El arquitecto japonés Riken Yamamoto ha ganado a sus 78 años el Premio Pritzker de Arquitectura tras una extensa carrera desarrollada en países como Japón, la República Popular China, la República de Corea y Suiza. La obra de Yamamoto es especialmente conocida por priorizar la calidad de vida de los ciudadanos y su interacción por encima de las construcciones.
El jurado señaló que Yamamoto es merecedor del Pritzker, el premio más importante del mundo en este campo, “por recordarnos que en arquitectura, como en democracia, los espacios deben ser creados por la voluntad del pueblo”. Para Yamamoto, agrega el acta, “un edificio tiene una función pública incluso cuando es privado”.
El autor japonés cuestiona con su obra los modos de vida modernos que acentúan cada vez más el individualismo en detrimento del intercambio social. Yamamoto también defiende que todo debe ser pequeño, de escala humana. Entre sus obras más destacadas está el Museo de Arte de Yokosuka (2006), ubicado justo frente a la bahía de Tokio, un edificio transparente que tiene encima un mirador que a su vez se integra perfectamente como parte del paisaje con sus curvas y tonos cromáticos. Por el diseño de este espacio recibió el Premio del Instituto Japonés de Arquitectos en 2010.
En la obra de Yamamoto “la normalidad se vuelve extraordinaria” y “la calma conduce al esplendor”, expresó el presidente del jurado, el chileno Alejandro Aravena, quien también ganó el Pritzker en 2016. “Al difuminar cuidadosamente la frontera entre lo público y lo privado, Yamamoto contribuye de manera positiva más allá del encargo para habilitar la comunidad. Es un arquitecto tranquilizador que aporta dignidad a la vida cotidiana”, agregó Aravena.
“A través de la solidez y calidad de sus edificaciones, su objetivo es dignificar, mejorar y enriquecer la vida de los individuos, desde niños hasta ancianos, y sus conexiones sociales. Y lo hace a través de una arquitectura autoexplicativa pero modesta y pertinente, con honestidad estructural y escala precisa, con atención cuidadosa al paisaje del entorno circundante”, añadió el jurado.
Otros de sus trabaos cívicos más notables son: la Universidad de Saitama (Koshigaya, Japón 1999), la Biblioteca de Tianjin (Tianjin, República Popular China 2012), la Escuela Primaria Koyasu (Yokohama, Japón 2018) y la Estación de Bomberos Hiroshima Nishi (Hiroshima, Japón, 2000). Esta última es un edificio totalmente transparente, que permite tanto a los visitantes como a los transeúntes ver el atrio central y las actividades diarias y sesiones de entrenamiento de los bomberos.
Su portafolio incluye desde viviendas públicas, escuelas primarias, edificios universitarios, instituciones, espacios cívicos y planificación urbana hasta residencias privadas. Entre sus labores sociales más importantes se encuentra la fundación de un instituto de investigación comprometido con la participación comunitaria a través del diseño arquitectónico, en respuesta a las consecuencias del Terremoto y Tsunami de Tōhokuy. También, en 2018, creó el Premio Local Republic, que reconoce a jóvenes arquitectos que contribuyen a la creación de un futuro más humano.
Nacido en Beijing, República Popular China, en 1945, Riken Yamamoto se trasladó a Yokohama, Japón, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, donde reside hasta hoy.
Para desarrollar su obra, a la par de sus estudios académicos, Yamamoto viajó por México, Guatemala, Colombia, Perú, Irak, India, Nepal, Marruecos, Túnez, Grecia, Turquía, Italia, España y Francia para estudiar lódicas comunitarias diversas y actualizar la arquitectura más tradicional.
Yamamoto recibirá el Premio Pritzker durante la ceremonia número 46 del Premio Pritzker en Chicago durante la primavera; el evento se celebrará en el S.R. Crown Hall, Illinois Institute of Technology, en asociación con el Chicago Architecture Center, el próximo 16 de mayo. Es el arquitecto número 53 en recibir este premio. En 2023 lo ganó David Chipperfield.