La primera exposición personal en Cuba del artista Stephan Kaluza (Bad Iburg, Alemania, 1964), se inauguró este martes 23, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam de La Habana. Bajo el título Demarcación, esta singular muestra se presenta al espectador capitalino “como una trampa retiniana y un gesto de interpelación respecto de lo real y lo evidente” en el arte, subraya su curador, y crítico de arte cubano Andrés Isaac Santana.
Emprendida en colaboración con la galería Reiners Contemporary Art, Demarcación exhibirá en La Habana hasta el 15 de marzo, un conjunto de pinturas, fotografías y videos, en diálogo, que permiten apreciar el ejercicio conceptual característico de Kaluza y más específicamente sus inquietudes alrededor de la representación estética, la semejanza realista en el arte y la mediación del significado.
Andrés Isaac Santana advierte que Kaluza “exige a su espectador un amplio registro de competencia visual y una gran eficacia para discernir los infinitos derroteros de la imagen.”
Las pinturas incluidas en la exposición, lienzos de gran formato resueltos en un código hiperrealista, surgieron a partir de fotografías tomadas por el artista en entornos donde otrora “tuvieron lugar sucesos trágicos”. Los cuadros amplifican unos contemplativos paisajes naturales, áreas de exuberante vegetación, incluso escenas de personas que disfrutan un baño en algún río o caminan tranquilamente por la arena de una playa. En su aparente atemporalidad, tales vistas son nomás el semblante actual de escenarios donde acontecieron enfrentamientos armados o se instalaron campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial o el régimen fascista. Las pinturas y por supuesto también las fotografías incluidas en Demarcación son registros del río Rin, de los campos de batalla de Verdun, Somme y Waterloo, de los alrededores de Auschwitz, Buchenwald y Srebrenica…
En las imágenes de Kaluza no es visible el desastre, la violencia, la huella histórica; al menos no a primera vista. El paso del tiempo acaso ha borrado el vestigio; la naturaleza ha cubierto el terreno y las personas experimentan esos territorios como fugados de la Historia. Precisamente a esa aparente neutralidad del espacio natural y la geografía reacciona Kaluza con su obra. El virtuosismo técnico de su pintura, que reproduce el verismo fotográfico, supone un extrañamiento que invita a cuestionar las apariencias de la realidad. El artificio plástico con que aprehende la realidad, en buena lid, desnuda la cualidad mediadora y engañosa de toda imagen.
Este creador invita a pensar que detrás de la cualidad “idílica” de esos paisajes laten “el trauma” y “lo siniestro” de la Historia, según apunta Andrés Isaac Santana. “Kaluza polemiza con la idea del mundo como postal turística y paradigma de bienestar” para hacernos conscientes de que no hay significado sin conciencia del pasado, sin memoria, sin una ideología que lo sostenga, indica el curador.
Eso sucede también en las fotografías presentes en Demarcación, exhibidas en forma de extensas franjas, a la manera de grandes planos secuencia. Esas fotografías, así como los videos diseminados por la galería que documentan diversos proyectos fotográficos del artista, testimonian sus excursiones por los sitios históricos citados. Gracias al código documental del registro fotográfico, “la neutralidad” actual de todos esos parajes llega al espectador en su absoluta inmediatez. Por supuesto, esa naturalidad, imponente en su belleza natural, obliga a preguntarnos, una vez conocido el rol que asumieron en el pasado, de dónde emanan los significados: ¿las imágenes transfiguran la realidad? ¿Es posible fiarse del sentido de una imagen?
“Toda (de)marcación es un ejercicio de poder y un acto de contracción, de limitación, de reducción y de fijación”, dice Andrés Isaac Santana. “Esta muestra viene a ser una suerte de espejismo en el que se subraya la idea de que no todo lo que se ve es real o no todo lo que parece ser es.” Los trabajos de Kaluza juegan “de una forma deliberada con los regímenes de percepción y su sospechosa fiabilidad”. Frente a estas imágenes, fotográficas o pictóricas, el público se suele “abandonar al placer estético que producen […], desplazando la tiranía de la interpretación y de los significados dados”, mas, de inmediato, esa “visión […] entra en contradicción con el conocimiento de lo que allí ocurrió. Y […] sobre estas contradicciones el artista se interroga en tanto espectador e intérprete de la realidad. Toda su obra entraña una profunda reflexión sobre los regímenes del significado”.
Actualmente Kaluza vive y trabaja en Düsseldorf, ciudad donde estudió Filosofía en la Universidad Heinrich Heine. Andrés Isaac Santana comisarió antes, en septiembre de 2023, otra muestra suya en Madrid. Durante su carrera, Kaluza ha recibido varios reconocimientos a nivel internacional y ha presentado su obra en disímiles galerías y eventos de prestigio. Su trabajo integra además importantes colecciones alrededor del mundo.
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