Conversación con Adrian Labaut sobre la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’

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El público asiste a la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
El público asiste a la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

La OSA Galleria Centralis Archivum/Blinken, en Budapest, Hungría, inauguró el 22 de junio la exposición Arquitecturas cubanas: El tercer espacio. Comisariada por los arquitectos cubanos Adrian Labaut y Paloma Herrero E., la muestra explora el paisaje arquitectónico del país “desde las décadas previas al triunfo de la Revolución hasta la actualidad”. Al regresar a los años cuarenta del pasado siglo, los organizadores buscan contextualizar el devenir de esta práctica en relación con los conflictos históricos y los antagonismos políticos que la han condicionado. Pero, sobre todo, buscan explicar el semblante de la joven arquitectura cubana contemporánea y presentarla con el mayor rigor posible al público europeo.

Hasta el 27 de agosto de 2023, fecha en que cierra la exposición, se podrán ver en la capital húngara proyectos significativos de estudios de arquitectura cubanos que están proponiendo nuevos caminos creativos para uno de los sectores que más restricciones experimenta hoy en el país; entre otros, se exhiben trabajos de Estudio Choy-León, Albor Arquitectos, AdUrbis Arquitectos, Infraestudio y sin_tesis_estudio…

Arquitecturas cubanas: El tercer espacio surgió como una iniciativa personal de sus curadores. Establecidos en Europa hace más de una década, ambos estudiaron en la CUJAE y se fueron a Italia “en busca de un “despertar” en lo que se refiere a la educación de la arquitectura”.

El público asiste a la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
El público asiste a la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

“Pensábamos que los estudiantes de arquitectura cubanos estábamos rezagados con respecto a los de otros países, que no recibíamos una educación completa”, comentó Labaut a Rialta noticias. “Para nuestra sorpresa, en Milán descubrimos que estábamos muy bien preparados, y no fue complicado insertarnos en una nueva realidad. Nuestra percepción del contexto europeo es recíproca: del mismo modo que nosotros no sabíamos que estábamos a la par de los estudiantes de universidades importantes, existe de manera general un gran desconocimiento sobre Cuba y su arquitectura. La pregunta “¿y en Cuba hay arquitectura?” era una constante. Debido a esto, por varios años hemos sentido la urgencia de hablar de esta. Pensamos en hacer una revista, un concurso (fuimos parte del jurado de un concurso para la Plaza de la Revolución) y finalmente se nos ocurrió hacer esta exposición”.

La situación legal, de posibilidad, de una nueva arquitectura es sumamente frágil en Cuba. El 19 de agosto de 2021, apunta Labaut, “la Gaceta Oficial de la República publicó las normativas para el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), las cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia en Cuba. Estas normativas prohíben la práctica de un amplio grupo de actividades profesionales en el sector privado; entre ellas, la arquitectura”. No obstante, “en condiciones de alegalidad, existe”. Por tal motivo, Arquitecturas Cubanas: El tercer espacio resulta tan significativa. Rialta noticias conversó con Labaut para indagar más sobre la exposición y su propuesta curatorial.

Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

¿Qué camino se recorre para que una muestra de arquitectura cubana llegue a la agenda de una galería húngara?

Inicialmente no nos planteamos realizar la exhibición en Budapest. Apenas decidimos armar este proyecto, entramos en contacto con dos profesores de Milán, muy queridos, quienes lo apoyaron desde el primer momento y sugirieron varias sedes posibles. Entre todas, nos pareció más factible el museo Schusev de Moscú. Hicimos una breve visita al Schusev y todo se resolvió en una reunión con su directora en aquel entonces. La idea fue muy bien aceptada, nos dieron fechas, presupuesto y luz verde para llevar adelante la exposición.

