Dañan en Cienfuegos valioso mural público del fallecido artista cubano Leandro Soto

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Mural de Leandro Soto en la ciudad de Cienfuegos, Cuba (FOTO Facebook / Atilio Caballero)
Mural de Leandro Soto en la ciudad de Cienfuegos, Cuba (FOTO Facebook / Atilio Caballero)

Un valioso mural público, donde una línea de edificios ocres se mira en el espejo de agua azul de un canal o una riviera colmada de pequeños yates y botes de vela, fue irónicamente dañado en la ciudad marítima de Cienfuegos por operarios de la empresa cubana de Recursos Hidráulicos.

La profanación fue denunciada y lamentada en redes sociales por muchos ciudadanos, y en especial por intelectuales y artistas conocedores no solo del valor patrimonial de la obra, sino también de su estricta irreparabilidad tras este hecho, puesto que el autor del mural, Leandro Soto, falleció a sus 66 años, hace apenas mes y medio, en California, Estados Unidos.

Evidentemente, Soto –gran viajero y destacado exponente de la vertiente antropológica del arte cubano contemporáneo– no podrá ya regresar para restañar las heridas infligidas al paisaje emplazado en la céntrica esquina de Prado y San Fernando.

Así lo hizo notar, socarrona, agriamente, el escritor cienfueguero Atilio Caballero en un post de Facebook: “Hoy, martes 16 de agosto 2022, 11:40 am. Estado del mural donado a la ciudad por Leandro Soto. «Intervenido» por obras hidráulicas. Y ya el creador no podrá volver a restaurarlo. Cienfuegos, Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

Este miércoles, la denuncia –acompañada de imágenes– acumulaba cientos de reacciones y comentarios: “El analfabetismo cultural prende como el fuego, pero es inapagable… y pensar que hay leyes e instituciones”, se lamentaba el artista visual Cosme Proenza.

“Los bárbaros están acabando con todo. Literalmente. A cualquier nivel”, sentenció a su vez el narrador cubano Ahmel Echevarría, mientras que el escritor y editor Franciso Morán apostillaba con sarcasmo: “Un nuevo logro de la Revolución”.

“Una joya destruida, qué desastre, mucha pena y un gran insulto a la memoria de Leandro”, consideró por su parte el músico Enrique González Pérez. En tanto, Ibys Espinosa Requesens comentó: “Desde hace una semana le están dando martillazos con alevosía y premeditación. […] pareciera estuvieran esperando a que Leandro falleciera para romperlo. Lo peor es que aún no terminan las obras. Ya visualicé en par de meses la pared Blanca de cal con un inmenso cartel de «El país avanza y eso les duele», con sombra oscura de fondo en la zona de la tubería”.

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Ancestros Leandro Soto performance 1979 | Rialta
‘Ancestros’, Leandro Soto (performance), 1979

La reconocida novelista Wendy Guerra, en principio, comento: “me duele todo, y ver esto me hace mal”. Más tarde, subrayó: “Leandro es muy importante para mí, desde mi infancia, ese dibujo es también el mapa de una ciudad imaginada por él para nosotros. Duele verlo así”.

Según el escritor tunero Carlos Esquivel, el hecho se trata de “inquisición”: “Y parece todo tan lógicamente armado para deshacerse, sin que les importe a unos tipejos con cierto poder político y hasta cultural”, agregó en su comentario a la publicación de Caballero.

Al hilo del post original, la página institucional Libro Cienfuegos respondió: “Era necesaria e imprescindible esta intervención en el mural de Leandro Soto precisamente por lo que representa el mural para esta ciudad que como bien usted dice es Patrimonio Cultural de la Humanidad. No es una intervención arbitraria ni inconsulta, forma parte de las acciones que se realizan en la librería Ateneo «Dionisio San Román» como parte del proceso inversionista”.

A ello repuso Atilio Caballero con renovadas indagaciones y señalamientos relativos a las consultas realizadas previamente y los procedimientos seguidos para dicha “intervención” sobre el mural de Soto. A continuación, escribió: “No soy restaurador, ustedes lo saben. Pero he estudiado Historia del Arte, tanto académicamente como para mi formación individual-profesional. Y es sobradamente conocido que, en estos casos (obras de arte afectadas por filtraciones internas), el procedimiento habitual, cuando no se cuenta con la tecnología de punta necesaria y los recursos que permiten «inyectar» en esas paredes las sustancias químicas que detienen el deterioro por humedad, es DESVIAR EL CURSO PLUVIAL, como bien pudo haberse hecho en este caso, sellando las tuberías averiadas y dirigiendo el desagüe hasta otra zona, y no mutilando la obra a martillazos para luego entonces recomponerla (que no restaurarla)”.

“Me resulta difícil entender que NADIE en alguna de estas tres instituciones mencionadas [Consejo Provincial de las Artes Visuales, Oficina del Conservador de la Ciudad, Comisión para el Desarrollo de la Escultura Monumental y Ambiental] haya reparado en ello, y obrado en consecuencia. En la historia de la museología y la conservación en las artes plásticas –y artísticas, y culturales, en general– contemporáneas, sobran los ejemplos de este tipo de «intervención» (pirámides enteras movidas decenas de kilómetros, sobre rodillos, de su lugar original para no ser afectadas por las aguas; edificios patrimoniales salvados con el mismo proceder, etc., etc.). Si realmente vamos a ser consecuentes con nuestro patrimonio artístico y cultural, LA PARTE EDILICIA NO PUEDE TENER PRIORIDAD SOBRE LOS ASPECTOS ARTISTICOS Y/O VALORES CULTURALES. Mucho menos si son patrimoniales”, agregó.

Este miércoles, la página en Facebook del Instituto del Libro en Cienfuegos compartía más explicaciones, esta vez en boca de Irán Millán, director de la Oficina del Conservador de esa sureña ciudad. El funcionario insistió en el mal estado de la pared en cuestión, debido a la humedad irradiada por unos “bajantes hidráulicos”, y en la necesidad de reparar “completamente” el citado inmueble.

“La Oficina y yo personalmente estamos llevando la intervención de la librería y por supuesto del mural (el artista restaurador que lo ha intervenido en otras ocasiones realizó el levantamiento documental-gráfico de la parte abierta para colocar los 2 bajantes pluviales, es un especialista). Todo el proceso se hace como se debe”, sostuvo Millán, quien despachó el asunto como una “falsa alarma” levantada por alguien que “no se asesoró antes de socializar” su preocupación.

Leandro Soto (imagen compartida por Natasha Perdomo Art en Facebook).
Leandro Soto (imagen compartida por Natasha Perdomo Art en Facebook).

Leandro Soto (Cienfuegos, Cuba, 1956 – California, Estados Unidos, 2022) murió el 3 de julio tras “su paso por un hospital en Tabasco, México, donde ingresó el pasado 12 de marzo, cuando se agravó el cáncer terminal que padecía”, según reportó el diario 14ymedio. “La esposa de Soto, Grisel Pujalá, recaudó fondos vendiendo sus obras o aceptando donaciones, una campaña emprendida desde su ingreso en México con el objetivo de trasladarlo a Estados Unidos, donde ambos tenían seguro médico”.

Soto integró el grupo de jóvenes creadores que renovó el panorama del arte contemporáneo cubano en la década de los ochenta. Incursionó en pintura, instalación, performance, escenografía, diseño de vestuario, artes escénicas y cine, mientras investigaba las raíces afrocubanas y otras culturas.

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