Habana Solo (2000), una película experimental del artista visual cubano Juan Carlos Alom, se proyectó este sábado 2 de marzo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). El filme integró el programa del vigésimo tercer Doc Fortnight, MoMA’s Festival of International Nonfiction Film and Media, que comenzó el 22 de febrero y culminará el 7 de marzo.
Anualmente, Doc Fortnight presenta al público neoyorkino “una muestra de las voces más innovadoras y vitales del cine documental e híbrido” de todo el mundo. Los curadores seleccionan audaces y aventurados ejercicios de no ficción, video arte y cine ensayo que destacan en festivales internacionales y eventos de artes visuales; asimismo, organizan proyecciones y actividades paralelas. A cargo de Sophie Cavoulacos, curadora asociada del Departamento de Cine del MoMA, y Julian Ross, investigadora y profesora de la Universidad de Leiden, el programa de este año incluye , según la web del museo, trece largometrajes y seis cortometrajes, acompañados por tres propuestas especiales: “una compilación caleidoscópica de filmes sobre/del Caribe, curada por Sociedad del Tiempo Libre, proyecto colaborativo con sede en Puerto Rico; un diálogo entre la artista Tiffany Sia y el académico Pavle Levi, suscitado por su interés mutuo en el cine de paisajes y las historias menores de la Guerra Fría, y una muestra monográfica del cineasta iraní Gelare Khoshgozaran, auspiciada por la serie cinematográfica MoMA’s Modern Mondays”.
Habana Solo llega a Doc Fortnight precisamente como parte de la muestra curada por la cooperativa Sociedad del Tiempo Libre, que reúne siete películas de autores de diversas nacionalidades bajo el título “Arriba está el mar”. Presentados por Beatriz Santiago Muñoz y Pablo Guardiola, en calidad de representantes de la Sociedad, estos filmes sostienen “un vínculo con el Caribe”, con algún perfil de su cultura “multifacética y expresiva”, en tanto repasan imágenes icónicas relativas, por ejemplo, a los carnavales, el paisaje, la música, la ciudad…
Comparten cartelera con Habana Solo en “Arriba está el mar”: Tous le jours de Mai (Miryam Charles; Canadá, 2023), Rebeca (Ricardo Ariel Toribio; República Dominicana, 2023), How to Love a Place so the Children Will Love Their Land (Laura Sofía Pérez; Puerto Rico, 2023), The Promise of Progress (Joiri Minaya; República Dominicana, 2023), Bisagras (Luis Arnías, Senegal; Brasil, 2024) y Learning from the White Birds (Minia Biabiany; Guadalupe, 2021).
Rodado en 16 mm, y con una duración aproximada de 15 minutos, Habana Solo es un ejercicio de estirpe experimental que presenta un perfil de la capital cubana a través de una serie de solos musicales interpretados por artistas callejeros. Juan Carlos Alom anuda solos de piano, flauta, güiro, guitarra eléctrica, tres, entre otros instrumentos, con registros urbanos de la ciudad, escenas cotidianas, rutinas de la gente, tomas de la derruida arquitectura, de barrios y calles, del malecón y del tráfico… Con ese tejido de música e imagen consigue una suerte de solo cinematográfico con un ritmo singular, un habitus, una atmósfera distintiva de La Habana y de su identidad popular, del clima característico de zonas como Centro Habana.
En sintonía con su trabajo fotográfico, este artista también cuida en Habana Solo la elaboración simbólica de algunos planos, procura subrayar el valor plástico de la imagen y aprovechar las cualidades expresivas de la textura de la película. Se puede apreciar, en la forma de mirar a la gente, su deuda con el documentalista cubano Nicolás Guillén Landrián, a quien homenajeó en otra de sus películas en 16 mm, así como el uso de estilemas propios del cine mudo. Juan Carlos Alom se suma a la extensa tradición de sinfonías urbanas del cine global con Habana Solo, ensayo fílmico que resulta una variación en clave de jazz.
La obra fílmica del autor incluye otras piezas como Una Harley recorre la Habana (1998), Método moderno (1999), Evidencia (2001), Iroko (2004) o Diario (2009). En 2008, una retrospectiva de sus trabajos en 16 mm se exhibió en el Festival de Los Ángeles. Pero no solo su obra fílmica, también su producción en fotografía fija es celebrada en el paisaje visual contemporáneo de Cuba y Latinoamérica. Expuestas alrededor del orbe, sus instantáneas suelen exhibir una sugestiva tensión entre el valor antropológico de lo registrado (paisajes rurales o urbanos, culturas afrocubanas, cuerpos marcados por su edad o color de piel…) y el estilizado trabajo del plano expresivo (simbólico, místico, surrealista…).
Las creaciones de Alom han sido incorporadas en muestras colectivas como Sin máscaras: Arte afrocubano contemporáneo (Galería Audain, Museo de Antropología, Vancouver, 2014) y En el Horizonte (Pérez Art Museum, Miami, 2017). De manera individual, su trabajo se ha presentado, entre otros espacios, en el San Francisco Art Institute, la Buzz Art Gallery (Miami) y la Galería Jorgensen de la Universidad de Connecticut. Piezas suyas integran además diversas colecciones permanentes en instituciones como el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, el Foro Ludwig para el Arte Internacional en Alemania, el Museo de Arte Blanton de la Universidad de Texas, el Museo Reina Sofía y la Tate Modern. Time Magazine de Nueva York lo nombró, en el año 2000, uno de los cien fotógrafos latinoamericanos del milenio.
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