De la serie 'A cielo abierto', Elizabet Cerviño, oxidación sobre láminas de cobre

A mi modo de ver, uno de los aspectos más singulares de una artista como Elizabet Cerviño (Manzanillo, Cuba, 1986) es que tiende a abordar su práctica artística, sea el performance, la pintura o la instalación, desde una forma de militancia espiritual; una militancia que se adentra, con gran rigor conceptual, en el orden de lo contemplativo. Atenta a las distintas escalas de la materialidad, y persiguiendo, como en ciertas espiritualidades orientales, una suerte de despersonalización, su trayectoria como artista ha mantenido, sin embargo, una notable coherencia y organicidad. Su arte explora la vacuidad y la desposesión como conceptos. De hecho, la propia Cerviño se pronunció al respecto en uno de sus statements: “El vacío es una entidad natural dentro de mi práctica, y su representación busca purificar. Con una tendencia hacia lo no-representacional utilizo la tensión entre acción y reacción como herramienta para entender la naturaleza”.

Con motivo de Opencast (A cielo abierto), la más reciente exposición de Cerviño, que se inaugura este 29 de abril en la galería Bode de Berlín, me propuse conversar con ella sobre algunos elementos de su poética e intereses. Cerviño, con una importante trayectoria internacional, muy vinculada como pintora y performer a la indagación ecopoética y al paisaje, accedió amablemente a responder mis preguntas.

Considero que parte de tu obra apuesta por representar o pensar el rastro de lo efímero, por plasmar las formas elementales de la materia. ¿Tiene que ver esto con las filosofías o espiritualidades orientales?

No me privo de ninguna influencia. No soy dogmática. Nací en una esfera donde el sol siempre nos brinda luz y calor a todos por igual. Quizás por ello siempre que me quedo en silencio y observo en el mar una ola que rompe en los arrecifes, o el viento moviendo las copas de los árboles, o la brizna inclinándose ante el peso de la gota de agua posada, me pregunto: ¿por qué negar que imitamos a la Naturaleza?

En verdad no me propongo, por otra parte, un arte que sea efímero. Con cada una mis obras trato más bien de llevar a cabo una representación física de una idea, una que resurja a cada momento y que, de algún modo, se transforme ante cada espectador. Es un credo muy simple: nada es permanente, todo es efímero y cambiante.

De ahí que no creo que se trate de adoptar filosofías o practicas orientales, sino de una sencilla aceptación de la realidad.

¿Qué giros en tu producción visual te resultaron fáciles de encarar y cuáles te resultaron difíciles o incómodos de asumir?

Disfruto mucho todo el proceso creativo de una idea y me entrego y aplico por completo a ello (En sí mismo, nada es fácil, nada es difícil). Como artista, solo no poder hacer nada es para mí aterrador.

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De la serie 'A cielo abierto', Elizabeth Cerviño, oxidación sobre láminas de cobre
De la serie ‘A cielo abierto’, Elizabet Cerviño, oxidación sobre láminas de cobre

En tu obra hay una muy sostenida exploración del paisaje. Para esta exposición en particular, ¿cómo fue tu abordaje de las montañas de formas abruptas y de la (quizás siempre difícil) representación de los rastros del agua?

Veo el arte del paisaje no como mímesis sino como síntesis. Un vacío de continuo devenir y mutación, de recíproca transformación entre sustancias y accidentes. Casi una forma abstracta, esa difícil tensión copulativa entre lo pleno y lo vacío de la que habla François Cheng en su libro sobre la pintura china. Desde ahí, el agua o las montañas. En ese sentido no hay una mutación entre esta exposición y las anteriores.

A cielo abierto es un concepto que se usa en la explotación u obtención de recursos naturales en las superficies del suelo, que crea o transforma los paisajes.

Me apropio de este concepto, A cielo abierto, no solo como título de la exhibición. También nombro una serie de obras que dramatizan los elementos y procesos, la posible narrativa que de ese concepto pudiera derivarse. “Oxidación de minerales sobre láminas de cobre”, por ejemplo. Es una forma de ecopoética que se sitúa más allá (o más acá) de la simple denuncia del extractivismo agroindustrial. Cuestión de escala perspectivas: la galería, el arte, es otro campo.