En un principio, la muestra trataba sólo de arquitectura contemporánea cubana, pero pronto nos dimos cuenta de que para un público extranjero sería necesario aportar más información, hablar del contexto social, político, cultural, explicar de dónde sale esa arquitectura contemporánea. Así, la idea, que era bastante modesta, fue creciendo cada vez más e incorporando colaboradores y participantes. Sin embargo, todo el proceso se cortó de tajo con el inicio de la guerra en Ucrania y el trabajo realizado quedó en el limbo.

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En un viaje a Budapest me encontré con Gréta Süveges, la actual organizadora de la exposición, y visitamos juntos la Galeria Centralis, donde expusimos nuestra propuesta y recibimos el mismo interés que en Moscú. En un par de días ya teníamos sede otra vez. Hemos logrado realizar este proyecto aquí por dos motivos fundamentales: el empuje propio y el interés que despierta Cuba al público extranjero.

Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

¿Podrías explicar por qué fue necesario trazar un marco temporal tan amplio?

Extender temporalmente el repaso que hace la exposición de la arquitectura cubana fue resultado orgánico del propio proceso organizativo. Para hablar de la arquitectura contemporánea en el contexto europeo es necesario dar más pistas sobre los “orígenes” de la misma. ¿De dónde beben los arquitectos cubanos hoy? ¿Qué había antes? Así comenzamos a articular una narrativa cronológica que incluye algunos proyectos y momentos fundamentales. Nos ha parecido coherente hacer un recorrido desde la arquitectura moderna cubana hasta nuestros días.

La exposición propone cuestionar qué cosa es la arquitectura cubana, que se puede leer como un único proceso lleno de rupturas o como un conjunto de intenciones fugaces, autónomas, apagadas por situaciones político-económicas. Al mirar la arquitectura moderna y el impacto de la Revolución, las escuelas de arte y la arquitectura de autor sacrificadas por la masificación, la crisis del Período Especial que detuvo todo, y un posible nuevo comienzo después, el GECA y la prohibición de la práctica de la arquitectura privada, parecería que hablamos de fragmentos, como si se tratase de varios contextos a la vez. Con esta narrativa cronológica también nos preguntamos qué pasará con la arquitectura cubana de hoy. ¿Somos ahora parte de un proceso destinado de nuevo a apagarse o el inicio de una continuidad prolongada?

Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

¿Qué criterio curatorial manejaron para presentar toda esa Historia? 

Al concluir que era importante mostrar una historia de la arquitectura bastante extensa, comenzamos por trazar las referencias cronológicas que enmarcarían la exposición. El material presentado se divide en tres períodos principales, que se encuadran entre la quema del Tratado de Vignola y el triunfo de la Revolución; entre 1959 y la publicación del libro Proyecto Habana: Arquitectura otra vez y entre la aparición de este último volumen y nuestros días. A estos tres períodos los hemos denominado “Antes de Ayer”, “Ayer” y “Hoy”, inspirándonos en la exposición de Jean Luc Goddard Voyage(s) en Utopie, presentada en 2006 en el Centro Pompidou.

Hemos querido que las fechas definitorias de los períodos no tuviesen un carácter marcadamente político (salvo 1959, que marca el triunfo de la Revolución). Por tal motivo decidimos tomar como referencia esos dos libros que representan intenciones diferentes por completo: el Tratado del Vignola simboliza la estaticidad de un programa educativo a superar y el Proyecto Habana…, por otra parte, constituye una explosión creativa irreverente, la búsqueda de un cambio. Para ilustrar cada uno de los períodos hemos realizado una selección bastante flexible. Nuestra intención no era hacer una descripción escrupulosa de la arquitectura cubana, sino mostrarla a grandes rasgos y que el visitante pudiese hacerse una idea general para luego, de interesarle, profundizar en el tema.

Cada período (“Antes de Ayer”, “Ayer” y “Hoy”) funciona como un sistema, dado por un contexto político-ideológico específico y significado por una serie de proyectos.

Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

¿Por qué “El tercer espacio”? 

