La quinta edición de la Bienal de Arquitectura de Chicago (CAB, por sus siglas en inglés) se celebra hasta el 11 de febrero de 2024 en esta ciudad con la participación de 86 expositores de diez países diferentes. “Una carta de amor” a Chicago, así entienden este evento sus organizadores, el colectivo Floating Museum, constituido por un grupo de artistas, diseñadores, poetas y educadores enfocados en construir conexiones entre el arte, la comunidad, la arquitectura, la infraestructura y las instituciones públicas.
El pasado 21 de septiembre la Bienal inauguró las instalaciones específicas de cada emplazamiento por toda la ciudad y se abrieron al público este 1ro de noviembre. El Chicago Cultural Center, la Graham Foundation, el James R. Thompson Center y el Chicago Architecture Center son sólo algunas de las sedes más relevantes a las que el público puede acceder.
“Nos retamos a nosotros mismos y a nuestra comunidad a pensar en la arquitectura no como una entidad estática, sino como una práctica viva y en evolución”, declararon los curadores en la apertura.
Las exposiciones de esta edición están centradas en temas como la monumentalidad y las innovaciones materiales. Una de las obras estrellas de la Bienal, Tree Cycles, propone repensar la importancia de los árboles en el tejido urbano de la ciudad. Diseñada por Stoss Landscape Urbanism, la exposición habla del crecimiento, la tala, la fabricación, el deterioro y la descomposición “como procesos urbanos y ecológicos activos y normales dentro de un paisaje urbano productivo reconceptualizado”, informa designboom.
Tree Cycles está conformada por una instalación forestal circular recién plantada que ocupa el césped de la entrada sur del Butler Field; una instalación simultánea en el Chicago Cultural Center que visualiza los ciclos completos de crecimiento y descomposición en time-lapse y una base de datos para el seguimiento y cuidado del bosque urbano en su conjunto.
Bloques de hormigón a base de algas son la estructura de un muro en espiral construido por el estudio de arquitectura Skidmore Owings & Merrill. Esta es otra de las piezas que el público puede encontrar en la ciudad. La instalación abre el diálogo sobre la viabilidad de la albañilería que no utiliza cemento portland, uno de los principales responsables de las emisiones mundiales de C02.
Otras obras también despiertan la conversación sobre los excesos de residuos del “capitalismo industrial”, las viviendas de bajo coste construidas, los materiales reciclables como el plástico y la arquitectura colonial en territorios indígenas.
La bienal también ofrece un grupo de actividades educativas gratuitas (charlas, debates, entrega de libros al público) que complementan las exposiciones al contribuir al proceso de imaginar un mundo más amable y sostenible.
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