Ridley Scott, director de blockbusters legendarios y filmes de culto como Alien (1979) o Blade Runner (1982), acostumbrado a moverse, contumazmente, entre el presente y el futuro, apuesta ahora por una película basada en el volumen The Infinite Machine, de la periodista estadounidense Camila Russo. Se trata del bestseller sobre Ethereum, una plataforma de código abierto y descentralizada con tecnología blockchain (cadena de bloques) donde se generan (minan) y transaccionan criptomonedas y, también, arte nativo digital a través de NFTs.
Medios informativos de Hollywood se hicieron eco recientemente de que Scott Free Productions, la compañía del cineasta británico, se encargará de la adaptación cinematográfica de este volumen “fascinante” que, según el portal Deadline, “traza el auge de Ethereum, el segundo activo digital más grande del mundo; el crecimiento de las criptomonedas, y el futuro de Internet tal como la conocemos”.
Ese apogeo de Ethereum y, en general, de los NFTs (non fungible tokens) –unidad digital de valor programable que es única y, por tanto, no intercambiable por otra– no resulta del todo ajeno a Cuba, tal como ha reportado antes Rialta Noticias.
“The Infinite Machine Collection [TIM] fue el primer proyecto (completamente) nativo NFT en el que he estado involucrada”, ha dicho en Instagram la historiadora de arte cubana Gladys Garrote, quien fundó junto a Luisa Ausenda el proyecto Clit Splash. “Hace apenas dos días se anunció que Ridley Scott estará produciendo la película. Y ahí estoy yo, curando el arte y los artistas [sic] de la colección de NFT que va a financiar la próxima película del director de Alien”.
Porque resulta que el filme –que escribirá y dirigirá el indio Shyam Madiraju, y producirán además Tom Moran y Vera Meyer, de Scott Free, y Alejandro Miranda de Versus Entertainment– será costeado, al menos en parte, con arte.
Gladys Garrote lo pone de este modo: “TIM es una colección que de más de 10 000 NFT cuya venta será usada para financiar la primera película sobre Ethereum, el blockchain que les ha cambiado la vida a muchos (la mía incluida)”.
Acerca de la colección, la joven curadora ha explicado que cuando se refiere a que es un proyecto “completamente nativo NFT” quiere decir, entre otras cosas, que “su utilidad va más allá del valor simbólico de la propuesta artística”.
¡Entendido!: de ahí saldrá, nada más y nada menos, uno de los próximos empeños, esta vez como productor, del hombre que ha estado detrás de una road movie tan aclamada como Thelma y Louise (1991) y de una cinta tan taquillera y oscarizada como Gladiator (2000).
“Es increíblemente emocionante tener a Ridley Scott y al equipo de Scott Free produciendo la película de The Infinite Machine junto a nosotros”, ha declarado por su parte Camila Russo. “No puedo imaginar un mejor equipo para convertir la fascinante historia sobre las personas detrás de la tecnología más revolucionaria desde Internet en una película que capturará los corazones de nuestra generación”.
“Curar para el blockchain, parece una realidad paralela”, dijo finalmente en su post de Instagram Gladys Garrote, quien es, sin dudas, una de las principales impulsoras del criptomercado del arte en la isla y de la comunidad de artistas cubanos en torno a la tecnología NFT, que ha seguido creciendo en los últimos meses con exposiciones como NFT Cuba Art, acogida por la galería virtual Altitude de Oncyber, o Erotika, presentada durante la Miami Art Week 2021.
En junio del año pasado, las fundadoras del colectivo Clit Splash decían en entrevista con Rialta Noticias: “Si bien Cuba es un país digitalmente subdesarrollado y el acceso a Internet es un fenómeno reciente y aún limitado, la llegada de sus artistas al criptomercado no ha sufrido el desfasaje con que se ha operado tradicionalmente en otros momentos de la historia del arte cubano. En ello ha influido notablemente el surgimiento de alianzas entre los creadores, coleccionistas y gestores culturales. Estas alianzas se expresan en la circulación de información, la extensión de invitaciones para exhibir y vender en determinadas plataformas, así como los pagos de las comisiones necesarias para poder tokenizar y vender las obras. Esto último afecta muchísimo a los artistas que residen en Cuba, dada la imposibilidad de comprar directamente, a través de tarjetas de crédito, critpomonedas, especialmente ETH, la criptomoneda del blockchain Ethereum. En este sentido se han creado cadenas de ayuda donde los artistas que logran vender sus obras usan parte de sus ganancias para pagar el gas fee de otros”.
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