Esta exposición es una caja de herramientas, un paisaje “neutral”. Fuera de Cuba, por lo general, la gente tiene una percepción bastante estereotipada de la isla: la revolución cubana, Fidel, playas, música y tabaco. Si la gente sabe poco de la Cuba actual, saben aún menos, o nada, de su arquitectura. La muestra propone enfrentar al público con una imagen vibrante del país a través de sus Arquitecturas. Por eso hemos tratado de mantener una postura apolítica, término que nos ha traído críticos de un lado y del otro.

El visitante puede ver obras clave de la arquitectura cubana y encontrar información sobre el contexto político en el que se enmarcan. Nosotros hemos tratado de presentar el material sin inclinaciones o preferencias ideológicas, dejando la posibilidad al visitante de hacerse una idea personal sobre la compleja historia cubana y su actualidad. No se trata de educar o adoctrinar, sino de ofrecer el material para que el visitante formule preguntas y haga una lectura crítica. De aquí la idea del Tercer Espacio, un espacio en el que los discursos se cruzan y el carácter unitario de cada uno se desintegra al mezclarse con el otro. Las fronteras de los discursos pasan de límites a zonas de fusión e interrelación discursiva.

En el centro del espacio se pueden encontrar descripciones de cada período, consultar libros, mirar una proyección infinita de imágenes sobre Cuba. A cada lado de este centro hay dos alas en las que se han construido estructuras que muestran, en pares, el “Hoy” y el “Ayer”, el “Hoy” y el “Antes de Ayer”. El “Hoy” siempre se ve desde el centro, colorido y optimista. Para mirar el “Ayer” y el “Antes de Ayer” hay que caminar detrás del “Hoy”.

Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Vista de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.

¿Solo se exhiben proyectos consumados y de autor?

Intentamos mostrar sobre todo proyectos realizados, aunque también se incluyeron algunos dibujos, fotos de maquetas o proyectos no construidos. Nos enfocamos en arquitecturas construidas porque pensábamos importante exponer que la realidad cubana, llena de voluntad e imaginación, es también palpable. Independientemente del estado actual de los proyectos construidos años atrás, las crisis, falta de materiales y obstáculos, la arquitectura está ahí y sigue mostrándose en nuestros días. Además, no hablamos sólo de proyectos de autor, se muestran hoteles y entornos de pobreza anteriores al triunfo de la revolución (el barrio de las Yaguas, por ejemplo), edificios de vivienda social, casas y edificios transformados por sus propios inquilinos. Por eso hablamos de Arquitecturas. 

Un objetivo de la exposición es “dar visibilidad a la arquitectura joven cubana”. ¿Cómo valoras la situación actual de la misma en la isla?

Nosotros hemos querido hacer una exposición optimista. El visitante por lo general se queda con una sensación muy positiva sobre Cuba y la riqueza creativa de sus arquitectos, que trabajan a pesar de las enormes dificultades. Para nuestra satisfacción, la exposición ha creado mucha curiosidad y admiración hacia Cuba y los jóvenes arquitectos cubanos. Es eso lo que hemos querido trasmitir, que a pesar de las aplastantes condiciones que restringen la producción arquitectónica cubana, las ideas están ahí, efervescentes, a la espera de oportunidades para manifestarse.

En el contexto internacional, los arquitectos deben ser por naturaleza muy optimistas, al trabajar casi siempre en situaciones de incertidumbre, al entregar tiempo y trabajo sin saber si este esfuerzo será correspondido. Los arquitectos cubanos trabajan en una realidad paralela en la que el optimismo foráneo se asemeja a un problema del primer mundo, porque, para empezar, y sin sumar crisis económicas ni políticas excluyentes, su figura no está ni siquiera reconocida como una entidad legal. La arquitectura cubana está en proceso de nacimiento y debemos hacer lo posible porque esta evolución no se detenga, dándole visibilidad fuera de Cuba y defendiendo su legalización en la isla.

Inauguración de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
Inauguración de la exposición ‘Arquitecturas cubanas: El tercer espacio’.
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