Dos exposiciones en Factoría Habana repasan las transgresoras creaciones de cuatro pintores cubanos

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Exposiciones ‘In & Out’ (arriba), de David Beltrán y Kmilo Morales, y ‘minimal MAXIMAL / MAXIMAL minimal’ (abajo), de Laura Carralero y Michel Pérez Pollo. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)
Exposiciones ‘In & Out’ (arriba), de David Beltrán y Kmilo Morales, y ‘minimal MAXIMAL / MAXIMAL minimal’ (abajo), de Laura Carralero y Michel Pérez Pollo. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)

Factoría Habana, uno de los espacios expositivos mejor posicionados en la capital cubana, acoge por estos días dos singulares muestras bipersonales. Organizadas por la curadora Concha Fontenla, ambas exhibiciones repasan las potencialidades de la pintura (en tanto lenguaje plástico tradicional) en la contemporaneidad insular. Con el título minimal MAXIMAL / MAXIMAL minimal se presentan obras de Laura Carralero y Michel Pérez Pollo; bajo el rótulo In & Out, creaciones de David Beltrán y Kmilo Morales.

Si bien cada exposición ocupa espacios independientes dentro de la galería –puesto que abrazan procedimientos y códigos estéticos particulares–, también se pueden apreciar como una muestra única gracias al orgánico vínculo visual y conceptual entre ellas.

Pérez Pollo y Carralero se mueven en un registro que no sacrifica completamente la representación de objetos y formas, mientras que Beltrán y Morales se emplazan plenamente en el terreno de la abstracción. Sin embargo, en conjunto dejan ver algunas de las operaciones más fértiles ensayadas por la pintura frente al curso actual de las artes visuales cubanas. En palabras de la propia curadora, el agrupamiento de estos cuatro autores reivindica la pintura como un “lenguaje de posibilidades ilimitadas”.

Tanto minimal MAXIMAL / MAXIMAL minimal como In & Out repostulan el lenguaje pictórico, su primacía y alcance. De entrada, resulta bastante sintomático que creadores tan jóvenes, conocedores de los derroteros del arte contemporáneo, apuesten por ejercicios plásticos donde la superficie visual, el ejercicio mismo de pintar, domine por sobre el concepto o la generación de discursos y narrativas. En la geografía actual del arte, cada vez más dinámica e inclusiva, la pintura continúa siendo para muchos autores un medio expresivo de vanguardia, seductor, y constituye un capital cultural tan legítimo como en épocas pasadas.

Los gestos pictóricos de Pérez Pollo, Carralero, Beltrán y Morales son vigorosos en sí mismos, incluso desafiantes para el espectador, aun cuando se ubican fuera de los predios del conceptualismo y del arte antropológico. En estas pinturas, que no dejan de producir campos simbólicos inquietantes, importa sobre todo el goce visual, la morfología expresiva; como mínimo en una primera experiencia receptiva, pues el repertorio plástico aprehende una muy baja discursividad.

Como apunta el propio título que reúne sus trabajos, Carralero y Pérez Pollo manejan dimensiones completamente diferentes. Este último, por ejemplo, apuesta por grandes formatos que buscan entablar una relación observacional muy concreta con el público. Obras estrictamente retinianas, envuelven a quien las mira en un campo visual subyugante donde tienen primacía el color, el modelado escultórico de las figuras y la prolijidad de los juegos cromáticos. Esa es la aventura a que Pérez Pollo convida: heredero del expresionismo abstracto y la nueva figuración, su representación escultural de objetos cualesquiera, que remedan las texturas de la plastilina, la madera, la tierra…, deviene un espectáculo estético autónomo, enajenante a veces. Aunque a ratos la representación de objetos engendra un simbolismo turbador, estos motivos parecen nomás pretextar el juego con los colores, que por sí mismos se ocupan de producir espacio, perspectiva, volumen…

Exposición ‘minimal Maximal / MAXIMAL minimal’; Laura Carralero y Michel Pérez Pollo. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)
Exposición ‘minimal MAXIMAL / MAXIMAL minimal’; Laura Carralero y Michel Pérez Pollo. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)

