Este 2023 se cumplen 50 años de la muerte de Pablo Picasso (España, 1981-Francia, 1973), uno de los más excepcionales pintores del pasado siglo y una de las personalidades más discutidas por nuestra contemporaneidad. Entre otros significativos aportes, el autor de Guernica (1937) participó de la invención del cubismo, trascendente ensayo estético del vanguardismo histórico que inscribiría su nombre de forma definitiva en la Historia del arte.
Alrededor de su producción plástica orbitan hoy curadores, críticos, periodistas, políticos, coleccionistas y artistas. Mas no sólo su obra es fuente de discusiones, su vida personal también se ha visto jalonada por polémicas de toda clase. En el cincuentenario de su muerte, no cesan, a nivel internacional, la apertura de exposiciones, la publicación de libros, la celebración de coloquios, la inauguración de centros dedicados al estudio de su vida y obra, acciones que buscan honrar su legado, repasar sus aportes fundamentales a la pintura y explorar su memoria desde la perspectiva del presente.
El centro cultural La Casa Encendida, en Madrid, España, en colaboración con la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA), se sumó a este homenaje con una singular exposición: Picasso: Sin Título, inaugurada el 19 de mayor de 2023 y abierta hasta el 7 de enero de 2024. La muestra se organizó con el auspicio de la Comisión Nacional para la Conmemoración del Cincuentenario de la muerte del artista español.
Esta comisión, junto al Musée national Picasso-Paris, han diseñado un nutrido programa de actividades, y han apoyado la organización de otras tantas en instituciones culturales de Europa y Norteamérica, para continuar explorando la producción del autor de Las señoritas de Avignon (1907) y valorar las expectativas actuales de su recepción.
Comisariada por Eva Franch i Gilabert, Picasso: Sin Título maneja un concepto curatorial sui generis. Bajo el principio “Renombrar es un acto de amor. Renombrar es también un acto político”, la curadora convocó a cincuenta artistas contemporáneos a formular nuevas interpretaciones de igual número de obras del artista español, retitular y resignificar cada propuesta de ese conjunto integrado por cerámicas, grabados, dibujos, y pinturas de gran formato. Los cincuenta trabajos de Picasso proceden de su última década de vida, un momento muy prolífico de su trayectoria creativa y bastante poco visibilizado.
“Construyendo historias potenciales, cada artista nos ofrece una perspectiva radicalmente contemporánea. En esta invitación a jugar con Picasso, el proyecto abre espacios a cuestiones latentes en las obras y esenciales en nuestra mirada actual como la raza, la clase, el género, la identidad, el antropocentrismo o el empoderamiento”, se lee en el sitio web de La Casa Encendida. Este proyecto, que ocupa cuatro salas de La Casa Encendida, nos invita a desarrollar una mirada activa, a cuestionar aspectos de nuestra percepción de la obra de Picasso y, al mismo tiempo, de nosotros mismos, de nuestros valores y de nuestra contemporaneidad”.
El ensayo estético emprendido por Picasso en el cubismo, asentado en la descomposición pluridimensional de las figuras en el espacio determinado del cuadro, marcó un punto de giro en la tradición de la pintura. Pero este autor fue siempre mucho más que el cubismo. La desdicha impresa en los mendigos de su etapa azul, la soledad ilustrada en los arlequines de su etapa rosa, momentos en que todavía participaba de los hallazgos del expresionismo, avisaban de la enorme estatura de Picasso como pintor. Su repertorio plástico arroja otros muchos índices característicos de su excepcionalidad: la solidez del dibujo, la orgánica trasgresión de los géneros, el particular montaje entre el protagonismo de las figuras y la funcionalidad de los fondos… La obra de pocos artistas conoce tantas estaciones como la de Picasso, quien además se movió con absoluto éxito por campos tan disímiles como la pintura, el dibujo, el diseño, el collage, la escultura, la cerámica.
Creadores de heterogéneas generaciones, geografías y culturas, cuyas propuestas artísticas participan de estilos y credos desemejantes, integran la nómina de invitados a releer los ejercicios picassianos. Participan en la exposición: Adrián Villar Rojas, Agnieszka Kurant, Ahmet Öğüt, Albert Serra, Alejandro Cesarco, Antoni Muntadas, Asunción Molinos Gordo, Black Quantum Futurism, Cabello/Carceller, Camille Henrot, Christine Sun Kim, Christopher Kulendran Thomas, DIS, El Conde de Torrefiel, Emilie Baltz, Erwin Wurm, Esther Ferrer, Frida Orupabo, Holly Herndon, Isabel Coixet, Iván Argote, Janaina Tschäpe, Jill Magid, Joy Harjo, Johanna Hedva, Jumana Manna, Klára Hosnedlová, Leonor Serrano Rivas, Lydia Ourahmane, Maria Hassabi, Mercedes Azpilicueta, Niño de Elche, Omsk Social Club, ORLAN, Pauline Curnier Jardin, Pedro Neves Marques, Pol Taburet, Revital Cohen & Tuur Van Balen, Roméo Mivekannin, Ryan Gander, Sara Ramo, Simon Denny, Simon Fujiwara, Sissel Tolaas, Tala Madani, Taryn Simon, The Otolith Group, Trevor Paglen, Tuan Andrew Nguyen y Tyra Tingleff.
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