Cada uno por su lado y Dios contra todos es el título de la esperada biografía del cineasta alemán Werner Herzog, publicada este febrero en español por Blackie Books (España) con traducción de Marina Bornas. Herzog “cuenta su historia por primera y única vez”, adelanta la editorial.
Herzog vive en Los ángeles (Estados Unidos) actualmente. Ha pasado ya la edad de ochenta años y continúa con la vitalidad del gran aventurero que ha sido. Sus proyectos cinematográficos, tan celebrados como polémicos, han destacado de forma unánime por su carácter épico. Para filmar sus películas ha realizado empresas titánicas, como subir un barco de vapor por una montaña en la selva amazónica o caminar de Munich a París en pleno invierno o descender un volcán activo o vivir en la naturaleza entre osos pardos. Esta vida exuberante es contada ahora en las páginas de su biografía de un modo personalísimo, asegura Blackie Books.
Herzog siempre ha sido un contador de historias. Además de su notable catálogo cinematográfico, también publicó otros libros, como la novela El crepúsculo del mundo, en la que narra la historia de Hiroo Onoda, un soldado japonés, que en la remota isla filipina de Lúbang, junto a otros tres militares durante la Segunda Guerra Mundial, se negó a creer que el conflicto terminó en 1945 y siguió luchando contra “el enemigo” durante 30 años más. Además, escribió Conquista de lo inútil, un diario del rodaje de Fitzcarraldo, la película que grabó a finales de los setenta en la jungla peruana y que le tomó alrededor de dos años de filmación.
La vida de Herzog parece sacada de un libro de aventuras. Al lado de las setenta películas que ha filmado, tiene muchas historias acumuladas en su trayecto vital, como su periodo juvenil en el norte de México, donde trabajó de payaso montando toros, según contó a El País en una entrevista de 2022. “Creció en un remoto pueblo de montaña de Baviera. De niño nunca fue al cine, no tenía televisión ni teléfono. En 1961, cuando todavía estaba en secundaria, trabajó como soldador en el turno de noche para producir su primera película. Tenía diecinueve años”, informa Blackie Books.
Su figura es tan imponente como inspiradora. Lo siguen decenas de cineastas en todo el mundo, ávidos de recibir sus enseñanzas. Herzog ha transmitido su saber acumulado en una academia itinerante llamada Rogue Film School. En las charlas que ha dado con esta escuela, ha enseñado desde “cómo falsificar permisos de filmación en lugares públicos” hasta “la importancia de la soledad”, reveló en la misma conversación con EL País. En esta serie de seminarios de cine que dirige no se imparte ningún tipo de enseñanza técnica. Su escuela es sólo “para los que han viajado a pie, han mantenido el orden en un prostíbulo o han sido celadores en un asilo mental (…) en resumen, para los que tienen un sentido poético. Para los peregrinos. Para los que pueden contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, para los que sienten un fuego en su interior”, asegura.
Sin dudas, la vida de este rebelde soñador da para mucho más que una breve biografía. Cada uno por su lado y Dios contra todos es solo un canal más para acceder a la inagotable historia del gran cineasta alemán.
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Muy interesante su reseña. Yo vivía en el Perú cuando rodó Fitzcarraldo y, en efecto, el rodaje fue una tremenda aventura de por sí. Si recuerdo bien, murió uno de los indígenas en esa locura de subir un barco de vapor por un cerro. Ahí se pasó Herzog.
Pero es un gran director y un ser humano perseguidor de absoluto, eso sí. Me encantaron y se me quedaron grabadas en el recuerdo varias de sus películas.
En estos momentos donde una gran parte de la humanidad ha perdido su rumbo solidario, es importante hacer de que el arte sea el eje transversal de una nueva educación, de huma nueva propuesta humana
Como olvidar : fitcarraldo, Aguirre o la cólera de Dios, La cueva de los sueños olvidados ( está última es un documental maravilloso)