Carralero escoge trabajar formatos pequeños, minúsculos, que fuerzan al espectador a una relación más cercana, a una proximidad física más íntima con la obra. A diferencia de los ejercicios plásticos de Pérez Pollo, los de esta mujer son extremadamente racionales, matemáticos podríamos decir. Mientras aquel sopesa la temperatura y la expresividad del color, ella explora la impronta expresiva de la línea y de la composición interna del cuadro… Y en tal sentido la escogencia de dimensionas tan restringidas contribuye a que la fisiología plástica resulte en extremo calculada; los diseños geométricos de Carralero se proyectan ante la mirada en una consistente ordenación, donde la(s) figura(s) tiende(n) siempre a la verticalidad y al estatismo. También destaca en sus obras el trabajo con el espacio, lo que es compresible porque su proyecto plástico busca fijar en la superficie pictórica las formas simplificadas de las estructuras arquitectónicas, el lenguaje de líneas y volúmenes que subyace a una edificación o una ciudad. Estas pinturas sobre madera (óleo sobre “tabla”, dice el pie de obra) viven justamente de conferir relevancia estética al montaje de planos y colores que sustenta una construcción. De ahí extrae la creadora su sello visual.

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In & Out –al decantarse Beltrán y Morales por un registro plenamente abstracto– conforma un vibrante paisaje de íntegra expresividad plástica. No obstante, los estilos y pasaportes estéticos de uno y otro son divergentes: Beltrán explota al máximo la expresividad del color, en lo que Morales opta por una clave bastante monocromática, un registro limitado a los blancos, grises y negros. Mas con independencia de las impresiones y afectos pulsados por sus poéticas, impera en ambos el virtuosismo en la morfología del cuadro, la belleza del ejercicio formal. Más allá de la maestría de estas pinturas, si algo resulta impactante es el canal de comunicación que deviene el nivel expresivo en sí mismo, por encima de la tematización (no sólo en Beltrán y Morales, también en Pérez Pollo y Carralero).

Deudor de la abstracción lírica, el plano visual del trabajo de Beltrán ase de inmediato al espectador. Sin embargo, el cuadro que se presenta frente a nuestros ojos es resultado de un procedimiento más complejo: es la amplificación de la fotografía estratigráfica de una muestra del pigmento de una obra de algún clásico de la historia del arte (especificado en el pie de obra). Esta práctica no sólo alimenta a nivel discursivo la obra de Beltrán, al dimensionar el sentido de la representación, sino que demuestra la preeminencia del componente plástico. La frondosidad cromática, la sensualidad de la pincelada, la elegancia de la arquitectura composicional, devienen un gesto de celebración y amor por el arte mismo.

Exposiciones ‘In & Out’; David Beltrán y Kmilo Morales. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)
Exposiciones ‘In & Out’; David Beltrán y Kmilo Morales. Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)

Morales lleva ya un buen tiempo poblando el repertorio plástico contemporáneo de un pródigo imaginario meditativo, espiritual y afectivo. Su obra está fuertemente condicionada por la sensibilidad del budismo y las culturas orientales; referencias que se perciben en su propio horizonte estilístico. Las obras incluidas en In & Out, resueltas en tinta china sobre lonas de algodón de dimensiones inmensas, quieren generar, tal parece, un cosmos introspectivo, sumergir al espectador en su propia subjetividad… La naturaleza contemplativa de la maniobra plástica, a partir de la estilización del trazo, siempre armónico, equilibrado, aunque informal, coloca al público ante figuras o motivos circulares que se abren o proceden del vacío… El proceder de Morales aguarda algo místico, que provoca un estado mental de fuga, de apertura al cosmos. Pero quizás lo más atrayente es que logre todo esto con una increíble economía de recursos; sus apelaciones estéticas son mínimas, su gramática es sencilla; mas habitan en esas lonas un temperamento y una densidad evocativa impactantes.

Dos exposiciones no bastan para medir la temperatura del arte cubano. Sin embargo, estas muestras que propone Factoría Habana, donde confluyen artistas residentes en Cuba y en la diáspora (Beltrán y Morales viven en España), confirman que –insisto– son muy variados los caminos estéticos del presente. La múltiple experiencia estética a que invita Concha Fontenla evidencia, como mínimo, que estos cuatro creadores poseen excelente dominio del lenguaje pictórico, y que la pintura es también un medio para hacer resistencia al mundo, un ámbito genuino de transgresión creadora.

Laura Carralero, Tomás López, Yasbran Zayas, David Beltrán, Concha Fontenla, José Luis V. Montero, Kmilo Morales y Carlos Fuentes (izq. a der.) en Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)
Laura Carralero, Tomás López, Yasbran Zayas, David Beltrán, Concha Fontenla, José Luis V. Montero, Kmilo Morales y Carlos Fuentes (izq. a der.) en Factoría Habana (FOTO Facebook / Factoría Habana)
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