“‘No soy unicornio’ habla de otro país”: Martica Minipunto se presenta en Suiza

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Martica Minipunto durante la performance ‘No soy unicornio’, en Zúrich.
Martica Minipunto durante la performance ‘No soy unicornio’, en Zúrich, 2022. Foto: Joanna Montero.

Martha Luisa Hernández Cadenas (alias Martica Minipunto) me escribe luego del montaje de No soy unicornio en el marco de la actual edición del Theater Spektakel en Suiza. Dice que toda la parte técnica “fue súper dura”. Zúrich posee, me cuenta, “una energía que estoy tratando de capturar. A la vez que me hace sentir muy frágil, estoy muy feliz por estar aquí”. El festival acontece desde el pasado 18 de agosto y se extenderá hasta el próximo 4 de septiembre.

Para Hernández Cadenas Theater Spektakel “es un festival de teatro maravilloso. Es un festival de verano y la ciudad se revitaliza mucho con el clima y con la idea de la curaduría del festival que tiene un programa muy abierto”. Dentro de esta curaduría, se ubicó No soy unicornio en un espacio denominado Short Piece, dedicado a obras de corta duración realizadas por artistas emergentes de distintos orígenes. Estas piezas se muestran en la Rote Fabrik.

Hernández Cadenas (Guantánamo, 1991) es poeta, teatróloga, editora independiente, gestora cultural y performer. La devolución escénica que realiza por estos días en el festival zuriqués de No soy unicornio tiene como antecedentes dos presentaciones en Cuba y una (telemática) en Chile. En 2019, lo que en algún momento se llamó “conferencia performativa”, se presentó en La Habana y Matanzas. Por su parte, en 2021 la investigación –en formato de mediometraje– pudo verse como parte de la 28 edición del festival Internacional Santiago a Mil.

La edición de 2022 de Theater Spektakel ha convocado a creadores para dialogar en torno a los grandes problemas de nuestro tiempo: “la cuestión del futuro en Europa, por ejemplo, o la cuestión de frente a qué himnos tenemos que pararnos, sentarnos o arrodillarnos. Con bailarines, creadores y artistas de circo encontramos nuevos enfoques de nuestra fiscalidad, descubrimos una nueva unión, o nos enfrentamos a la cuestión de cómo seremos cuando la inteligencia artificial nos domine”, se puede leer en la página web del festival suizo.

Como gesto transdisciplinar/indisciplinar, No soy unicornio se remonta a los rastros que dejó en Martica Minipunto un taller que Eleonora Fabião impartó en La Habana, como confesó en otra entrevista para Rialta Noticias. Además, bajo la necesidad de escribir un poemario performativo, se inspiró en la pieza Unicorn, de Rebeca Horn. Este referente inicial se disipó en relatos familiares, en los unicornios como seres míticos y eróticos (“sexo-disidencias y excesivo rosa kitsch”). El libro, que permanece inédito, reúne un mosaico de intertextualidades: “globos, souvenirs, un toro rojo que acecha, narvales, tráfico de cuernos y cuerpos en cautiverio”.

El gesto escénico involucra a Joanna Montero en la realización audiovisual y a Celia Ledón en el diseño de vestuario. Se infiltra con The Black Unicorn, de Audre Lorde e insiste en el “problema” de Donna Haraway. Este dispositivo está marcado por la amputación. La amputación de un cuerno. La amputación del yo. La amputación de edificios en Centro Habana. La amputación del aire mientras se infla un salvavidas de unicornio. Una feria de atracciones. Una caja de madera. Una película en la calle Galiano. Una máscara. Inflar.

Martica Minipunto adelantó a Rialta Noticias que ha estado trabajando con Joanna Montero “en la versión de ese material que ya existe. Me refiero al video que, como obra, ya tiene su narrativa. A partir de eso, he trabajado con la idea de una instalación donde utilizo una colección de unicornios y con un nuevo gesto/poema que se conecta, más bien, con el baile”. Esa colección de figuras ahora “está invadida por otros objetos: “un carnet de mi abuela, unas medallas, papel que dice Cocesa”.

Objetos de la performance ‘No soy unicornio’, en Zúrich.
Objetos de la performance ‘No soy unicornio’, en Zúrich. Foto: Joanna Montero.

Le pregunto si la pieza ha mutado y me responde que la mutación tiene que ver más con ella y con el estado que puede sentir con lo que pasa en Cuba. No soy unicornio, de algún modo, “habla de otro país. Tiene algo latente que sigue latiendo y que se sigue metabolizando”. Lo sigue haciendo en torno a la “violencia”.

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Martica Minipunto, “exhausta”, me dice en un audio de WhatsApp: “Le agradezco mucho al festival por confiar en una investigación finalizada, vamos a decir, en un formato. Por confiar en la apertura de ese dispositivo. Eso también me dio la posibilidad de volver sobre esos poemas, esos videos y de atravesar todo eso con mi estado actual. El estado de zozobra y desesperanza”.

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EDGAR ARIEL
Edgar Ariel Leyva González (Holguín, Cuba, 1994). Periodista, investigador y crítico de arte. Máster en Estudios Teóricos de la Danza (2020) en la Universidad de las Artes de Cuba (ISA) y Licenciado en Periodismo (2018) en la Universidad de Holguín. Es egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Actualmente investiga sobre la configuración de la estética poscrítica en Cuba. Forma parte del Staff de Rialta.

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