración, debe mucho a la introspección de la experiencia social, desde ahí se emprenden algunos de los más agudos análisis estéticos de la contemporaneidad. Cuba Introspettiva arriba a Flashback Habitat como demostración de la solidez y la lucidez del arte cubano contemporáneo.
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