Muere José Luis Cortés, El Tosco, genio renovador de la música popular cubana

El flautista y compositor José Luis Cortés, El Tosco, líder de NG la Banda, una de las más importantes de la música popular cubana desde los años noventa del siglo pasado, falleció este lunes en La Habana a la edad de 70 años, informó la estatal Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM).

La causa del deceso habría sido “un accidente encefálico hemorrágico”, de acuerdo con una actualización en redes sociales del Instituto Cubano de la Música (ICM).

“Influencia universal y carisma incuestionable. Desde EGREM despedimos al hombre, pero no al genio”, se lee en el breve comunicado de la productora cubana. “Su talento y constante experimentación con las sonoridades más auténticas, lo convierten en referente de la creación contemporánea. Aportador incansable desde Irakere o con NG la Banda, José Luis deja profunda huella en las sonoridades populares”.

EGREM dio a conocer asimismo que El Tosco “preparaba un nuevo proyecto” en colaboración con esa casa discográfica, la cual atesora “algunas de sus más connotadas obras maestras”.

“Después de integrar agrupaciones musicales de primerísimo nivel como Los Van Van e Irakere, funda en 1988 NG La Banda, formación renovadora de la música popular cubana y precursora de lo que hoy conocemos como timba. Desde su carisma inigualable, articuló y lideró numerosas acciones en bien de la promoción de la música bailable y el jazz y se caracterizó por un gran respeto a su público y un gran compromiso con la cultura y la revolución cubanas”, destacó por su parte el ICM, dependencia del Ministerio de Cultura.

Desde la tarde-noche de este lunes, los medios oficialistas cubanos se hicieron eco de la noticia y comenzaron a despedirse del popular músico, “nacido”, tal como vino a subrayar el periódico Granma, “en El Condado, el barrio más humilde de Santa Clara, en la central provincia de Villa Clara”.

Autor de temas imprescindibles como “La bruja”, “Murakami Mambo” o “Échale limón”, y distinguido en 2017 con el Premio Nacional de Música, El Tosco fue acaso el mejor exégeta de una nueva sensibilidad (musical) en plena la crisis cubana de los noventa. Al frente de su banda no sólo cautivó a los bailadores de toda la isla, sino que marcó decisivamente –mientras afuera “la salsa” conquistaba los circuitos del Caribe y el Nueva York latino– el camino evolutivo de la música popular cubana en su corriente principal, basada en el complejo del son.

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De cara al “fenómeno musical” del reguetón, El Tosco advertía años más tarde en entrevista para diario Juventud Rebelde: “No podemos quedarnos en la timba”.

“No creo que hayamos vuelto a admirar como en aquellos años [los noventa]”, escribía hace unos meses Michael H. Miranda en una crónica para la revista El Estornudo. “El Tosco era el exceso, la música le brotaba, se le salía hasta al caminar. Una catarata, nadie podía callarlo. ¿A quién más se le podía ocurrir lo de «Tengo a los soldados barriendo calles»? Corría el rumor de que en Japón se había encerrado a componer todos los temas del Cabaret panorámico, que después tuvo otros nombres, pero siguió siendo el disco más extraordinario de la música cubana, el que rompió el molde, el más admirado lo mismo en el teatro que en la cervecera. No bastándole, propició la aparición del Médico, otro fenómeno; y de otra banda, PG, que era como la cantera, para jugar en segunda división”.

Sobre NG la Banda, AM:PM zanja en su “Playlist: La patria es su música”: “Los chicos de El Tosco fueron el buque insignia musical del Período Especial”.

Tras conocerse el deceso del artista, Rafael González Escalona, director de esa revista independiente cubana, escribió en Facebook un mínimo obituario: “Ha muerto un hombre complejo en todos los sentidos, cuya genialidad musical se vio menoscabada por un historial de violencia con la que como sociedad machista que somos aún no hemos lidiado. Que vengan los homenajes, pero también las reflexiones”.

Hace tres años, la cantante Dianelys Alfonso, expareja suya y excantante de NG la Banda, acusó públicamente a José Luis Cortes de “abusos” y “violencia machista”. La intérprete, conocida como La Diosa, llegó a asegurar en una entrevista que la golpeaba y la obligaba a sostener relaciones sexuales con él.

“En junio de 2019, Dianelys denunció a El Tosco por «amenazas». Poco antes El Tosco la había denunciado a ella por «difamación»”, se indica en este recuento de Tremenda Nota.

Aquella denuncia sirvió para que surgiera en la esfera digital cubana la iniciativa YoSíTeCreo.

“A partir del cuestionamiento de la acusación contra este hombre con poder, en las redes sociales se destacó la etiqueta #DiosaYoSíTeCreo, teniendo en cuenta que la Policía había desestimado inicialmente la denuncia”, se apuntaba en un reportaje publicado por Distintas Latitudes.

Ciertamente, el caso no tuvo demasiado recorrido al interior del sistema de justicia cubano, tal como a todas luces ha sucedido tras las denuncias de mujeres contra el trovador Fernando Bécquer.

Su gran talento musical y el genuino arraigo entre el público cubano fueron siempre, a lo largo de una carrera de más de medio siglo, las bazas de El Tosco Cortés.

“José Luis fue el que aglutinó y amarró y concretó el boom de la salsa cubana. Nosotros sembramos la base, Irakere y Van Van; pero José Luis fue el genio que se encargó de inventar el motor sonoro que hizo a la música bailable internacional”, habría dicho en una ocasión el mismísimo Juan Formell, fundador y director legendario de Van Van, la orquesta popular más influyente en Cuba desde los años setenta a este parte.

La muerte de José Luis Cortés (1951-2022) se suma en un muy corto lapso a la de Adalberto Álvarez (1948-2021), el “Caballero del Son”, víctima del coronavirus en septiembre pasado.