Ahora bien, cuando mencionabas el agua, un recurso que uso constantemente en mi producción, me imagino que pensabas en Canteras; de Testimonios de la brisa, u “Oxidación de cobre sobre lino virgen”, obras donde el agua contenida, limpia y transparente alberga el principio de la corrosión.

A través de este material se escenifica un conflicto humano universal e interno: la naturaleza de nuestra ambivalencia. Es desde ahí que se va planteando una síntesis o abstracción de todo ese sentir que viene de la conciencia sobre la fragilidad ecológica. Esto, en distintos sentidos, podría ser Olor del ámbar, Farallones, Tapiz, u otras muchas obras que he producido.

En tu trabajo, al menos en varias de las exposiciones que has venido haciendo después de graduarte del Instituto Superior de Arte, has trabajado el performance, la pintura, el videoarte y la instalación. Pero ¿no es la escritura –la escritura poética, quiero decir– una parte fundamental de tus metodologías de trabajo?

Esta manera de vagar libremente por diferentes medios de producción creativa, sin esquemas, sin “estilos”, son apenas gestos, intentos de acercarme a lo puro. Y la escritura, sus huellas, para mí es el origen, y el hilo invisible que une toda mi producción, sea performance u otros medios.

En muchas ocasiones, la línea, el tejido de la escritura es más visible. Ese es el caso de obras como Beso en tierra muerta, Lámina única, Palabra lesionada, etc.

La escritura, la lectura, están en el inicio. Quizás por ello, y también por simple inclinación personal, la poesía forma parte de mi universo referencial. Así que sí, tienes razón.

De la serie 'A cielo abierto', Elizabeth Cerviño, oxidación sobre láminas de cobre
De la serie ‘A cielo abierto’, Elizabet Cerviño, oxidación sobre láminas de cobre

Tu obra ha estado muy centrada en las relaciones con la naturaleza. De hecho, creo que todas estas metodologías de trabajo no han estado desligadas jamás (es el caso de las “limpiezas”) de una reflexión ecológica en un sentido de práctica espiritual y corporal. ¿No es precisamente en esa práctica rigurosa de lo ecológico donde tu obra se posiciona, por contraste, más políticamente?

Toda mi obra es una. Habitualmente en ella, mi método de meditación estética está marcado por lo efímero y lo frágil, por las relaciones entre fragmentación y unidad. Aceptación de lo inmutable y búsqueda de lo esencial, comprensión del mundo de manera holística basada en las relaciones de ecodependencia e interdependencias entre seres (humanos o no) y cosas. Estas relaciones y acciones son también lo político, una política que excede las ideas habituales sobre lo social. Creo que sí, que en ese sentido ciertas obras se podrían pensar como política ecológica o pensamiento ecológico.

Para la inauguración de Opencast retomarás uno de tus performances. ¿Podrías comentarme más al respecto?

Los performances los hago rompiendo con ese carácter más esencialista y alejándome de la dualidad naturaleza/cultura. Me plantean preguntas en torno a un posible punto perdido de unión entre el cuerpo y el medio ambiente, la naturaleza y la cultura, la espiritualidad y el materialismo.

Por eso, siguiendo la descripción o statement del performance, me ubico en el espacio de la galería: “Allí dispongo los trozos de carbón vegetal en el suelo a manera de jardín, y descalza, vestida de blanco, arrodillada, macero, hago añicos el carbón, para solo dejar un rastro, un campo de polvo sobre el suelo. Cenizas negras”.

A riesgo de caer en la frivolidad, quisiera saber cuáles son, hoy por hoy, los artistas más inspiradores o prometedores para Elizabet Cerviño.

Los artistas que más me interesan son aquellos cuya obra es verdaderamente espejo de la naturaleza, espejo también de sus ideas y creencias; obras donde encontremos fuerza, belleza y serenidad.

De la serie 'Canteras ; de Testimonios de la brisa', Elizabeth Cerviño, oxidación de cobre sobre lino virgen
De la serie ‘Canteras ; de Testimonios de la brisa’, Elizabet Cerviño, oxidación de cobre sobre lino virgen
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